Revelación
La mayoría de las cosas que conocemos de Dios y de sus planes no las conocemos por razonamiento sino porque El nos las ha revelado. Es bien importante saber dónde está contenido eso que Dios no ha revelado.
• Un rasgo peculiar de la Iglesia Católica es que se autodefine como “no una religión de libro” (Ctm 108) queriendo con esto decir que esta religión no está contenida en un libro (la Biblia)
• El no estar en un libro, significa dos cosas:
1. Que lo que Dios nos ha revelado más que estar contenido en un libro lo está en una persona: Jesús. Y no solo en sus enseñanzas, sino en su persona y en sus obras: imitarle a Él es la puerta del Cielo y verle a Él
es ver a su Padre. Es decir, nosotros disfrutaremos más en la vida eterna en la medida en que nuestra alma se parezca a la de Cristo: que nuestras virtudes se parezcan a las de Él. Cristo no es el más grande profeta, sino es la Palabra de Dios. Él es lo que Dios quiere que sepamos de Él mismo.
2. Que lo que Dios nos ha revelado está contenido en La Biblia y en la Tradición (los protestantes solo admiten la Biblia, como fuente de Revelación). Los primeros 30 años después de Pentecostés, los Apóstoles fueron extendiendo la Iglesia, pero lo que transmitían era una tradición oral sobre lo que el Señor había dicho y hecho. A partir del año 60 es que se van poniendo por escrito algunos rasgos de la vida de Jesús, y otras enseñanzas. Pero gran parte de esa Tradición se siguió transmitiendo oralmente. Así fue que nos han llegado cosas tan importantes como: cuáles son los libros de la Biblia, cuáles son los sacramentos, cómo se organiza la Iglesia, etc.
• Hemos de entender que a Lutero le produjera ansiedad lo de la Tradición, porque da pie a que se metan cosas humanas en la Revelación. Pero el hecho, que Lutero debió haber aceptado, es que Cristo no quiso dejar un Código con todo lo que debíamos de saber y hacer, como había hecho en el Antiguo Testamento. Lo que hizo fue mover el corazón de los doce apóstoles y luego, prometerles la asistencia del Espíritu Santo, para que en su vida y en sus instituciones se manifieste Dios.
• ¿Por qué no quiso Dios hacer como en el Antiguo Testamento y dejarnos todo mucho más detallado? No lo ha dicho, pero vemos que en el Antiguo Testamento Dios no quiso ponerles un guía al frente de su pueblo, porque “Él era el Señor” (solo después de que le fastidiaran mucho les dio un rey, Saúl). Era entonces más necesario que les diera un código, la Ley, para orientarles. Al instaurar la nueva alianza, Dios cambió la forma de hacer las cosas. Puso a Pedro al frente de su pueblo y le dio unos poderes increíbles (atar y desatar en el Cielo). Pero no es que inaugurara una monarquía. Lo que inauguró fue una nueva economía (un nuevo orden para la salvación) en donde la ayuda de Dios no viene directamente del Cielo, sino a través de otros hombres. (Un profeta en el AT solo traía un mensaje de Dios. Un cura en el NT puede dar el perdón de Dios, la Gracia de Dios).
• Para entender esta nueva economía cosa que no es nada fácil, hay que entender algo muy elevado: que la Iglesia no es el simplemente el conjunto de los creyentes, sino el Cuerpo de Cristo, y el que la dirige es Cristo mismo.
• Solo habiendo comprendido esto se entiende que podemos decir afirmaciones tan Fuertes como:
1. que solo el Magisterio de la Iglesia es el interprete auténtico de la Revelación.
2. Solo quien cree que Cristo sigue gobernando su Iglesia -vive en ella!- puede admitir lo que creemos los católicos de que el Papa es infalible, cuando habla ex cathedra.
3. Solo así se entiende que el libro de texto para estas clases sobre nuestra Fe, no sea la Biblia, escrita por Dios, sino el Catecismo de la Iglesia Católica, escrito por hombres