¿Es la Fortaleza una virtud?

Fortaleza

JUL 2005

El Cristianismo es un ideal, es decir, una visión de cómo debe ser el hombre, la sociedad y el mundo. También es un ideal el comunismo, el socialismo, el ambientalismo, la estadidad, la Ilustración, la masonería, etc y la mayoría de los religiones. Son world views: ideales de cómo debe ser el mundo.

Si nosotros nos llamamos cristianos es porque queremos que ese ideal se haga realidad: que cada hombre sea como fue Jesús y que la sociedad se organice de tal forma que facilite el máximo el que los individuos puedan desarrollarse.

Pues bien, dice San Josemaría que ningún ideal se hace realidad sin sacrificio. (repetir). Qué tipo de sacrificio.

Primero, como el ideal consiste primero en cambiarnos nosotros, tendremos que luchar contra el peso de nuestra propia carne y de nuestras propias miserias. Y esto por toda la vida. A mucha geste este peso le agobia, el ahoga, le desespera. Es fuerte.

En segundo lugar, el ideal consiste en cambiar a los demás y al mundo. Esto implica que tendremos que luchar en primer lugar contra el peso de las miserias de los demás (la pereza, la sensualidad, el orgullo). Y en segundo lugar, contra la inercia: la tendencia a no cambiar las cosas de cómo están.

Esto lo han tenido que vivir todos los cristianos de todas las épocas. En adición a esto, estamos en una época donde la corriente del agua alejándose de Dios es tan fuerte que no es posible vivir es cristiano si estar haciendo un esfuerzo constante. Ha habido épocas en las que uno podía mantenerse sin ofender a Dios aunque sin tratar de seguirle, porque el ambiente, las costumbres, lo que se ensenaba en la universidad y en la televisión no era totalmente contrario al ideal cristiano. En esas épocas, simplemente “estando” en la Iglesia uno podía “ir tirando”. En estos tiempos esto no es posible. En esta época un cristiano no puede mirar la mayoría de lo que aparece en la TV. Y esto está fuerte. No puede ir a muchos de los lugares de entretenimiento donde van la gente de su edad. Y esto está fuerte. Estamos en momentos especiales.

Qué implica todo esto? Que si queremos llevar a este mundo hacia el ideal cristiano tendremos que estar luchando contra corriente todos los días de nuestra vida.

Y qué implicación tiene el que nuestra vida se nos presente como una lucha peremne? El que, como en todos los pueblos guerreros, tengamos que valorar en mucho la virtud de la fortaleza.

Cómo uno adquiere la virtud de la fortaleza? La fuerza de la voluntad se desarrolla ejercitándola. Cómo se ejercita la voluntad: buscando pequenos puntos de negación diarios.

+Negación al crapicho.

+Negación en la argumentación, al quedarnos callados.

+Hay un campo de la actividad humana que es donde nosotros más podemos y debemos ejercitar nuestra voluntad y así crecer y madurar. El ámbito de nuestro trabajo o nuestro estudio. Para destacar en el trabajo no basta con tener chispa, hay que fajarse, que viene de ponerse una faja para poder hacer más fuerza.

+Negación en las comidas, comiendo un poco más de lo que nos gusta menos y un poco menos de lo que nos gusta más.

+Exigiéndonos en el horario: viviéndo minutos heroicos: empezando en punto las cosas y acabándolas en pu
nto. Y no por afán de cuadricularse, ni por la importancia que pueda tener empezar en punto, sino por amor a Dios: porque uno quiere tener una voluntad fuerte con la que poder llevar el mundo y uno mismo a Dios.

+Exigiéndose en el orden en sus propias cosas (cuartos, instrumentos, libros). Y exigiéndose en el aseo personal, no solo para verse bien por caridad con los demás, sino como un campo en el que puede ejercitarse la voluntad.

Decía Francisca Javiera del Valle que “el senorío de uno mismo es vivir el cielo ya en la tierra”. Pero claro, nosotros no buscamos el senorío de nosotros mismos por querer sentir simplemente el auto-control. Ese placer de poder hacer lo que nos propongamos. Conocí una vez a un banquero que era tremendamente engreido: despreciaba al resto de la gente, aunque los tratara bien para utilizarlos. Luego, cuando lo conocí mejor descubrí que todo había empezado desde que comenzó una dieta que le había hecho rebajar decenas de libras. Y esto le había llevado a creerse superior. El control de la voluntad, si no va acompanado de un crecimiento en conocimiento propio, puede dar muchos problemas.

Los cristianos, además, tenemos un arma secreta para crecer en fuerza en la voluntad: pedirle al Espíritu Santo el don de la Fortaleza. Porque lo que estamos buscando en definitiva, es llevar el mundo a Dios empezando por nosotros mismos. Esta misión supera nuestra pobres fuerzas, por eso sabemos que el Senor va a acudir en nuestra ayuda, fortaleciéndonos con su Espíritu.