Lutero, en pocas palabras

Desde el punto de vista de la historia de la ideas, no es la Doctrina de la Justificación lo más importante de Lutero. Esta doctrina, con algún matiz, podría haber sido católica. Lo importante de Lutero es que fue el precursor de un cisma que sirvió para encumbrar en la ola política, es decir, en establecer, algunas ideas que se estaban cociendo desde que el pensamiento de Aristóteles llegó a Paris en el siglo 12. 

Lutero se formó como teólogo en medio de la controversia entre Dominicos contra Franciscanos/Agustinos donde los Dominicos defendían la racionalidad y su capacidad de conocer a Dios y los Agustinos y Franciscanos se inclinaban más por no usar la especulación con Dios, sino limitarse a quererlo, a buscar la Caridad, a “hacer” en vez de “especular”. Lutero, sin pertenecer a un partido, se inclinó por recortar la razón, para permitir que sea la caridad (voluntad y afectos) la que llegue hasta Dios.

Entonces, las ideas que Lutero ayudó a triunfar en Europa y que ayudaron a configurar la modernidad, fueron;

  • La idea más importante que Lutero ayuda a triunfar es el ideal emancipatorio, o la idea de libertad como libertad de elección, y no como auto-gobierno (“libertad de” y no “libertad para”).
  • Lo primero que hay que emancipar o liberar es a la razón de la autoridad, de la tradición, en definitiva, como se hará más tarde, hay que liberar a la razón de la fe.
  • El individiuo (no la colectividad, la Iglesia) es el centro del drama de la salvación: cada individuo tiene que conseguir la certeza de estar salvado (no se lo dice la Iglesia ni sus normas o costumbres); cada individuo tiene que interpretar la Escritura, cada individuo debe buscar su propia salvación: nada de comunión de los santos, de salvación corporativa.
  • Hay que emancipar a las naciones. Basta de un Imperio único. Cada colectivo humano tiene el derecho (se empieza a hablar de derechos)  de ser una nación independiente.