Nos toca enfrentar la vida en unas condiciones que, en su mayor parte, nos vienen dadas por la herencia y el ambiente.Algunas de esas condiciones nosotros las consideramos limitantes, porque son carencias con respecto a lo que nosotros consideramos normal: enfermedades, incapacidades, inclinaciones innatas torcidas.
Pero la realidad es que somos así porque es lo que conviene al plan de Dios, a la Creación. Como amar a Dios es amar su voluntad, lo único que deberíamos echar en falta en nuestra vida es lo que nos toque poner a nosotros.