Arrebatemos la filosofía a los filósofos
Responder a las grandes preguntas de la vida ¿por qué existimos? ¿cómo comportarnos? etc, es un necesidad y una obligación de cada ser humano.
Hasta que se inventó la Filosofía, en el siglo 6 aC, todas las personas tenían acceso a posibles respuestas a través de la mitología de su pueblo: poemas y narraciones que explicaban orígenes y proponían héroes (modelos).
Cuando, con la Filosofía, se empezaron a buscar explicaciones apoyándose exclusivamente en la razón, y desechando a los poetas homéricos, la Filosofía se convirtió en una actividad profesional: había que saber leer y tener tiempo para elucubrar. Y así hasta nuestros días.
Quizás las guerras ideológicas actuales, que amenazan con colapsar a Occidente, provienen en parte que la gente no ha filosofado, cada uno, sobre la vida, y tiene que acudir a un partido, a una ideología que le diga lo que está bien. o mal.
Pero, aparte de las consecuencias geopolíticas de no filosofar privadamente, existe el hecho incontestable de que se vive mejor cuando se sabe por qué se vive.