Avicena: cómo no empatar la fe y la razón
Se considera al filósofo musulmán Avicena (Ibn Sina,+1037) el gran sintetizador entre fe y razón, entre filosofía y revelación como fuentes de saber.
Yo no lo veo así. Con Avicena se da el culmen del racionalismo en la Historia, cuando concluye que la “existencia” es un ‘accidente’ que tienen algunos de los seres ‘posibles’ (es decir, razonables).
Esto tuvo mucho éxito, porque lograba empatar el platonismo con la doctrina de la creación: de todos los seres posibles en el mundo de las ideas (Platón), Dios escoge algunos para darles existencia (creación).
Muy bonito y muy racional, pero implica ya un idealismo (que culminará con Hegel) dónde la verdad, el más pleno ser, está en el mundo de las ideas, no en el de las existencias.
El problema con este empate entre fe y razón que se ha tratado de hacer en los últimos 16 siglos, es que se ha visto la Fe como si fuera otro conocimiento intelectual, cuando realmente la fe es una Tradición (el otro tipo de sabiduría), que es realmente una “confianza en los padres”, en lo que me dice mi comunidad, no es tan solo unas ideas, sino, ideas y valores, es decir amores.
Ese error cometen quienes reducen la Revelación a la Biblia, o interpretan la Biblia como libro de Ciencia o de Historia.