La Ilustración por GER
Concepto de Ilustración. 64
Contexto de la Ilustración en lo económico, político y filosófico. 64
Cómo es la razón en la Ilustración. 65
Ilustración inglesa. 65
Los Empiristas. 65
La moral del sentimiento. 65
El deísmo. 65
Ilustración francesa. 66
Un nuevo modo de entender el mundo natural: los naturalistas y la Enciclopedia. 66
Un nuevo modo de entender el hombre y el conocimiento. 66
Una manera de interpretar la política y la sociedad: Montesquieu, Voltaire, Roussea. 66
Ilustración alemana. 67
La Ilustración es un movimiento de ideas que se sitúa en el siglo 18, entre el Barroco y el Romanticismo. La actitud cultural dominante es racionalista, en el sentido de urja razón que intenta ponerse a sí misma, abandonada a su propio juicio, como única constructora del hombre y de su mundo. En la Historia de la Filosofía, la Ilustración expresa una etapa del pensamiento filosófico, la comprendida entre la aventura cartesiana y la idealista. Es un periodo largo -rebasa el s. xviii hacia atrás y hacia adelante-, cuya filosofía no es en general muy rigurosa, que comienza con Locke, Leibniz y Bayle, y que termina con Kant, Herder y Bentham.
En el orden económico, dentro del proceso del capitalism y la industrialización que comienza en el Renacimiento , ha pasado la época de la manufactura y se está dando el crecimiento de la agricultura y del comercio junto con el primer desarrollo industrial. El hombre, en suma, en el s. xviii manipula ya racionalmente en el campo de la agricultura y la industria, aunque todavía se confía en la fundamental «naturaleza» de las cosas, que la razón no tiene sino que descubrir y desarrollar.
En el aspecto político se aspira también a mantener racionalmente la situación: es el equilibrio europeo (Francia-Inglatera, Austria-Rusia) y la lucha por la hegemonía colonial en lo internacional, y el «despotismo ilustrado» , monarquía autoritaria que fomenta el progreso, en lo nacional.
En cuanto a los cambios en la estructura social, continúa el predominio de unas clases sociales dirigentes o privilegiadas, la nobleza Sigue la sumisión de campesinos y trabajadores, aunque crece burguesía
En lo filosófico, más que una filosofía, la Ilustración. trata de construir y difundir una especie de cultura popular, o quizá hoy se la podría llamar ideología, desarrollada bastante al margen de las Universidades. Lo central es su creencia de que la razón puede y debe construir un mundo nuevo; se está contra la monarquía absoluta en el sentido del s. 17, y se intenta la crítica de la Religión o de la Teología entendida como un saber absoluto; hay -se dice- que dejar a la razón que desarrolle lo que está potencialmente contenido en la Naturaleza; ese desarrollo es el «progreso» .
Es distinta de la razón del siglo 17: En el xvii, en efecto, la razón era algo así como la estructura central de la existencia; de ella -de la razón- había que sacar todo lo demás (innatismo de las ideas). En el s. XVIII, la razón es analítica de la realidad y constructora, es decir, que trabaja a partir de la sensación, se trata de un «racionalismo empirista».
Es distinta de la razón de Romanticismo del s 19: Las características del racionalismo de la Ilustración son en cierto modo antagónicas de las del posterior racionalismo romántico; ambos exaltan la razón, de un modo a veces casi irracional, pero el Romanticismo vive y entiende la razón como una fuerza omnipotente que todo lo penetra y todo lo realiza, que tiene más de empuje poético que de cálculo científico, y que tiene rasgos de infinitud y de gran síntesis; la Ilustración., en cambio, concibe la razón como instrumento esforzado, cauteloso, finito, que actúa conectado siempre a la experiencia sensible. Ahora bien, hay que advertir que a lo largo del periodo de la Ilustración. hay un proceso en dos etapas: en la primera domina esa razón empirista, analítica y constructora, y en la segunda aparece una preferencia por la irracionalidad y el sentimiento (Rousseau, Herder, Jacobi), que no niega sino que completa la primera actitud dominante. A esta segunda etapa, que ya alcanza los primeros lustros del s. xix, se la llama «prerromanticismo». Por supuesto, la relevancia de la figura de Kant procede de que su agudeza especulativa logra abarcar -en sus tres Críticas- no sólo el racionalismo empirista sino también el valor del sentimiento.
Los Empiristas
Lo principal de estos empiristas es considerar al sujeto como una «tabla rasa» o como un «receptáculo vacío» en el cual van entrando los datos de la experiencia; los cuales son luego asociados o combinados constituyendo conjuntos más complejos.
Hay que advertir que es típico de los empiristas considerar que el conocimiento no sólo arranca psicológicamente de la experiencia sensible, sino que además se funda gnoseológicamente en ella, de modo que lo sintético del conocimiento es siempre a posteriori de la experiencia , nunca a priori. Precisamente, la rectificación que Kant hace al empirismo es la de sostener que aunque los datos vienen de la experiencia, la síntesis procede siempre de un a priori que pone el sujeto.
La moral del sentimiento
La base de la ética es el sentido moral innato en el hombre, sentido que no se funda en la inteligencia sino en una vivencia interior que arranca del sujeto mismo. El hombre es bueno por naturaleza; no tiene más que dejar desarrollar su intimidad, que es en el fondo religiosa en un sentido natural. Ésta es una ética material, que también será rectificada por Kant, para quien la ética sólo puede ser formal.
El deísmo
Actitud consistente en tratar de racionalizar lo revelado, sustituyendo la religión revelada por una mera «religión natural». John Toland (1670-1722) es el primer deísta inglés, que no niega la Revelación sino que afirma que toda ella y todo su contenido puede ser comprendido o demostrado por la razón. la utilidad de la Revelación está sólo en dar mayor seguridad a las conclusiones de la razón natural.
Un nuevo modo de entender el mundo natural: los naturalistas y la Enciclopedia
Las ciencias naturales, concebidas como saberes descriptivos e inductivos sacados de la experiencia, tienen un desarrollo preferente en la época. La Enciclopedia publica su primer tomo en 1751; en seguida tiene la desaprobación y oposición de la autoridad eclesiástica, y luego del Rey. Está en la línea del escepticismo.
Un nuevo modo de entender el hombre y el conocimiento
Único método de conocimiento es el análisis que parte de lo dado. A las sensaciones se reduce en último término todo conocimiento.
Una manera de interpretar la política y la sociedad: Montesquieu, Voltaire, Roussea
Montesquieu tiene una concepción que pone en el centro de la vida política la libertad entendida como limitación a los poderes públicos, limitación que no puede venir del pueblo, sino de una división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) de la que resulta una compensación de los mismos. Es clara la inspiración inglesa de este liberalismo.
Voltaire (m. 1778), en cuanto al hombre y a su historia, Voltaire los ve también centrados en la idea de estabilidad de la naturaleza humana; por eso es tan contrario al sentimiento de inquietud e inestabilidad que lleva consigo la consideración de que el cristianismo viene exigido por la naturaleza humana. No vislumbra la historia como un procesó que tiene un sentido, sino que es el juego y combinación de las pasiones de los hombres. Para Voltaire, la naturaleza es un mecanismo estático y estable en el que cabe encontrar la exigencia de un Dios entendido como «un geómetra eterno» que lo ha fabricado (Deus ex machina). Finalmente, sobre la idea de la «tolerancia», por la que tanto combatió, entiende ingenuamente que lo único que entorpece la «tranquilidad del estado natural» es la ignorancia y los prejuicios
Rousseau (m. 1778) es la mejor representación de un nuevo espíritu que, en parte como reacción, surge en toda la Europa de fin del s. 18: el predominio del sentimiento interior, de la evidencia de lo inmediato y de la vida sencilla, frente al culto al análisis y a la voluntad individual que era característico de los dos primeros tercios del siglo de las Luces. Es común una vuelta al sentimiento, pero no como una intuición romántica de lo infinito, sino como una ampliación de la experiencia, que no debe limitarse a los sentidos; la vida del sentimiento debe ser vivida también con sencillez, como una cosa natural, sin artificios que la obstaculicen.
Para Rousseau la civilización ha supuesto un perjuicio para el hombre, que antes vivía en la feliz ignorancia del estado natural. El origen de la desigualdad entre los hombres reside precisamente en su presunto perfeccionamiento, en la civilización. Con esto se aleja del Derecho natural.
En lo político, en centro del contrato organizador de la convivencia es la «voluntad general». Ésta no se equivoca nunca y nos salva precisamente de la arbitrariedad e inseguridad de las voluntades particulares.
Lejos de la sequedad del deísmo, de la «religión natural» tan difundida hasta entonces en los medios iluministas, Rousseau quiere restaurar la confianza en el acceso directo, personal a la voluntad universal, a un Dios entendido de manera vaga y confusa. Era natural que, en una época que estaba convencida de los límites del pensamiento, se llegase a sentir como una necesidad volver a confiar en el sentimiento.
La Ilustración alemana (Auf kliirung) arraiga y se extiende más en las Universidades.
Racionalismo
El gran maestro del s. 18 en Alemania es, sin duda, G. W. Leibniz (v.), a quien hay que considerar como un verdadero ilustrado, con su típico optimismo, tratando siempre de relacionar lo empírico y lo racional, de comprender todo en una «armonía preestablecida». El continuador de esta concepción es Christian Wolff (m. 1754).
El jurista Christian Thomasius (m. 1728), que fundamenta el Derecho en la necesidad que el hombre tiene de coaccionar con la fuerza de la razón las arbitrariedades de la naturaleza humana; hay aquí un fondo empirista y utilitario muy lockiano.
Es interesante que la irreligiosidad no aparase todavía en estos pensadores que viven de la tradición protestante pietista para la que la religión, reducida a asunto sólo del sentimiento, puede convivir con el mundo científico del racionalismo.
Deísmo y Enciclopedia.
Algunos pensadores alemanes se acercan y hasta casi se identifican con el grupo enciclopedista francés; ellos constituyen una parte no menos característica de la l. alemana. Pertenecen a esta tendencia: el Emperador Federico II (m. 1786; v.), que tiene relación con Helvetius y Voltaire y protege a Rousseau: y Samuel Reimarus (m. 1768), autor de una Apología de los adoradores racionales de Dios, que con su ataque racionalista a lo revelado es el más típico representante del deísmo.
Hay que decir, por último, que el filósofo que recoge con más desarrollo especulativo el espíritu del iluminismo es Immanuel Kant (v.); él es la personificación de aquella concepción cautelosa y analítica de la razón y presta atención también a esas otras facultades, igualmente limitadas, que son la voluntad y el sentimiento, aunque sus conclusiones, como sus puntos de partida, tampoco sean siempre acertados.
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