¿Qué cosas deben centralizarse, hacerse a nivel estatal, y cuáles se deben de atender a nivel local?
El nivel central tiene la ventaja de que, por estar más alto, ve más lejos. Es parte de la misión natural del jefe. El nivel local tiene la ventaja de que, al estar más cercano, conoce mejor las implicaciones de las decisiones en cada uno de los agentes.
A nivel central se usa sobre todo la razón, mientras a nivel local se debe usar más el corazón (las lealtades y tradiciones grupales). La razón en la mejor herramienta para ver más allá, y el corazón para ver más acá.
Por lo tanto, lo ideal sería que a nivel central se tomara la decisión de qué hacer y a nivel local la decisión de cómo hacerlo.
Sin embargo, al llegar la Modernidad, con nuestra sobre-confianza en la razón, diseñamos un mecanismo, el Estado burocrático, que se hizo cargo de toda la actividad comunitaria, tanto de diseñarla como de ejecutarla.
Por ser esto una violación del orden natural, del principio del localismo (las cosas se empiezan a hacer desde abajo), lo que hemos creado es un monstruo, el Estado moderno. Un monstruo que está colapsando financieramente precisamente por haber tratado de “cuidar desde arriba” (sistemas de pensiones y de salud), usurpando algo que hay que hacer con el corazón, no con la razón, y desde abajo (cada comunidad local cuidando de sus débiles).
No sé si podemos evitar el derrumbe financiero de Europa y Japón: la inmigración puede cambiarlo todo. Pero sí sé que podemos aprender ya la lección de que la actividad pública se diseña desde arriba, pero se ejecuta desde abajo, hasta que la complejidad de una tarea exija el hacerla entre capas sociales superiores. Y así hasta hacer ciertas cosas a nivel de comunidad planetaria … y más allá.