Eutanasia: orígenes culturales

¿Eres de los que piensa que hay gente que quiere llevar el mundo en la dirección incorrecta: promover el terrorismo, o la eutanasia, la desigualdad?

Gran parte de esta idea surge del instinto de pertenencia, o instinto grupal que nos lleva a sentirnos parte de un grupo y rodeados de enemigos.

La agenda gay no solo se está moviendo porque haya una gente empujando. La agenda gay está avanzando sobre todo porque hay algunas configuraciones en nuestra cultura que permiten que las ideas gay se desarrollen. Para ilustrar esta idea “a contrario”: los pederastras tienen mucho interés en un tipo de uso del sexo. Pero esta idea choca frontalmente con nuestra cultura y apenas progresa.

Veamos que configuraciones de nuestra cultura están facilitando Estas ideas.

Individualismo
Sentimentalismo
Economicismo

A. Individualismo:

Cuando en el siglo 12 el pensamiento islámico llegó a Europa, inyectó una idea muy sugestiva: que Dios no era alcanzable por la razón, que no se podía usar la lógica para entender a Dios. Este voluntarismo todavía pervive en el islam sunita, y es el que permitió las torres gemelas o los ataques suicidas.
Pero en Occidente, este voluntarismo trajo como consecuencia, además de separar la fe de la razón, el desarrollo de una cosmovisión atomista, que significa que la explicación de la realidad está en las partes que la componen y no en el todo que forman, o en la posición que tienen en ese todo.
Este atomismo trajo varias cosas buenas:
a. La ciencia moderna, que a su vez posibilito la tecnología; y
b. el fortalecimiento de la idea de persona, como un tipo de individuo que no es resumible en el todo.
Pero trajo también unas cosas malas: la que nos importa aquí es el desarrollo del INDIVIDUALISMO, que se puede definir como una pérdida del sentido holista de la existencia. Es un concepto difícil de entender, así que hagamos un esfuerzo.
En el Individualismo, cada individuo tiene que justificarse a si mismo, no puede justificarse en el sistema. ¿Qué significa esto? Por ejemplo, consecuencia del individualismo es que la mujer ya no puede justificar su existencia diciendo que ella ayuda a la familia o al marido a realizar su misión Tiene ella que realizarse a sí misma ser capaz de conseguir lo que necesita. Otro ejemplo: se entiende con dificulta que una persona quiera estar toda su vida trabajando de conserje en una escuela, ayudando a que la escuela realice su función. Él tiene que progresar que significa crecer en poder.
El individualismo tiene una cosa buena: que incentiva a la gente a producir mucho, porque el poseer te realiza. Esto es más cierto si va unido a una pérdida de la fe en la otra vida o en el juicio, porque la riqueza se convierte en la única medida de éxito. De hecho en concepto de éxito y fracaso, esencialmente moderno, son tan importantes ahora por el individualismo.
Pero el individualismo tiene varias cosas malas. La que nos intresa aquí es que el individualismo hace de la persona impedida un gran fracasado sin culpa: la cosa más digna de compasión que existe.
En las sociedades más comunales y menos individualistas, ya se parte del supuesto (de la visión)!de que una comunidad tiene todo tipo de individuos: ancianos, guerreros, mujeres, impedidos, comerciantes,  Y no se pretende que cada uno sea autónomo, ni autosuficiente. Pero en la sociedad individualista, lo “correcto” es que una persona no sea una carga para sus hijos sino que planifique bien su retiro: que cada palo aguante su vela. De hecho, si las familias son muy pequeñas, la carga es notable: se deben repartir entre pocos.
Y en este contexto cultural es que surge la tendencia hacia la eutanasia
B. Sentimentalismo
Cuando en el siglo 19 fracasó la razón como fuerza de nuestro espíritu que nos podía salvar, se tomó brevemente como potencia salvadora a la voluntad de ahí salieron los totalitarismos: fascismo, comunismo, con todo su canto a la fuerza. Cuando las dos guerras mundiales pusieron en evidencia el fracaso de la voluntad, los sentimientos pasaron a ser la parte del espíritu
C. Economicismo
Por varias razones fáciles de entender, el mundo ha caido en los últimos siglos en un “economicismo” que es una sobrevaloración de los resultados, como forma de medir el valor de las cosas. Esto trae como consecuencia que las personas, cuando no pueden producir resultados, como por ejemplo, en la enfermedad o la vejez, las personas sienten que la vida pierde valor.

¿Qué es la ética? Virtudes humanas

Desde que, al final de la edad media, la moral se desvinculó de la religon, se han buscados distintos repuestas a la pregunta de por qué tengo que portarme bien.

 

Ha triunfado -entre la gente con alguna fe- la visión protestante de que la ética consiste unas normas que uno tiene que cumplir si uno quiere llegar al Cielo. La ética sería como un estándar mínimo de comportamiento para uno salvarse.

Estos estándares de comportamiento serian como unas normas legales, que significa, decretos de una voluntad, algo que viene de fuera de nuestro ser. Como, por ejemplo, a Dios se le ocurrió decir que el homosexual no puede entrar en el reino de los cielos, pero podría haber dicho cualquier otra cosa, según esta vision. Se empezó a hablar entonces más de salvación que de santidad como el fin de la vida cristiana.

Pero la verdad es que la moral es más un florecimiento intrínseco del alma humana. Intrínseco significa exigido por su propia naturaleza, no decidido por una voluntad extrínseca.

Esto implica que vivir la ética consiste en SER CADA DÍA MEJOR PERSONA, tener cada día el alma más grande. Esto se reduce en crecer cada día en las virtudes.

Tenemos que ser cada día mejor persona ¿Cómo se mide el tipo de persona que yo soy? Por las repuestas habituales que yo doy a los distintos estímulos. (poner ejemplos)

El conjunto de todos estos hábitos es lo que se llama Personalisad.

La mayoría de estas respuestas habituales de cada uno de nosotros está determinado por nuestro cuerpo o nuestro alambrado nervioso. Es lo que se llama el temperamento, el fundamento biológico de nuestra personalidad.

Pero es importante tener en cuenta que el temperamento no tiene valor moral, porque son respuestas dadas “antes de” mi libertad, antes de mi decisión voluntaria.

Lo que si tiene valor moral, es decir, lo que nos hace más grandes o más chiquitos espiritualmente, son las respuestas que nosotros demos a estos impulsos del temperamento.

Con esto hemos establecido qué es la vida ética. es mucho más que no portarse mal, según unas normas. La vida ética un ser cada vez mejor según un fin. Contrario a la vision kantiana de la moral, las normas son secundarias a la ética. Lo primario es el fin: a dónde tenemos que llegar es lo que determina cómo tenemos que comportarnos.

Una vez que hemos establecido que la moral es más una llamada al crecimiento a la excelencia que unos límites del comportamiento, vamos a plantearnos la AVENTURA DE VIVIR.

Todos los seres humanos estamos llamados a (estamos diseñados para) crecer, para ser cada día mejores.

Tenemos que preguntarnos en este retiro, qué yo tengo que hacer para ser mejor. Tenemos que salir de aquí con la ilusión de ser cada vez mejores, más virtuosos, más santos.

Hemos visto en este retiro muchas virtudes en las que podemos ir creciendo: fe, esperanza caridad, devoción, amor a la humanidad de Cristo.

Pero antes de vivir estas virtudes que hacen referencia a Dios, hay que luchar por vivir las virtudes que nos hacen sencillamente mejores seres humanos, más armónicos con nuestra propia naturaleza, para posibilitar que esta personalidad sea capaz de Dios.

¿Cómo se concreta esto? ¿En qué tengo que luchar? En las virtudes humanas.

Las virtudes que nos hacen cada vez más armónicos y con los demás: la buena Educación, la alegría el optimismo, la empatía o misericordia, la compasión, la lealtad, la sinceridad.

Las virtudes que nos hacen un instrumento más apto para nuestra misión: la reciedumbre, la constancia, la moderación, la valentía

El Trabajo humano, en perpectiva cósmica

Para entender en lo que consiste el trabajo, veamos su papel en perspectiva cósmica, es decir, veamos el papel que el trabajo tiene en la creación.

El universo es un inmenso piropo, una canción, de Dios Padre a Dios Hijo. Y lo más bonito que Dios podía cantar es una descripción de Dios mismo. Pero no se puede concebir una criatura que pueda reflejar toda la perfección de Dios. Así que lo que Dios ideo fue que cada criatura reflejara un poquito de Dios y después, todos esos espejitos unidos iban a poder presentar al Hijo el gran regalo: la imagen de su Padre. Esto explica la gran variedad de criaturas que existen, en vez de una criatura muy perfecta. Dios es tan sólido como un roca, tan sutil como el aire, tan rápido como el guepardo, tan suave como un rosa, tan fuerte como un rinoceronte.

Fue poniendo criaturas desde las más sencillas hasta las más sofisticadas. Al final puso unas criaturas espirituales, que significa “libres” que solo reflejan a Dios si quieren, no necesariamente como lo hacen las otras criaturas, que siguen siempre su diseño.

Pero la creación no se entiende bien como si fuera un arbolito de navidad, una pirámide, no se entiende bien estáticamente. Se entiende mejor si se la ve dinámicamente, como una historia, como una canción, como algo que se construye en el tiempo. Porque la creación no fue algo que ocurrió hace muchos años, como si Dios hubiera soplado, sino que es algo que se está haciendo. Lo que ocurre es que Dios ha querido usar a sus propias criaturas para hacer su mundo. Les dio a cada una la potencialidad de irse adaptando a la nueva situación de su universo para ir haciendo nuevas criaturas cada vez más perfectas. De hecho, uno de los dos tipos de criaturas libres (el hombre) está basada en las otras criaturas materiales, pero con un espíritu soplado sobre él. Esto hizo libre, no dependiente completamente de sus instintos. De forma que pudiera decidir si reflejar a Dios o no.

Cada criatura (animada, inanimada o libre) tiene a su cargo un pequeño pedazo del jardín que tiene que cuidar. Esto lo hace interactuando con otras criaturas para mantener (o, mejor, alcanzar) el orden natural.

En este mundo aparece la vida que es una ordenación. La vida es un consumo de energía (que es desorden, movimiento) para lograr mantener el orden de unas estructuras (tejidos, células, etc).

Dentro de los seres vivos está el hombre que también está llamado a convertir el desorden en orden. Pero el hombre añade un componente único a esta función de crear orden: no solo crea orden físico sino que puede crear orden moral o espiritual. Es decir no solo es capar de hacer nidos sino que puede crear amor, que es un tipo de orden más parecido a la armonía de Dios que el orden natural.

¿Qué significa consumir energía para crear amor? El amor consiste en el interés en hacer felices a los demás. Crear amor consiste en crear las condiciones para que la gente sea más feliz.

Podemos, por fin, llegar a una definición de trabajo, el trabajo es toda actividad humana donde se consume energía para crear orden dirigido a aumentar la presencia del amor en la tierra.

CONSECUENCIAS PRÁCTICAS

1. El trabajo es mucho más que la actividad que uno hace a cambio de dinero.

2. El trabajo es todo actividad que aumenta el orden de la caridad en el mundo.

3. Por lo tanto el trabajo es una obligación para todos los hombres, en todas las edades y circustancias.

4. Puede ser trabajo el estar enfermo, porque uno sigue pudiendo consumir energía para crear amor: basta con que rece ya está haciendo un mundo mejor.

5. El trabajo entidad las criaturas les lleva a buscar de otras criaturas. El trabajo del hombre nos lleva a mirar a apuntar a otros hombres.

La autoridad en un mundo no jeráquico

(I) La forma más común de ver las estructuras sociales (familia, estado) es que son estructuras mecánicas, es decir, son el resultado de aplicar una fuerza sobre una materia:

a) Una familia es un estructura creada por un individuo, para prolongarse en el tiempo.

b) Un estado es un colectivo de individuos unidos por la voluntad de un soberano (típicamente puesto por un dios), o por la voluntad de la mayoría que puso a un soberano.

Pero todas son, en la forma más típica de verlas, estructuras mecánicas: se explican como cuerpos y fuerzas centrípetas, es decir, intereses de personas en su propio bien.

 

(II) Apareció entonces el cristianismo en la Historia como una revelación, según la cuál la fuerza que originó el mundo no es el interés de un dios una fuerza centrípeta, hacia adentro hacia el interés del dios, sino una fuerza centrífuga, hacia afuera: lo que Dios quiere es el bien de lo que ha creado. Esto es un giro copernicano en la explicación del mundo.De hecho, para designar este amor tuvieron que “inventar” una palabra especial (recuperar una vieja) porque las que habían (philia y eros) solo presentaban la fuerza hacia a dentro. Por eso empezaron a usar agapé, que luego se tradujo en latín por “charitas”, caridad, el amor cristiano, que es algo radicalmente distinto de lo que se entiende comúnmente por amor. Este nuevo tipo de amor ¿en qué se diferencia del tradicional philia o eros? En que este amor lo que busca es el bien del otro, no de uno mismo.

Si fuera cierto que el mundo está hecho de este tipo de amor ¿qué implicaciones tendría sobre la forma que debieran de tener las estructuras sociales (familia, tribu, corporación, estado). Resultaría que la forma piramidal no sería le mejor forma de entenderla. Si resultara que lo que mueve a las personas es el amor a los demás (puesto encima del amor animal a uno mismo, a la preservación, pero sin anularlo), esto tendría unas implicaciones tremendísimas. Resultaría que el modelo, mejor que piramidal sería orgánico. En un organismo cada “parte” busca el bien del organismo total. Y en esto consigue su realización. Lo que distingue a un organismo de una máquina es que no tiene una fuente de energía, sino multiples. En un carro se puede saber dónde nace la energía y cómo se distribuye. En un organismo la energía y la información viene de todas las partes.

 

(III) Mientras la humanidad estaba tratando de asimilar el mensaje cristiano, apareció en el mundo el descubrimiento de la evolución. Al principio apareció como otra explicación mecánica más: los organismos buscan sobrevivir reproducirse y esta búsqueda del propio interés les lleva a evolucionar.

Pero luego se fue descubriendo que la Evolución no se puede explicar solo por el instinto de supervivencia y de reproducción sino que abarca mucho más: el mundo molecular, donde no aplica lo de sobrevivir, al igual que en la formación de las galaxias, donde tampoco aplican. Además no explicaba el altrusimo en los animales, ni la coevolución, ni la epigenética. Ahora no se habla de la preservación de la especia sino de los genes, que es la preservación de un mensaje entre todos los seres vivos. Los cristianos ya sabemos a dónde esto nos va a llevar: que toda la creación es un jardín que refleja la belleza y la vida del Dios que creó.

Si se acepta esta cosmovisión, se verá entonces a la sociedad como un ecosistema, donde todas las partes necesitan de todas las otras partes. Entonces la estructura de la sociedad (el Estado) sería más bien una forma de demarcar qué áreas va atender cada uno, sabiendo que no hay mejores ni peores por su posición sino tan solo por la fidelidad con la que cuiden su parcela.

Cuando el amor cristiano informe la sociedad, el Estado, en vez de ser como una máquina, será como un jardín. Cada persona, en vez de ser el ejecutor de una directriz venida del vértice, será el jardinero, el encargado de una flor. Nadie estará por encima de él, con respecto a su flor. Él será, para la flor, el más importante e insustituible.

Perderá sentido la importancia que ahora le damos a las posiciones vértices en las pirámides, en las jerarquías. Perderemos nuestra fijación con los ascensos como forma de medir la bondad de un trabajo.

Esta visión no implica ninguna forma concreta de distribuir el poder: es compatible con una monarquía, con una democracia, o una aristocracia con un Estado muy grande o muy chiquito (siempre que se respeten unos límites naturales).

Qué es la Libertad en el Cristianismo

Qué es la libertad. Parte 2.

Qué es la Libertad en el Cristianismo

Noviembre 18, 2010

En la clase pasada vimos la historia de la idea de la libertad. Esta clase vamos a explorar más en concreto lo que el Cristianismo dice de la libertad. Una de las aportaciones más propias del Cristianismo a la Cultura es la alta posición que tiene la libertad. La libertad es un invento Cristiano. No se conocía en Oriente -donde solo era libre el déspota- ni en el mundo greco-romano donde solo son libres los ciudadanos de Atenas, Esparta o Roma. Solo el Cristianismo cree en que todo hombre, por ser hombre, es libre. Esta idea de que todo hombre es libre le viene al cristianismo por la Revelación de que todos los hombres son creados a imagen de Dios. Y Dios es plenamente libre.

Pero repasemos otra vez la Historia, para entender mejor lo que dice el Cristianismo

Resumen de la historia de libertad.

1.      Cuando se recibió las obras de Aristóteles en Europa, en el siglo 12, las Universidades medievales (con Duns Scotto, y Guillermo de Ockham) se escandalizaron de su doctrina. 1) Vieron que Aristóteles decía que con la razón se podía conocer a Dios, como Uno, como causa incausada, bondad absoluta. Los profesores interpretaron que esto hacía que la Biblia, la revelación, fuera superflua. 2) Además vieron que la idea de la voluntad en Aristóteles era muy primitiva, era una pasión, cuando el cristianismo había demostrado que Dios tenía voluntad.

2.      Así que decidieron salir al paso, recortando la razón (diciendo que Dios no es alcanzable por la voluntad) y ampliando la importancia de la voluntad, haciendo ver el contacto con la realidad no lo da la especulación sino la acción.

3.      Estas ideas las cogieron los grandes pensadores (creadores) de la modernidad: Lutero, Maquiavelo (y su seguidor, Hobbes) que desarrollaron las bases del individualismo, que es la base de la modernidad (como opuesto al universalismo de la antigüedad y la edad media, según el cuál el mundo es un sistema jerárquico y cada uno tiene su sitio). Es decir, descubrieron la auto-realización. Desde el origen  se entiende que la voluntad no es suficiente para alcanzar el bien, y que necesita ayuda: de la Gracia, según Lutero, o del Leviatán, del Estado, según Hobbes.

4.      Se podría concluir que el hilo conductor de la Modernidad es la idea de libertad como capacidad del individuo de hacer cosas, y hacerse haciendo cosas. Este es también el principio del resultado, donde un hombre se realiza haciendo, que es, a su vez, la base del economicismo: el hombre vale por lo que produce. En conclusión, en el pensamiento moderno, el hombre es más libre cuanto menos restricciones tiene. De aquí salen todos los movimientos liberadores y revolucionarios.

Pero veamos lo que dice el Cristianismo de la libertad

¿Qué significa ser libre? Hay dos tipos de libertad:

1)      libertad de elección: poder hacer o no hacer, hacer esto o lo otro

2)      libertad fundamental: Significa ‘gobernarse a sí mismo’. Los seres materiales (animales, plantas, minerales) son movidos por instintos, por leyes materiales que les hacen hacerlo todo ‘bien’, como Dios tenía previsto. El hombre sin embargo, tiene libertad fundamental: tiene que decidir si hace o no un acto.


La misma biología y la paleontología nos está ayudando a ver que lo que diferencia al hombre de los animales es que, en algún momento entre del homo erectus y el homo sapiens, algo pasó en el actuar del hombre, que se abrió una brecha entre el estímulo y la acción. Ya no eran las respuestas inmediatas, como en los animales. Es como si alguien hubiera soplado sobre un homo y le hubiera separado el estímulo de la respuesta, el instinto de la conducta. A esta separación es a lo que llamamos libertad.

Comparaciones entre libertad fundamental y de elección:

1)      La libertad de elección la pueden tener los animales, en el sentido de estar enjaulados o no; los animales no tienen la capacidad de gobernarse a sí mismos, no tiene libertad fundamental: son dirigidos por sus instintos;

2)      La libertad de elección se puede perder, la fundamental no: podemos estar presos, pero nada puede forzar nuestra voluntad;

3)      Para desarrollarse como persona hay que ir perdiendo libertad de elección y ganando libertad fundamental: si uno no se casa o no elige una carrera, tiene más libertad de elección, pero no se realiza como persona, tiene menos dominio de su vida, tiene menos libertad fundamental. De hecho, cuando lleguemos al Cielo, no tendremos libertad de elección y, sin embargo, tendremos un máximo de libertad fundamental.

Con respecto a esto último, se puede ver que la plenitud o el desarrollo de la persona significan crecer en libertad.

Como dice Leonardo Polo:

1.      inicialmente el hombre (el embrión) tiene que ganar la libertad en sentido físico: el organismo humano tiene que desenvolverse en su medio, ser capaz de responder a los estímulos, de reaccionar y amoldarse a ellos, en suma, de vivir;

2.      después, el niño tiene que aprender a dominar su propio organismo. Tal dominio exige un aprendizaje y un desarrollo que dura los primeros años de la vida humana;

3.      después de que supera la infancia, y logra dominar su cuerpo, el joven necesita aprender a desenvolverse en su ambiente social. Ello conlleva su interiorización psicológica, es decir, la maduración interior que el vivir lleva consigo. La persona se forja un carácter (es decir, su forma de reaccionar a lo exterior),  pero también una forma de ser y de vivir: una jerarquía de valores, unos principios para su conducta, adquiere una profesión, un estado social. Constituye así su propio mundo interno, su personalidad;

4.      en último lugar, y aún después, el hombre tiene que lograr liberarse del propio yo y autotrascenderse: no existir desde uno mismo y para sí mismo, sino desde Dios y para él. Es la libertad que otorga la fe.

Que es la Libertad

 

Que es la Libertad

Agosto 2010

Introducción

La libertad es el valor supremo en la cultura contemporánea. Dice Ratzinger “las decisiones de los tribunales atribuyen a la libertad artística y a la libertad de opinión preponderancia por encima de todos los demás valores morales. … Para ser aceptada, la política de los gobiernos debe dar muestras de contribuir al progreso de la libertad. Incluso la religión logra hacer oír su voz únicamente presentándose como fuerza liberadora del hombre y la humanidad. En la escala de valores de la cual el hombre depende para su existencia humana, la libertad aparece como el valor básico y el derecho humano fundamental.”

Debemos hacernos algunas preguntas:

¿Desde cuándo la libertad se ha convertido en el valor supremo? ¿Por qué? ¿Por qué no antes?

¿Qué se entiende por libertad 1) capacidad de elegir entre A ó B ó 2) capacidad de autogobernarse? ¿Consiste la libertad en hacer todo lo que uno quiere sin restricciones o consiste en auto-dirigirse hacia su propio fin?

¿Somos menos libres después de que elegimos que antes de elegir? ¿Perdemos libertad cuando nos comprometemos a algo?

Una persona que comete un delito ¿Está determinada por su herencia y por su ambiente, o pudo escoger no cometer el delito?

¿Tiene sentido “aspirar a la libertad”, o la libertad ya le viene dada al hombre, la quiera o no?

¿Cuándo dos libertades individuales chocan, cuán debe prevalecer? ¿Por qué tiene que ceder la libertad de la madre embarazada ante la libertad de su hijo, o al revés?

¿Es la democracia (entendida como un sistema de gobierno a través de representantes del pueblo) una garantía de libertad?

¿Deberíamos aspirar a que no haya leyes en el futuro, porque no sean necesarias?

¿Es mejor ser libre, o es mejor ser un animal determinado por su naturaleza? Jean Paul Sartre decía que el hombre está condenado a la libertad, porque una vida que no está definida es un infierno.

Historia de la libertad

Scotto. Con Duns Scotto (+1308) se plantaron las semillas de la Edad moderna. Scotto reacciona a la introducción del los escritos de Aristóteles en occidente. Piensa que Aristóteles hace superflua la Revelación (la Biblia) porque el conocimiento en Aristóteles es algo tan fuerte que puede llegar a descubrir y entender a Dios. ¿Para qué entonces la Biblia? La forma de defenderse es empezar a decir que la razón no puede alcanzar a Dios. Para conocer a Dios, dice Scotto, es que está la fe. Y esta separación entre razón y fe, es la que explica le historia del pensamiento en la edad moderna. Esta separación, implicaba una minusvaloración de la razón, ya que la razón no era una fuerza suficiente para vivir, porque no llegaba a Dios. La parte del hombre que desde Scotto empezó a tomar importancia fue la Voluntad, ya que Scotto se dio cuenta que la Voluntad si puede querer a Dios. Entonces para él lo importate en el hombre es la voluntad, la capacidad de querer, que es lo que le pone en contacto directo con la realidad. En Aristóteles la voluntad es solo una potencia pasiva que solo actua cuando la inteligencia le presenta un bien. Pero la voluntad en Aristóteles era solamente igual que el deseo: algo muy inferior al amor cristiano. Así que Scotto, aprovecha y corrige a Aristóteles, y lo que hace es caer en un voluntarismo. Voluntarismo es pensar que la potencia principal del hombre, la que manda, la que realmente entra en contacto con la realidad, es la voluntad. El Intelectualismo, la opinión opuesta, afirma que el intelecto, la razón es la potencia primera del hombre, mientras que la voluntad reacciona a lo que le presenta la inteligencia.

Ockam. Esta desconfianza en el poder de la razón, la heredó Guillermo de Ockam (+1350), quien llegó a proclamar que el mundo es un reguerete de seres penetrados de arriba a abajo por la contingencia. Sin embargo existe un orden, pero es porque la voluntad de Dios los mantiene en orden. El bien y el mal están definidos solo por la voluntad de Dios, no porque haya un orden universal.

Para que entendamos la importancia de esta decisión entre la voluntad y la razón, podemos entender que el Islam es un triunfo del Voluntarismo ontológico: Dios no tiene que estar sometido a ninguna racionalidad, el puede exigir lo que le dé la gana. Puede pedirle a algunas personas que se estrellen contra un rascacielos lleno de gente inocente, porqué el no tiene que someterse al principio de no-contradicción.

Uno de los efectos de darle prioridad a la voluntad sobre la razón, es que se fomenta el individualismo (no ético, sino ontológico). La racionalidad de las cosas une a todas las personas que conocen, porque la razón es compartir una verdad que está en las cosas. Pero la voluntad es propia y privativa de cada individuo.

Luteranismo. En una universidad ocamista, fue que se formó Lutero, quien desarrolló su teología basado en esta filosofía nominalista. Lutero es el primero que grita “!libertad!” en el sentido moderno, como emancipación, como la ausencia de restricciones. “Estaba en discusión la libertad de conciencia frente a la autoridad de la Iglesia, es decir, la más íntima de todas las libertades humanas. No es el orden de la comunidad lo que salva al hombre, sino su fe enteramente personal en Cristo. El hecho de que la totalidad del sistema ordenado de la Iglesia medieval en definitiva había perdido importancia se consideró un impulso masivo hacia la libertad” (Ratzinger, “Vedad y Libertad”).

Con la Reforma, el concepto de autoridad, se equiparó con el de “poder” en el sentido que la razón para obedecer a alguien, dejó de ser el orden natural de las cosas, y pasó a ser simplemente el que la autoridad tenía el poder.

Kant. Kant anima a la gente a cuestionar críticamente la autoridad, y aceptarla únicamente en la medida en que se perciba la razón del mandato.

Ilustración. En la Ilustración se consolida esta aspiración a la libertad como emancipación. Se distinguen en la Ilustración dos corrientes:

a. Corriente anglosajona, que cree que cada
individuo tiene unos derechos naturales y que cree que una democracia constitucional, entendida como un equilibrio entre los distintos derechos individuales, es la única forma posible de gobierno.

b. Corriente francesa o russoniana, que cree en el “buen salvaje” que todos llevamos dentro y que proclama una libertad radical, autárquica, es decir, individualista.

Locke. De la Ilustración sale el concepto de derechos humanos, previos a cualquier Estado y a cualquier ordenamiento jurídico. De aquí toma Locke, y los teóricos de la Revolución Americana, la idea de que si un gobernante no respeta estos derechos básicos, principalmente el derecho a la propiedad, ese gobernante no debe ser obedecido. (Este derecho a la propiedad luego se cambió por el “pursue of happiness”)

Nietzsche. Pero Nietzsche re-toma la idea de libertad radical y de voluntarismo, y alimento una concpeción del hombre de la que surgió el nazismo, y al fascismo.

Marx. También Marx toma la idea de libertad radical, russoniana, y la afirma que el hombre tiene que llegar a una emancipación total. En sus propias palabras, en el estado de la sociedad comunista del futuro -será posible “hacer una cosa hoy día y otra mañana, cazar en la mañana, pescar en la tarde, criar ganado en la noche y criticar después de la cena, simplemente a gusto de cada uno…”

Lo peculiar del marxismo es que parte del principio según el cual la libertad existe como tal únicamente cuando es de todos. La libertad está unida a la igualdad. La existencia de la libertad exige ante todo el establecimiento de la igualdad. Por eso el marxismo se concentró en cambiar la estructura de la sociedad para conseguir esa igualdad. El problema fue que nunca supo que estructura darle al mundo para conseguir esa igualdad. Ante los fracasos de sus sistemas se refugiaron en la mitología, afirmando que el sistema funcionaría cuando sugiera un hombre nuevo.

Sartre. La filosofía de la libertad más radical del siglo XX es la de Jean Paul Sartre. Sartre considera al hombre condenado a la libertad. En contraste con el animal, el hombre no tiene “naturaleza”. El animal vive su existencia de acuerdo a leyes con las cuales simplemente ha nacido; no necesita considerar qué debe hacer con su vida. Sin embargo, la esencia del hombre es indeterminada. Es una pregunta abierta. Yo mismo debo decidir qué entiendo por “humanidad”, qué quiero hacer con la misma y cómo deseo moldearla. El hombre no tiene naturaleza, pero es pura libertad. Su vida debe tomar alguna dirección, pero en definitiva a nada llega. Esta libertad absurda es el infierno del hombre.

Cristianismo. Una visión muy importante de la libertad, es la cristiana. De hecho, una de las aportaciones más propias del Cristianismo a la Cultura es la alta posición que tiene la libertad. La libertad es un invento Cristiano. No se conocía en Oriente -donde solo era libre el déspota- ni en el mundo greco-romano donde solo son libres los ciudadanos de Atenas, Esparta o Roma. Solo el Cristianismo cree en que todo hombre, por ser hombre, es libre. Esta idea de que todo hombre es libre le viene al cristianismo por la Revelación de que todos los hombres son creados a imagen de Dios. Y Dios es plenamente libre.

¿Qué significa ser libre? Hay dos tipos de libertad:

1) libertad de elección: poder hacer o no hacer, hacer esto o lo otro

2) libertad fundamental: Significa ‘gobernarse a sí mismo’. Los seres materiales (animales, plantas, minerales) son movidos por instintos, por leyes materiales que les hacen hacerlo todo ‘bien’, como Dios tenía previsto. El hombre sin embargo, tiene libertad fundamental: tiene que decidir si hace o no un acto.

La misma biología y la paleontología nos está ayudando a ver que lo que diferencia al hombre de los animales es que, en algún momento entre del homo erectus y el homo sapiens, algo pasó en el actuar del hombre, que se abrió una brecha entre el estímulo y la acción. Ya no eran las respuestas inmediatas, como en los animales. Es como si alguien hubiera soplado sobre un homo y le hubiera separado el estímulo de la respuesta, el instinto de la conducta. A esta separación es a lo que llamamos libertad.

Comparaciones entre libertad fundamental y de elección:

1) La libertad de elección la pueden tener los animales, en el sentido de estar enjaulados o no; los animales no tienen la capacidad de gobernarse a sí mismos, no tiene libertad fundamental: son dirigidos por sus instintos;

2) La libertad de elección se puede perder, la fundamental no: podemos estar presos, pero nada puede forzar nuestra voluntad;

3) Para desarrollarse como persona hay que ir perdiendo libertad de elección y ganando libertad fundamental: si uno no se casa o no elige una carrera, tiene más libertad de elección, pero no se realiza como persona, tiene menos dominio de su vida, tiene menos libertad fundamental. De hecho, cuando lleguemos al
Cielo, no tendremos libertad de elección y, sin embargo, tendremos un máximo de libertad fundamental.

La plenitud o el desarrollo de la persona significan crecer en libertad.

Como dice Leonardo Polo:

1. inicialmente el hombre (el embrión) tiene que ganar la libertad en sentido físico: el organismo humano tiene que desenvolverse en su medio, ser capaz de responder a los estímulos, de reaccionar y amoldarse a ellos, en suma, de vivir;

2. después, el niño tiene que aprender a dominar su propio organismo. Tal dominio exige un aprendizaje y un desarrollo que dura los primeros años de la vida humana;

3. después de que supera la infancia, y logra dominar su cuerpo, el joven necesita aprender a desenvolverse en su ambiente social. Ello conlleva su interiorización psicológica, es decir, la maduración interior que el vivir lleva consigo. La persona se forja un carácter (es decir, su forma de reaccionar a lo exterior), pero también una forma de ser y de vivir: una jerarquía de valores, unos principios para su conducta, adquiere una profesión, un estado social. Constituye así su propio mundo interno, su personalidad;

4. en último lugar, y aún después, el hombre tiene que lograr liberarse del propio yo y autotrascenderse: no existir desde uno mismo y para sí mismo, sino desde Dios y para él. Es la libertad que otorga la fe.

 

Quién inventó las normas morales

Queremos responder a la pregunta quién ha decidido qué comportamientos son aceptables y cuáles no. ¿Quién decidió que un hombre no se puede casar con su hermana ni con otro hombre? ¿Por qué todas las sociedades de la historia han aceptado esto? ¿Quién decidió que el adulterio o el robo eran inaceptables? La mayoría de los animales viven de coger lo que no es suyo ¿por qué el hombre no puede?.

¿Por ser una pregunta tan básica, casi todos los pensadores de todos los tiempos han aportado alguna respuesta a la pregunta sobre el origen de la moralidad.

Todas las respuestas que se han dado pueden clasificarse en tres grupos: los dioses, los hombres, la naturaleza, es decir:

a) los hombres: para organizar su vida en sociedad, se han puesto de acuerdo en qué se va a permitir y qué no.

b) los dioses: por ser los que mandan, han decidido qué se puede hacer y qué no.

c) la naturaleza de las cosas: el hombre y el universo tienden a un fin, hacia su realización, y son buenas las cosas que llevan al hombre hacia su fin, y malas las que lo apartan.

A) La hipótesis de que los hombres son los que deciden las normas morales se ha extendido sobre todo en la Modernidad, desde la Ilustración. Se puede decir que “el pacto social” y el positivismo son fruto de este pensamiento.

B) La hipótesis de que los dioses son los que deciden lo que está bien, es muy antigua, aunque ya los griegos intuyeron la hipótesis de la naturaleza. Esta hipótesis es la que sigue el Islam y el protestantismo. La voluntad de Dios no está sujeta a ninguna restricción, porque él es soberano. De hecho, el puede excusar a algunas personas de las normas morales generales, como de “no matar”. El protestantismo piensa que lo primero en la religión es la Biblia que es la voluntad de Dios, que crea las normas morales. Por ejemplo, la prohibición de la homosexualidad nace de que Dios la prohibe en el Levítico. Si Dios hubiera querido limitar la prohibición a la homosexualidad entre parientes, pues la homosexualidad estaría bien.

c) la hipótesis de que la naturaleza decide qué está bien, ya fue intuida por Sócrates y Aristótles. Y esto es lo que cree la Iglesia Católica. ¿Cómo es esto? Esta hipótesis postula que en el hombre y en la naturaleza hay un diseño que tiende hacia un fin y que “lo correcto”, “lo moral” consiste en dirigirse hacia ese fin. Los animales y las plantas tienden a su fin “necesariamente”, sin poder evitarlo. El hombre tiende a su fin, pero “libremente”: tiene que querer, si no quiere no lo hace.

 

Desde el siglo 17 la visión cristiana del mundo entró en crisis. La cencia empezó a dibujar un mundo que contradecía en muchas cosas a los que decía el cristianismo:

-la tierra no es el centro,

-el hombre no es m;as que un animal sofisticado;

-el futuro está determinado por el pasado: no hay libertad, y por lo tanto no hay pecado;

-el mundo se explica muy bien con las leyes naturales (no necesitamos la hipótesis de Dios),

-el universo es eterno e infinito: no creado.

La reacción de la gente ha sido poner a la religión como una vivencia interior y subjetiva. De ahí nació el relativismo.

Cuando, en el siglo 17 entró en crisis la cosmovisión aristotélica, también entró en crisis la hipótesis “teleológica” o “finalista”: que hay una finalidad en todo actuar.

Desde mitad del siglo 20 la ciencia empieza a dibujar un universo menos mecánico y más orgánico: con un comienzo, con un final, con una evolución, con capacidad para auto-organizarse. En definitiva, con una inteligencia built-in.

Todo esto apoya a la teoría de que la moral está basada en “la biología”, en la naturaleza.

Por esto creemos que es la moral es objetiva y comunicable

¿Es la Iglesia un invento humano o de Dios?

Cuando uno compara la Iglesia Católica con otras iglesias, hay varias cosas que saltan a la vista: lo más llamativo es la pretensión de exclusividad: qué es la única que tiene la verdad (al final de la clase entenderemos que esto no es tan extraño, porque la verdad, en el fondo, tiene que ser exclusiva), y que además todo el que quiera salvarse tiene que pertenecer a ella. En el momento actual esto suena como locura. Siendo, sin embargo, la Iglesia una institución de tantos siglos esto nos obliga a examinar esta afirmación con seriedad.

Antes de entrar a analizar el tema de la Iglesia, tenemos que reconocer nuestros pre-juicios. Y uno importante es que, por vivir en una cultura de influencia anglo sajona, vemos muchas cosas desde una óptica protestante. Y en el protestantismo “iglesia” es el conjunto de personas que piensan parecido y que se reunen en una comunidad para estimular su propia fe y ayudarse en su camino. Pero lo que los católicos creemos es que el mismo Cuerpo de Cristo que continúa caminando por la historia haciendo lo mismo que hacía en Palestina: sanar y predicar.
Veamos en qué se basa esta creencia de la Iglesia sobre sí misma.     Lo primero que tenemos que preguntarnos es ¿en qué se basa la Iglesia para afirmar esto?: ¿cuál es su “base legal”?: ¿en qué parte de la Biblia dice hay que pertenecer a la Iglesia para salvarse?. Al final de la clase veremos que la pregunta apropiada debiera ser: en qué parte de la Iglesia se dice que la Biblia es la palabra de Dios.

I. CÓMO ENTENDIÓ CRISTO SU PROPIA MISIÓN.

No se entiende el mensaje de Jesús si se le separa del contexto de la esperanza del pueblo elegido, tal y como ésta aparece en el Nuevo Testamento. Muchas personas entienden a Jesucristo como una persona que bajó del Cielo, predicó una religión nueva y se fue. Pero realmente Cristo es la parte de la Alianza que le tocaba a Dios.
Analizando lo que Cristo cómo Cristo veía su misión vemos que lo que realmente Cristo viene a anunciar y a instaurar es “el Reino de los Cielos”. El anuncio de Jesús que leemos en el NT se refiere al reino de Dios, pero no a la Iglesia: la palabra reino de Dios aparece 122 en el NT, de ellas 90 en boca de Jesús. Pero en boca de Jesús “reino de Dios” no significa alguna cosa o algún lugar, es el obrar actual de Dios. Y Jesús mismo es la obra de Dios, su venida, su dominio. Por eso Mc 1,15 dice “el Reino de  Dios ha llegado”, o lo que es lo mismo Dios ha llegado. Para entender esto mejor, recomiendo leer “Jesús de Nazareth” del Papa Benedicto 16.

II. CÓMO ENTENDIERON LOS SEGUIDORES DE CRISTO LA MISIÓN DE CRISTO Y LA DE ELLOS.

Para entender mejor qué Cristo entendía por “reino de Dios”, es importante ver cómo se veían a sí mismos los seguidores de Jesús y por qué se empezaron a llamar “Iglesia”.   
La expresión ‘pueblo de Dios’ se aplica en el NT casi exclusivamente al pueblo de Israel, no a la comunidad de seguidores de Jesús. Ésta última se autodesignó como “ekklesía”. Este vocablo griego deriva del veterotestamentario “qahal”, traducida normalmente como “asamblea de pueblo”.
Estas asambleas existían tanto en el mundo griego como en el semita. Sin embargo en la asamblea griega sólo se reunían hombres mientras que en la veterotestamentaria incluía a mujeres y niños. Esto se debe a que la griega se reunía para decidir lo que había que hacer, mientras que la judía se reunía para escuchar lo que Dios tenía que decir y darle su asentimiento, según el modelo de la que se hizo en el Sinaí. Así Esdras hizo una qahal para re-fundar el pueblo. Y después, en el judaísmo tardío, cuando continuaba la dispersión y la esclavitud, fue aumentando la petición por una qahal convocada por Dios que volviera a refundar al pueblo.
Cuando la comunidad de seguidores de Jesús escoge este nombre, está declarando que esta oración se ha cumplido en ellos: Cristo es el Sinaí vivo. Quienes se acercan a él forman la asamblea elegida y definitiva de Dios (Heb 12, 18-24).     Se comprende que no se usara la expresión pueblo de Dios, sino la que indicaba el centro espiritual  y escatológico del concepto de pueblo. En el centro de esta asamblea está el señor mismo que se comunica en su cuerpo y en su sangre.

III. LECCIONES SOBRE LA IGLESIA QUE SE EXTRAEN DE ENTENDER EL UNIVERSO.

Tras lo visto en las clases sobre hacia dónde va la Ciencia, podemos extraer una lección importante: Dios actúa por causas segundas. Lo que Dios quiere conseguir, lo hace usando a sus criaturas. Hemos visto que la creación no fue en el Big-Bang: la creación se está haciendo y todas las criaturas están contribuyendo a construir el universo definitivo. Esto es lo que se llama EVOLUCIÓN. Vimos también que la Redención, ese abrirnos Dios las puertas de la felicidad, del Cielo, todavía se está realizando. Y que la forma que Dios tiene de anunciarse a los hombres es a través de otros hombres. Nosotros no somos cristianos porque analizamos las distintas religiones y esta fue la que más nos convenció. Somos cristianos porque Dios se puso en nuestro camino, usando a nuestros padres o a algunas personas.
Esta es la lógica de la creación, de la redención, de los sacramentos: para que nos llegue la gracia del bautismo necesitamos del agua, para que nos llegue la Eucaristía, necesitamos pan. No es una opción: sin agua, un simple mineral, no podemos bautizarnos, entrar a la familia de Dios.

IV CONCLUSIÓN: QUÉ ES LA IGLESIA.

En resumen, hemos entendido la forma de bregar de Dios, y entendemos que la Iglesia no es solo el resultado de que la gente que piensa igual se une naturalmente para ayudarse, sino que es parte del plan de Jesucristo que quiso que su misión la llevara a cabo esa comunidad, y por eso la dotó de estructura (jerarquía) y le dio unos poderes fortísimos: ser la depositaria del mensaje que él trajo (poder decidir quién está en lo correcto) y ser la depositaria de la gracia del Espíritu Santo: poder repartir los sacramentos: quitar los pecados, traer el cuerpo de Señor a una reunión, etc.
+    Es un instrumento que Cristo ha creado para seguir su misión en la tierra, pero un instrumento tan vinculado a él (porque sigue su misión de predicar y sanar, y tiene sus poderes) que se dice que es realmente su cuerpo. Como se ve esta comunidad es algo mucho más vinculante que una mera comunidad de los que piensan y sienten parecido. Por lo tanto, para nosotros no puede dar igual pertenecer a esta Iglesia que a otra.

Clasificación de las religiones: las preguntas más radicales

Comenzamos una nueva edición del Curso de Actualización Teológica, también conocido por el curso de Razones para Creer. El objetivo del curso es presentar los fundamentos racionales de la fe cristiana, es decir, ver hasta qué punto las cosas que creen los cristianos son razonables.

Para ello vamos a usar un método que consiste en “empezar desde cero” o suponer que no creemos en nada y empezar a hacernos una pregunta tras otra, a ver si logramos deducir lo que ya nos dice la fe: el cielo, la ley moral, la iglesia, los sacramentos etc.

Este método, de dudar como sistema, lo inventó a principios del siglo XVII, u
n estudiante de los jesuitas en París. Éste quedó tan enamorado de las matemáticas que se convenció que el método matemático podría ser usado en la filosofía para encontrar lo que más ansía un filósofo: la certeza. Se dedicó con tal pasión a esta empresa que revolucionó la filosofía y ahora se le considera el padre del pensamiento moderno: René Descartes.

El método que él diseñó para alcanzar la certeza consistió en “la duda metódica”: dudar de todo y no aceptar más que las ideas claras y distintas. Concluyó después que de lo único que no podía dudar, lo único evidente, era que estaba pensando, por lo tanto concluyó: “pienso, luego existo” (cogito ergo sum). A partir de esta certeza de que “yo soy” se iría deduciendo todo el resto del conocimiento, a base de seguir las reglas de la matemática (de la geometría).

Con esta filosofía se hizo el padre la filosofía moderna al dar a luz dos nuevos paradigmas:

a) el inmanentismo o subjetivismo: el individuo es la medida de toda la realidad

b) el racionalismo: sólo es cierto lo que se puede razonar.

  1. ¿Existe el mundo o no puedo conocerlo porque solo conozco mi percepción y no la realidad?

Se piensa que el principal problema de Descartes no haber admitido la realidad exterior como evidente. Él se dejó impresionar por el hecho de que los hombres soñamos y que creemos, en esos momentos, que existe una realidad que realmente no existe. Por lo tanto decidió dudar también de que el mundo existe. Esto puso al individuo como regla y medida de la realidad y ahí empezaron los problemas.

Nosotros vamos a usar ese sistema de la duda metódica para probar la razonabilidad de la fe cristiana. La única diferencia es que admitiremos la existencia del mundo como evidente, no como demostrable sino como evidente.

  1. Si existe el mundo, ¿tiene el mundo una cierta racionalidad, una lógica, un orden?

  1. Si el mundo tiene un cierto orden, ese orden ¿es fruto del azar o tiene un diseño, como un plano que se ha seguido en su desarrollo cósmico? Es decir, el mundo que vemos ¿es así, tiene esta forma, por el puro dinamismo de la materia que lo compone, que ha ido chocando aleatoriamente y mutando hasta llegar donde estamos? o por el contrario ¿ha ido la materia evolucionando como guiada por una información, por unos planos previos?

  1. Si existe un diseño previo, ¿implica este diseño que existe una fuerza diseñadora que existía antes que el cosmos?

  1. Si existe una fuerza diseñadora ¿es esta fuerza personal o impersonal? Un diseñador impersonal sería, es esencia, el propio cosmos, que teniendo una parte espiritual, en adición a la material, se engendraría y se nutriría a sí mismo. Cuando se dice que el diseñador es personal se quiere significar que tiene inteligencia y voluntad: que puede conocer y querer.

  1. ¿Existe un único dios o múltiples dioses? Cuando se habla de múltiples dioses, no se está hablando de dioses en el sentido pleno de la palabra. En definitiva de lo que se habla es de un conjunto de fuerzas espirituales, que influyen sobre la vida del hombre, algunas pueden ser malas, casi siempre irracionales. Esta es en definitiva la tercera gran alternativa religiosa: ateismo, politeísmos o monoteismo.

  1. Si existe una fuerza diseñadora personal ¿se limita su intervención en el mundo a diseñarlo, o además, continúa interviniendo en el mundo dirigiéndolo de alguna forma? Es decir ¿es sólo un dios diseñante, un relojero que puso en cosmos a correr y lo abandonó, o también un dios gobernante que interviene en los asuntos del mundo, dándoles forma?

  1. Si además de diseñar, gobierna el mundo, ¿Se puede conocer algo de ese dios, además de la huella que haya dejado en el mundo? Es decir, ¿existe alguna revelación sobre cómo es esa fuerza diseñadora? Si se puede conocer algo de él además de lo que diga su huella, esto significaría que se ha abierto al mundo, se ha comunicado con el mundo abriendo como una ventana en la persona del diseñador. A esto se le llama “revelación”, comunicación de Dios con en mundo. La pregunta se puede reformular diciendo ¿ha habido una comunicación de ese diseñador con su creación?

  1. ¿Se reveló primeramente al pueblo fundado por el iraquí Abraham? Entramos ya en el ámbito de la fe, en el sentido de que para creer que Dios se reveló específicamente a Abraham, necesitamos una ayuda de Dios mismo que nos diga que este es su mensaje.

Este es un paso muy delicado, porque hay que entender bien que el hecho de que se necesita la ayuda de Dios, la fe, no significa que la razón no pueda llegar hasta aquí. Significa que la razón tiene que ser ayudada por la fe, no substituida por ella. De hecho, este curso pretende entrar con la razón en la fe: Razones para Creer.

  1. Tras revelarse a Abraham y a sus descendientes ¿Con quién se completó la revelación?
  2. La misión de Jesucristo (sanar y predicar) ¿ya está completada o la continúan sus seguidores (la iglesia)?
  3. Esa iglesia ¿tiene que tener una sola cabeza o puede tener varias?

A quién le corresponde salvar al hombre: al hombre o a Dios. La Justicia

El Papa Benedicto XVI ha escrito una encíclica sobre la doctrina social de la Iglesia, titulada “Caritas in Veritate”. Con este título, que es el inverso del “veritas in caritate” de Efesios 4,15, lo que el Papa quiere señalar es la devaluación que está sufriendo la caridad, que está pasando a ser un sentimiento vacío. Por eso pide que se busque como vivir la caridad en la verdad, es decir, cómo querer de vedad, que sepamos cómo se debe querer.

En este sentido, esta charla versa sobre una virtud que nos dice qué debemos dar a cada persona. La justicia es el hábito según el cual uno, con constante y perpetua voluntad, da a cada cual su derecho (SANTO TOMÁS). Y Juan Pablo II abunda: “Ser justo significa dar a cada uno lo que le es debido. Esto concierne a los bienes temporales, de naturaleza material. …No obstante, al hombre se debe, además, el buen nombre, el respeto, la consideración, la fama que se ha merecido.”.

Tenemos que tener claro, antes de entrar lo que decía nuestro Padre de la justicia: “Únicamente con la justicia no resolveréis nunca los grandes problemas de la humanidad. Cuando se hace justicia a secas, no os extrañéis si la gente se queda herida: pide mucho más la dignidad del hombre, que es hijo de Dios. La caridad ha de ir dentro y al lado, porque lo dulcifica todo, lo deifica: Dios es amor (I Jn 4, 16)” O cómo decía Santo Tomás “La justicia y la misericordia están tan unidas que la una sostiene a la otra. La justicia sin misericordia es crueldad; y la misericordia sin justicia es ruina, destrucción”.

Uno de los debates más importantes que se ha dado sobre la justicia es sobre “a quién le corresponde salvar al hombre: al hombre o a Dios”. Esta fue la cuestión que levantó Lutero, en el siglo XVI, y a la que respondió con un contundente: “A Dios le corresponde salvarnos”. La realidad es que nuestra salvación en una colaboración (100% de Dios y 100% nuestra), pero ahora vivimos en una cultura muy influenciada por esta respuesta, a través del protestantismo. Este “abandono” de la salvación en manos de Dios, ha hecho que el hombre pierda el sentido de Justicio con Dios:
a) prácticamente, no se puede ofender a Dios, porque somos todo debilidad y Él nos salva;
b) se hace difícil de creer en un castigo eterno;
c) en el fondo, se cree en la predestinación: si hay gente que, sin hacer nada, se condena, es que hay gente maldita de nacimiento. Esto lleva a creer que en la tierra existen gente buena y gente mala.

En definitiva, si se descuadra la justicia con Dios, es muy difícil vivir la justicia con los hombres.

Otra visión de la Justicia distinta de la cristiana es el “karma” hindú: la creencia de que todas las obras malas que haga un hombre se acaban pagando en esta tierra. Para sustentar esto (para que hubiera esta justicia) hacia falta más de una vida: se inventaron la metempsicosis o la reencarnación.

[xXx]

Cristo nos ha dejado el mandamiento del amor al prójimo. En este mandamiento se encierra todo lo que concierne a la justicia. No puede haber amor sin justicia. El amor desborda la justicia, pero, al mismo tiempo, encuentra su verificación en la justicia. Hasta el padre y la madre, cuando aman al propio hijo, deben ser justos con él. Si vacila la justicia, también el amor corre peligro (JUAN PABLO II)

La paz es obra de la justicia, indirectamente, en cuanto remueve los obstáculos que a ella se oponen; pero propia y directamente proviene de la caridad, que es la virtud que realiza por excelencia la unión de todos los corazones (SANTO TOMÁS)

La fortaleza sin justicia es palanca del mal (SAN AMBROSIO)