La creación como fundamento de la eucaristía

 

Para entender bien la Eucaristía vamos a entender primero su papel en el diseño del universo.

Dios creó al universo porque quería tener más amor para dar y para recibir.

Como ninguna criatura podría tener su misma perfección, lo que hizo fue crear una diversidad de seres (piedras, animales veloces, animales pequeños, plantas). Dios es tan fuerte como un rinoceronte, tan suave como una rosa, tan rápido como un guepardo, tan sutil como una aguaviva, sólido como una roca y etéreo como el aire.

Lo que hizo fue organizar una fiesta, un concierto. Organizó al cosmos jerárquicamente: abajo lo inanimado, luego lo animado, En la cima del universo puso a los seres inteligentes, que son los que son libres para buscar su propio fin. Esto fue un riesgo,
porque podían desobedecer. Pero fue un riesgo calculado, porque la gloria que le dan las criaturas libres sobre pasa el daño que pueden hacer.

La idea que el la cima de la creación estuvieran unos seres inteligentes es que sean ellos los que en última instancia den a Dios la gloria completa de todo el universo, a base de conocer y amar la obra de Dios.

Cada ser le va a dar gloria buscando su propia perfección. Y buscando su propia perfección se armonizan todas sus actividades en una sinfonía sublime.

Hubo un pequeño problema temporero y es que este ser, cima de la creación, que es el hombre, en el momento en que estaba siendo creado, se rebeló contra Dios. Esto era un problema más grande de lo que parece, porque el hombre era la pieza que le daba el sentido último del universo. Sin un hombre que admire la creación, y la guíe, no llegaba a Dios el canto de las otras criaturas.

El plan que ideó para arreglar este destrozo fue grandioso. El podía haber simplemente perdonado al hombre. Pero para que el arreglo fuera mejor que lo arreglado, se le ocurrió que el hombre mereciera el perdón, que se lo ganará por sus méritos. Él mismo se hizo un hombre y, como hombre, amó tanto a Dios, que compensó de sobra la falta de amor original. Con esto logró reconectar otra vez el universo con su creador.

Pero en vez de hacer esa reconexión de golpe, en vez de poner las cosas como estaban antes del pecado original, lo que hizo fue dejar todo el caudal de sus méritos en manos de los hombres, para que ellos participaran en este reconectar al cosmos con Dios.

Siguió para esta reconexión el mismo sistema jerárquico que usó en la creación. No escribió nada: simplemente le enseño su alma a 12 hombres y les dio a ellos la misión de pasar la gracia.

De ahí nace la iglesia, los continuadores de esa misión de pasar la gracia. Nuestra misión es unirnos con Dios y unir a otras personas a Dios. Nuestra unión con Dios se realiza con los sacramentos, y sobre todo con la eucaristía.

Con esta perspectiva, pensemos lo siguiente:

EN EL UNIVERSO HAY 1.11E+09 Católicos en la tierra

Y además

4.00E+12 Planetas en nuestra galaxia

1.25E+11 Galaxias en universo

5.00E+23 Planetas en el Universo

1.00E+17 Hormigas en la tierra

1.96E+12 Árboles en la Tierra

6.00E+09 Seres humanos en la Tierra

Por lo tanto, de cada catolico dependen :

3,588 Planetas en nuestra galaxia

112 Galaxias en universo

448 Trillones Planetas en el Universo

9,688,834 Hormigas en la tierra

1,758 Árboles en la Tierra

5 Seres humanos en la Tierra

hay una par de billones de planetas, con todas las criaturas que esto supone, que dependen de nuestra Misa para alcanzar su sentido. El universo es un enorme árbol de navidad del que algunas bombillas dependen de nosotros y se apagan si nosotros nos apagamos.

Vivamos con este sentido la Misa.

Historia de la Iglesia en 806 palabras

El sentido de la Historia

La historia no es un sucederse de eventos desconectados, ni es el resultado del azar, sino que está movida por la providencia de Dios y la libertad humana. Dios es el señor de la Historia porque la encamina hacia su fin: nuestra felicidad, es decir, su gloria. Al mismo tiempo él ha querido correr el riesgo de nuestra liberta, para que sea una auténtico entramado de decisiones, donde los hombres vivan en el mundo que ellos mismos van construyendo.

Nosotros vemos en cada incidencia de la historia (tanto en nuestras decisiones cotidianas, como en las grandes encrucijadas de las civilizaciones, como el calentamiento global, una guerra o el sida) unas llamadas de Dios pid
iéndonos que seamos santos y que llevaemos todo hacia él, procurando que Cristo reine en el mundo.

Si en todas las incidencias vemos la mano de Dios, mucho m’as clara y didactica se ve en la historia de la Salvación y, específicamente, en la historia de la Iglesia. Ahí se ve más claro la pasión -la fijación- que Dios tiene porque todos los hombres se salven. Además aprendemos que Dios no quiere salvar solo a cada hombre individualmente sino en conjunto, en familia, como un pueblo, de forma que unos a otros estamos obligados a ayudarnos si queremos cumplir nuestro fin.

Echemos, entonces, un vistazo a lo que es la historia de la Iglesia para ver la mano de Dios actuando y ver los efectos de la libertad de los hombres y solidarizarno con ellos dando gracias por sus fidelidades y pidiendo perdon por sus infidelidades.

Primeros cristianos

La primera gran evolución que se dio en el cristianismo fue que el mensaje de Dios se extendía también a los gentiles, que la antigua ley se sustituía por una nueva, no hecha de prácticas, sino alrededor del mandamiento del amor.

Los apóstoles se extendieron por todo el mundo concido desde India hasta España, predicando una misma verdad, a un mismo Cristo y fundando comunidades a cargo de un obispo.

Persecuciones

La iglesia siempre ha sido perseguida. Cuando más cristianos han muerto debido a su fe fue en el siglo XX. Aquï vemos ya el actuar también del diablo en la historia.

Las primeras persecuciones fueron también en Jerusalen.

Durante los tres primeros siglos estuvieron protagonizadas por el Estado Romano que veía en la nueva religión un peligor para la estabilidad estatal y las costumbres religioso-políticas. Además el pueblo veía en sus vidas una afrenta como lo ve siempre en la conducta de los demás quien no tiene su conciencia tranquila.

Durante este siglo la mano de Dios se manifestó especialmente en el surgimiento de numerosísimos mártires que mostraban una fortaleza desproporcinada a sus circustancias personales. La iglesia siempre los ha venerado por la manifestación de la fortaleza de Dios y su amor por su pueblo. El primer martir fue San Esteban.

En el año 313, el emperado constantino, por el edicto de Milán, reconoció la libertad de los cristianos para confesar y prácticar publicamente su fe. En los siglos siguientes todos los pueblos de Europa se fueron convirtiendo al Cristianismo.

Los padres de la Iglesia y los primeros concilios.

Los padres de la iglesia son escritores cristianos de los primeros siglos que sobresalen por su ortodoxia doctrinal y su santidad de vida. Sus escritos y su vidad tienen una gran importancia en la transmisión de la verdad

Los primeros concilios ecuménicos tienen gran importancia en la profundización de la doctrina trinitaria y cristológica.

La edad media

a. Cisma de Oriente: en el siglo IX, Focio, patriarca de Constantinopla acusó a Roma de haber corrompido la fe porque enseñaba en el credo que el Espírit Santo procede del Padre y del Hijo. En el sigolo XI el patriarca Miguel Cerulario renovó las acusaciones de Foscio y fue excomulgado.

b. Teología en la Edad Media: se desarrollo grandemente. Figura principal: Santo Tomás: Summa Theol’ogica y Summa contra Gentiles. Otros teólogos y santos: San Buenaventura, Santa Alberto Magno y San Bernardo.

c. Las ordenes religiosas: En la alta edad media florece la vida religiosa y monacal. En el siglo V San Benito funda los benedictinos. En el siglo XII aparecen las ordenes mendicantes: Franciscanos y Dominicos.

d. Las Cruzadas: expediciones militares religiosas

Edad Moderna

Lutero: su fallo no fue decir que Dios lo hace todo. Fue el separarse de la Iglesia para poder decir eso.

Revolución Francesa:

Triunfo del laicismo: la religión pertenece a la esfera de la subjetividad. Como en conocimiento de Dios solo viene por la Fe, y no por la razón, entonces lo que yo conozca de Dios me incumbe solo a mi y no debe influir en mis negocios, mis posiciones políticas.

Edad contemporánea: un resurgimiento de la espiritualidad, pero sobre una base del relativismo. Esto hace que la religión se reduzca a una terapia para sentirse bien.

Exito y fracaso: su sentido

Se nos dice qe tenemos que trabajar bien y con afán apostólico, como conecuencia lógica, medrar, ganar un proporcional pretigio y dinero. Pero es dificil ditinguir cuándo trabajamos bien por egoismo y cuando oor amor de Dios.

No podemos tampoco caer en una moral protestante calvinista en la que se piensa que el éxito material es señal de bendición de Dios y el fracaso una señal de rechazo de Dios.
En esta clase vamos a aprender a enfrentarnos al éxito y al fracaso desde una perspectiva cristiana. Esta capacidad tiene en estos tiempos una importancia especial porque vivimos en una sociedad economicista, donde el éxito y el fracaso han cogido unas proporciones gigantescas, pasado a ser equivalentes a la felicidad o la infelicidad.

Una sociedad economicista es una donde el valor de las personas depende de lo que son capaces de hacer o de producir. El fin de la sociedad y de las personas es producir la mayor cantidad de bienes, de forma que las personas puedan tener la mayor cantidad de cosas. En esta mentalidad, la valía de la gente se mide por sus realizaciones, por su curriculum, en definitiva, por sus éxitos. Los medios de comunicación nos ofrecen continuamente el testimonio de los triunfadores.
Esto tiene muchas consecuencias. Entre las más interesantes está el que, al ser la capacidad de producir un valor muy masculino, la sociedad está midiendo el valor a las mujeres de la misma forma que el de los hombres: por lo que mandan, por lo que ganan, por su capacidad de valerse por sí mismos, etc. Se piensa que una mujer que, por ejemplo, no mande o no tenga poder, está menos realizada que una que mande. Esto produce mucho stress y entorpece la construcción de una sociedad armónica.
Por otro lado, una consecuencia positiva del economicismo, de la sobre-valoración del éxito, es que adquirimos una enorme pena por el fracaso: tenemos una auténtica compasión por los que no pueden producir: los impedidos, los desposeídos, los enfermos, los ancianos. Esta enorme pena, viene de imaginarnos nosotros en esa situación y sentir que no tendría sentido nuestra vida.
Aunque esto es una clase sobre cómo bregar con el fracaso, no es, sin embargo, una terapia para el fracaso. No pretende esta clase darnos una técnica para no sentirnos mal ante un fracaso o no perder la cabeza con un éxito. El objetivo de esta clase es ver qué lecciones tienen para nosotros los éxitos y los fracasos, que son una de las vivencias más intensas que experimenta un hombre.
El fracaso consiste en que no se realiza el objetivo de una acción, no se alcanzan los fines propuestos.  ¿A qué se debe el fracaso? A dos grupos de causas:
1) A que nosotros no hicimos lo que debíamos haber hecho;
2) a que las circunstancias no resultaron favorables, fuera de lo previsible (si hubieron sido previsibles entonces sería un fallo tipo 1, un fallo nuestro)
1. ¿A qué se debe que nosotros no hagamos lo que debíamos haber hecho? A falta de inteligencia o a falta de voluntad. Todos los seres humanos venimos al mundo con un defecto de fábrica, que hace que nuestra voluntad e inteligencia no encuentren siempre la verdad y el bien. En la medida que nuestro fracaso se deba a un fallo nuestro, debemos arrepentirnos y dolernos, para sacar de la caída una lección y un impulso a hacerlo mejor la próxima vez.
Un aspecto decisivo de la madurez de las personas es aprender a triunfar y fracasar, que significa:
1) conocer la diferencia entre lo que somos y lo que quisiéramos ser;
2) saber que nunca vamos a eliminar ese gap completamente; aprender a vivir con ese sinsabor y
3) no dejar nunca de tratar de cerrar este gap, a pesar de que nunca alcanzaremos aquí el éxito.
En la lógica cristiana, el triunfo consiste en morir luchando. Hay muchos defectos que no desterraremos, muchas metas que no alcanzaremos. Pero si morimos luchando contra ellas, no claudicando, no aceptándolas, entonces hemos triunfado: iremos al cielo; seremos santos.
2. Cuando los fallos no sor por nuestra culpa. Una parte importante de nuestros fracasos se deben a circunstancias fuera de nuestro control. Nosotros hemos hecho lo correcto por nuestra parte, pero las cosas no salieron. ¿Cómo interpreta esto el pensamiento cristiano?
Una de los rasgos más distintivos del cristianismo e islamismo es creer en la providencia: la historia está siendo llevada por un Dios, la historia de la humanidad y de cada una de las criaturas. Todo es una sinfonía perfecta, donde la miríada de ruidos acaban armonizándose en una sublime melodía que canta la perfección y la gloria de ese Dios.
Esto significa que, todo lo que no es obra de nuestra libertad, es para nuestro bien y el de la humanidad.

Noveno Mandamiento

Para muchas personas la moral cristiana se reduce a: amar a los padres, no matar, no fornicar, no robar y no mentir. Ignoran la realidad de los pecados internos, de los que no se comenten con actos externos, sino internos: de la imaginación, de la memoria, del deseo.
En la Sagrada Escritura se distinguen tres especies de deseo i
nmoderado o concupiscencia” la concupiscencia de la carne, la concuiscencia de los ojos y la soberbia de la vida”. El noveno mandamiento se refiere a la concupiscencia de la carne y el décimo a la concupiscencia del bien ajeno. A esto es a la qoe a veces se le llama “la carne” que lucha contra el “espíritu”.
Pero esa atracción inmoderada hacia la carne no es mala en s’i misma. Uno de los grandes errores de Lutero fui identificar concupiscencia con pedado, lo que le hizo fue concluir en el pesimismo ontológico protestante: que todo lo que el hombre hace es pecado. Una vez aquí dio el paso de que no se puede hacer nada y que Dios lo hace todo. Sa abandonan las obras, se bandona en definitiva la lucha cristiana. El sentir inclinaciones torcidas no es pecado. El pecado está en consentirlas, en darles paso con la voluntad.
También existe el error contrario: pensar que todas las tendencias son naturales y, por lo tanto buenas. El noveno mandamiento nos ayuda a darnos cuenta de que esto no es así, porque la concupiscencia ha torcido la naturaleza.
Este desorden nos impulsa a rezar y nos lleva a amar todo lo creado porque todo es bueno, es nuestro corazón el que puede hacer mal uso de ese bien.
Los pecados internos son:
A.coplacencia morosa: los malos pensamientos, representarse un acto pecaminoso sin ánimo de realizarlo.
B. Mal deseo: apetencia de un acto malo con ánimo de realizarlo.
C. Gozo peceminosos: la complacencia deliberada en una acción mala ya relizada, por sí o por otros.
El deseo de la feficidad verdader aparte al hombre del apego desordenado a los bienes de este mundo para tenero todo en Dios.

Historia de la Iglesia en 806 palabras

HISTORIA DE LA IGLESIA EN 806 PALABRAS

Febrero 2007

El sentido de la Historia

La historia no es un sucederse de eventos desconectados, ni es el resultado del azar, sino que está movida por la providencia de Dios y la libertad humana. Dios es el señor de la Historia porque la encamina hacia su fin: nuestra felicidad, es decir, su gloria. Al mismo tiempo él ha querido correr el riesgo de nuestra liberta, para que sea una auténtico entramado de decisiones, donde los hombres vivan en el mundo que ellos mismos van construyendo.

Nosotros vemos en cada incidencia de la historia (tanto en nuestras decisiones cotidianas, como en las grandes encrucijadas de las civilizaciones, como el calentamiento global, una guerra o el sida) unas llamadas de Dios pidiéndonos que seamos santos y que llevaemos todo hacia él, procurando que Cristo reine en el mundo.

Si en todas las incidencias vemos la mano de Dios, mucho m’as clara y didactica se ve en la historia de la Salvación y, específicamente, en la historia de la Iglesia. Ahí se ve más claro la pasión -la fijación- que Dios tiene porque todos los hombres se salven. Además aprendemos que Dios no quiere salvar solo a cada hombre individualmente sino en conjunto, en familia, como un pueblo, de forma que unos a otros estamos obligados a ayudarnos si queremos cumplir nuestro fin.

Echemos, entonces, un vistazo a lo que es la historia de la Iglesia para ver la mano de Dios actuando y ver los efectos de la libertad de los hombres y solidarizarno con ellos dando gracias por sus fidelidades y pidiendo perdon por sus infidelidades.

Primeros cristianos

La primera gran evolución que se dio en el cristianismo fue que el mensaje de Dios se extendía también a los gentiles, que la antigua ley se sustituía por una nueva, no hecha de prácticas, sino alrededor del mandamiento del amor.

Los apóstoles se extendieron por todo el mundo concido desde India hasta España, predicando una misma verdad, a un mismo Cristo y fundando comunidades a cargo de un obispo.

Persecuciones

La iglesia siempre ha sido perseguida. Cuando más cristianos han muerto debido a su fe fue en el siglo XX. Aquï vemos ya el actuar también del diablo en la historia.

Las primeras persecuciones fueron también en Jerusalen.

Durante los tres primeros siglos estuvieron protagonizadas por el Estado Romano que veía en la nueva religión un peligor para la estabilidad estatal y las costumbres religioso-políticas. Además el pueblo veía en sus vidas una afrenta como lo ve siempre en la conducta de los demás quien no tiene su conciencia tranquila.

Durante este siglo la mano de Dios se manifestó especialmente en el surgimiento de numerosísimos mártires que mostraban una fortaleza desproporcinada a sus circustancias personales. La iglesia siempre los ha venerado por la manifestación de la fortaleza de Dios y su amor por su pueblo. El primer martir fue San Esteban.

En el año 313, el emperado constantino, por el edicto de Milán, reconoció la libertad de los cristianos para confesar y prácticar publicamente su fe. En los siglos siguientes todos los pueblos de Europa se fueron convirtiendo al Cristianismo.

Los padres de la Iglesia y los primeros concilios.

Los padres de la iglesia son escritores cristianos de los primeros siglos que sobresalen por su ortodoxia doctrinal y su santidad de vida. Sus escritos y su vidad tienen una gran importancia en la transmisión de la verdad

Los primeros concilios ecuménicos tienen gran importancia en la profundización de la doctrina trinitaria y cristológica.

La edad media

a. Cisma de Oriente: en el siglo IX, Focio, patriarca de Constantinopla acusó a Roma de haber corrompido la fe porque enseñaba en el credo que el Espírit Santo procede del Padre y del Hijo. En el sigolo XI el patriarca Miguel Cerulario renovó las acusaciones de Foscio y fue excomulgado.

b. Teología en la Edad Media: se desarrollo grandemente. Figura principal: Santo Tomás: Summa Theol’ogica y Summa contra Gentiles. Otros teólogos y santos: San Buenaventura, Santa Alberto Magno y San Bernardo.

c. Las ordenes religiosas: En la alta edad media florece la vida religiosa y monacal. En el siglo V San Benito funda los benedictinos. En el siglo XII aparecen las ordenes mendicantes: Franciscanos y Dominicos.

d. Las Cruzadas: expediciones militares religiosas

Edad Moderna

Lutero: su fallo no fue decir que Dios lo hace todo. Fue el separarse de la Iglesia para poder decir eso.

Revolución Francesa:

Triunfo del laicismo: la religión pertenece a la esfera de la subjetividad. Como en conocimiento de Dios solo viene por la Fe, y no por la razón, entonces lo que yo conozca de Dios me incumbe solo a mi y no debe influir en mis negocios, mis posiciones políticas.

Edad contemporánea: un resurgimiento de la espiritualidad, pero sobre una base del relativismo. Esto hace que la religión se reduzca a una terapia para sentirse bien.

Cuál es el Sentido de la Vida

¿Cómo surge la pregunta sobre el sentido de la vida, sobre el para qué esforzarse, sobre por qué aguantar las situaciones en las que la vida nos pone? Esta pregunta suele surgir cuando se quiebra la idea de que las cosas van según lo previsto, o según lo que queríamos, es decir, cuando experimentamos el fracaso. Esta pregunta no se la hacen las personas cuándo todo va bien, a no ser que uno sea un pensador profesional, un filósofo.
El sentido de la vida es algo propio de cada vida, de cada persona, y cada uno debe encontar la respuesta a su propio sentido: no cabe encontrar un sentido genérico de la vida. Pero existen algunos principios generales que pueden ayudar a que cada uno en concreto encuentre el sentido de su vida y que pueda ayudar a los demás a que encuentren el suyo.

Un principio que descubirmos rápidamente es que “vivir es una tarea esforzada”. Así es la vida biológica, animal, un continuo esfuerzo por vivir, una lucha por la vida, también en el hombre. Vivir cuesta trabajo.
Lo que el hombre necesita es tener un justificación para sus esfuerzos, esto es lo que se llama tener un sentido para vivir. El sentido de vivir es, por tanto una meta, un fin que la persona tiene a cuya consecución dedica la tarea de vivir y de llenar un día y otro de trabajo. Cuando se tienen objetivos claros en la vida, entonce los esfuerzos que ésta conlleva se ven como parte del camino que hay que recorrer para alcanzarlos. La lucha de vivir tiene un sentido, entonces, claro: llegar a donde queremos.
Podemos concluir con esto, que el primer requisito para que la vida de una persona tenga sentido, es tener objetvos claros, o mejor, tener todo un proyecto de vida que consista en alcanzar unas metas, vivir unos valores o llevar a caba unos ideales.
Típicamente los fines que las personas se proponen con su vida son: 1) llegar a ser un cierto tipo de persona,  que es lo que se llama encarnar unos valores; o 2) también el contribuir a hacer un mundo mejor con un cierto tipo de aportación, que incluye el llegar a tener un cierto tipo de familia, que es lo que se llama “implantar un ideal”. 3) el amor

La pérdida del sentido de la vida
Puede darse que una persona llegue a una situación en la que no tengas fines que quiera alcanzar en la vida y, por tanto, no tiene un proyecto de vida con el que alcanzar dichos fines. Esto lo que genera es la falta de ilusión. Una persona en esta situación no encuentra, podríamos decir, una razón para salir de la cama cada mañana, porque lo que le espera son una serie de tareas que le resultan tediosas. Una persona que llega a esta situación de no tener un porqué luchar normalmente toma una de estas dos posturas:
1. Se convence de que una vida sin sentido no vale la pena ser vivida, y cae entonces en un pesimismo paralizante, lleno de amargura y disgusto interior. Se convence de que nada vale la pena porque hay un destino inexorable contra el que no se puede ya hacer nada. Se concluye que lo mejor es vivir como si creyeramos en algo, para no tener que enfrentarnos al vacio de sentido que hay en el mundo. El hombre, se piensa, solo puede ser levemente feliz en la medida en que se olvide del fondo oscuro y sombrío de su existencia. La gente no suele permanecer mucho tiempo en esta actitud, por lo dura que resulta, y busca probar con la segunda opción.
2. La segunda salida, para los que piensan que su vida no tiene un sentido, es escapar de la dureza cotidiana, evadirse, a base de una de dos vías:
a) O volcarse en una exterioridad total, buscando en cada momento o una actividad o un placer  que se le un sentido a ese instante, aunque sea fragmentariamente; no dejando nunca de escuchar radio, ver TV,trabajar, hablar por celular y cualquier actividad que impida un silencio donde se escuche el eco solitario de la vaciedad vital;
b) o evadirse de esta vida y buscarse un mundo alternativo, bien sea un mundo virtual como un vídeo juego o una relación por internet; o un mundo químico como el del alcohol o las drogas.
Es interesante ver con cuanta abundancia encontramos en nuestro mundo actual a gente que ha tomado alguna dé estos tres salidas: o la depresión, o el activismo o los placeres. Este hecho apunta es que debe haber mucha gente cuya vida posiblemente no tiene sentido para ellos.

¿Cómo se encuetra un sentido a la vida?
Dice Nietzche “quien tiene un buen ‘por qué’ aguanta cualquier ‘como'”. Para uno vivir con sufrimiento, y todos vivimos con sufrimiento, lo que hace falta es tener un motivo para llevarlo, tener un porqué.
Hasta aqui hemos visto las salidas que hay para cuándo uno no le encuetra sentido a la vida. Pero más interesante es reflexionar sobre cómo uno le encuentra el sentido a su vida y, luego, cómo asegurarse que ese sentido sea lo más pleno posible.

La pregunta ¿cuál es el sentido de la vida? no se puede plantear en términos generales. Sería como preguntarle a un gran maestro de ajedrez “Dígame, ¿cuál es la mejor jugada que se puede hacer?”. La mejor jugada va a depender de en qué posición estén las piezas en cada momento.
¿Pero, no podemos decir que el sentido de la vida es alzanzar la felicidad? No. Esto sería tautológico, es decir, circular: precisamente la felicidad consiste en vivir una vida plena de significancia. Por la misma razón no se puede decir que el sentido de mi vida es ” ser santo” o ” hacer la voluntad de Dios”, porque precisamente, ser santo es hacer la voluntad de Dios y la voluntad de Dios para cada persona consiste en que, en cada momento viva la vocación a la que ha sido llamado, y esa vocación es precisamente, el sentido de nuestra vida. Estamos es una definición circular.
Se pueden resumir los sentidos que la gente da a sus vidas en tres grupos:
1. La realización de uno mismo
2. La realización de un proyecto
3. El amor a una persona
(Todas estas reflexiones nos deben de llevar a indagar sobre qué es que a nosotros nos mueve)
Gran parte de lo que aprendemos en estas charlas está sacado de la observación atenta del diseño del hombre y de la naturaleza. Para responder a la pregunta de qué es lo que da más sentido a una vida, podemos mirar a las personas de alrededor (en el espacio y el el tiempo) y ver cuáles son las personas que tienen un sentido más grande para su vida, quienes son, en definitiva, las más felices. Obviamente, aquí no estamos hablando de felicidad como el ‘sentirse bien’, sino como la realización más plena posible de la vida humana.
No hay una forma directa de medir la felicidad de la gente, la fuerza del sentido de su vida. Pero hay una forma indirecta de hacerlo: es viendo los efectos, y por ellos juzgando la fortaleza de la causa. Si una persona tiene una gran razón para vivir, si tiene un buen ‘por qué’, entonces aguantará cualquier ‘cómo’. De aquí se deduce que el sufrimiento es la medida de la felicidad. Un motivo para vivir será más fuerte cuanto más lleve a aceptar el sufrimiento que supone la consecución de esa meta. Por lo tanto, a la hora de evaluar qué cosas proporcionan un mejor sentido a la vida, hemos de ponerlas al trasluz del dolor.
Veamos, con este criterio, las distintas opciones que hay pare darle sentido a una vida.

a) Autorrealización
Uno podría poner el sentido de su vida en autorrealizarse, en sacar de uno mismo el máximo de todo lo que uno es capaz.
Poner el sentido de la vida en uno mismo tiene unos graves problemas
[…]

b) Realización de un proyecto
Muchas personas cifran el sentido de su vida en realizar un proyecto vital, una obra, como, por ejemplo, sacar adelante una familia, o contribuir a la extesión en el mundo de un ideal, o llegar a ser presidente de este país, etc. Mucha gente siente que se le ha asignado una tarea y pone el sentido de su vida en realizarla. Cuanto más noble se el proyecto, o mejor dicho, la aportación de uno al proyecto, más llena de sentido estará la vida, el trabajo y las ocupaciones de cada uno.
Poner el sentido de la vida en la realización de un proyecto o un ideal, es algo muy noble y vivificante. Tiene, sin embargo, algunos problemas.
Para empezar, el proyecto se puede truncar, revelase inalcalzable. En este momento nuestra vida perdería su sentido.
[…]
c) La que más llena de sentido la vida es amar

¿Eres víctima dela Tibieza?

TIBIEZA

DIC 2006

El hombre está diseñado para la perfección. Por eso se resiente y frustra ante sus limitaciones e imperfecciones; por eso nunca está satisfecho con lo que tiene ni con lo que es y siempre aspira a más. Esto es una verdad antropológica. Y los cristianos sabemos, además, que esta perfección consiste nada más y nada menos que en hacernos como dioses, eternos, puros, perfectos. Esta es nuestra vocación “Sed perfectos como mi Padre celestial es perfecto” ; ” El nos ha elegido antes de la constitución del mundo para que seamos santos” (Ephes 1,4); “Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación” (I Thes IV 3).

Pues, bien, uno de los grandes peligros de esta llamada es la tibieza que consiste es una actitud de indiferencia ante las cosas de Dios, que se manifiesta en una postura humana de mediocridad, de dejaciones, de abandono en las cosas pequeñas. Es una flojera del alma que sobreviene cuando una persona quiere acercarse a Dios con regateos, sin renuncia, sin lucha, sin abnegación. Según Santo Tomás la tibieza es una cierta tristeza por la que el hombre se vuelve tardo en realizar actos espirituales a causa del esfuerzo que comportan.

¿Cómo saber si estamos en Tibieza?

Camino 331: “Eres tibio se haces perezosamente y de mala gana las cosas que se refieren al señor; si buscas con cálculo o cuquería el modo de disminuir tus deberes; si no piensas más que en ti y en tu comodidad.; si tus conversaciones son ociosas y vanas; si no aborreces el pecado venial; si obras por por motivos humanos.”

Más síntomas:

1. Confesarse de tarde en tarde

2. No acudir con asiduaidad a la sagrada comunión

3. Dejar las oraciones acostumbradas

4. Sobre todo: no dar importancia al pecado venial

5. Más caprichos, más cosas, más necesidades y menos desprendimiento “quien se alimenta de migajas anda siempre hambreandos”

6. El paladar se embota para cosas del espíritu y sólo gusta de las cosas de la Tierra.

Remedios contra la tibieza

Al tibio, como tiene debilitada la voluntad, no se le hace fácil reconocer su estado.

Remedios: Tomar en serio la santidad “Me dices que sí, que quieres. – Bien, pero quieres como un avaro quiere su oro, como una madre quiere a su hijo, como un ambicioso quiere sus honores o como un probrecito sensual su placer? ¿No? -Entonces no quieres.” Camino 316.

Amar la Cruz de Cristo: la tibieza lleva consigo horror al dolor, a la renuncia; al sacrificio. Hay que fijarse algunas mortificaciones habituales. Luchas contra la hipocresía.

Un plan de vida concreto

Dirección espiritual

¿Por qué tantas religiones?

¿POR QUÉ TANTAS RELIGIONES?

Clase # 1B cbf

Nov 2005

§ Si, como hemos visto, cualquier persona puede llegar a conocer a Dios solamente con el examen de la creación, de la naturaleza, entonces ¿cómo es posible que haya tantas religiones? Y después ¿cómo sabemos cuál es la verdadera? ¿Podemos decir que no importa qué religión uno profese, que lo que importa es que se practique con sinceridad de corazón?

§ Para poder responder a estas cuestiones, tenemos que dar varios pasos. Primero hemos de reconocer que si nosotros estamos (profesamos) la religión católica, no es porque hayamos hecho un análisis de todas la religiones y concluimos que esta es la más verdadera. No es así. Nosotros somos católicos porque nuestros padres nos educaron en católico. Pero esto no significa que seamos católicos “por casualidad”. Esto lo que manifiesta es que la fe es un regalo de Dios. Primer paso.

§ Como veremos en otras charlas, nuestras circunstancias son nuestra vocación, es decir, la familia en la que nacemos, la época y el país en el que no toca vivir, la estatura y el color del pelo, una habilidad innata para contar chistes, etc, todas esas circunstancias indican la vocación, la llamada, la misión para la que Dios nos trae al mundo. Por lo tanto, somos cristianos porque Dios nos ha llamado a serlo, por vocación, no por nuestra elección.

§ Segundo paso. De aquí de deduce algo que tiene unas consecuencias radicales, para nuestra vida de cristianos y que mucha gente no ha descubierto todavía, que los cristianos somos enviados de Dios, con una misión específica que cumplir en la Tierra.

§ Tercer paso. Pero ¿y aquel musulmán, o el que nació protestante, no han sido llamados? Dios les está diciendo: búscame, descúbreme, ven a mi. A nosotros también nos lo dice, pero con la diferencia de que a ellos nos les ha dado plenamente el don de la fe, de conocer verdaderamente al verdadero Dios. Nosotros estamos objetivamente cerca de la verdad, pero esto no nos da subjetivamente una ventaja, porque más se nos exigirá cuando nos juzgue y nos pregunte ¿cuánto me llegaste a conocer y a amar?

§ Cuarto paso ¿Pero, entonces, por qué Dios no je ha dado la verdadera fe a todo el mundo por igual? ¿No evitaría así que hubiera distintas religiones, con toda la complicación que esto ha traído a la Historia? Dios ha querido crear un mundo en estado de vía, en evolución hacia su perfección última (por eso es que existe el mal físico y las limitaciones) Y Dios a querido encomendar al hombre la tarea de ir perfeccionándolo. Y Dios ha querido no dar directamente a la humanidad la plenitud de la Fe, sino que se ha querido que los hombres nos llevemos unos a otros hacia el conocimiento verdadero de Dios Por esto es que decimos que la vocación cristiana es una vocación apostólica: porque estamos llamados a acercar a la gente que nos rodea hacia Dios.

§ Estamos ahora en posición de responde a las preguntas iniciales ¿Porqué existen tantas religiones? Porque Dios no se he revelado plenamente a todo el mundo, para que los cristianos podamos colaborar con El en la extensión de su reino. Llevando a todo el mundo hacia el pleno conocimiento de Dios.

§ ¿Pero da igual qué religión uno practique? Sabemos que los que practican otras religiones pueden salvarse, si lo hacen con sinceridad de corazón. Pero sería muy egoísta y cómodo de nuestra parte, permitir que solo disfruten en la Tierra de un sucedáneo de la verdadera religión cuando pueden conocer a Dios con mucha más perfección y disfrutar de todos los medios para salvarnos que tenemos en la Iglesia Católica: los sacramentos, sobre todo. Si a nosotros se nos puede hacer difícil cumplir la voluntad de Dios en la verdadera religión, no podemos permitir que nuestros hermanos los hombres pongan en riesgo su felicidad eterna por ir hacia ella por caminos secundarios.

Una aclaración: parece que la diversidad de religiones ha sido la causa de muchas guerras en la historia. Sin embargo si uno mira las creencias de las distintas religiones, casi ninguna legitima la agresión, ni mucho menos incita a batallar. Pensemos en los concflictos entre hindues y sikhs o musulmanes. Pensemos en las mismas guerras de religión en Europa. No se puede encontrar en esar religiones algo que diga que tienes que convertir a los demás a la fuerza.

Lo que pasa es que la religión sirve para diferenciar grupos de humanos, como también sirve (y más aún que la religión) la raza o el lugar de nacimiento. Y una vez que se ha establecido diferencias entre dos grupos, la danada naturaleza humana provoca a que un grupo quiera relegar a otro. Pero el problema no está en la religión, sino en el deseo de imponernos unos a otros.

Realmente más que desanimarnos por que hay muchas religiones, debemos de maravillarnor por la total universalidad del fenómeno religioso y por lo mucho que tienen en común todas las respuestas a este fenómeno, todas las religiones.

Sentido de la Liturgia

Vamos a empezar en estas clases a hablar de los sacramentos (bautismo, eucaristia, etc). Pero antes de entrar a hablar de cada uno vamos a aclarar cual es el sentido de las celebraciones, ceremonias y rituales cristianos. Estamos en un momento del ciclo cultural en el que no se valoran mucho las ceremonias, por lo que se hace más importante explicar el sentido de la Liturgia cristiana.

La palabra liturgia significa originariamente “obra o quehacer público” o ” servicio en favor del pueblo”. En el contexto cristiano, liturgia son las celebraciones o ceremonias en las que Cristo continúa la obra de su redención. Y esto incluye
no solo las celebraciones, sino el anuncio del evangelio (apostolado) y las obras de caridad.

Cómo es esto de continuar la Redención? No se completado ya? Hay que recordar, de la clase sobre la Redención, que los católicos creemos que la redención ha sido completada pero no ha sido aplicada: hay que ir aplicándola a cada hombre a lo largo de la historia, que es el tiempo que pasa entre la primera y la segunda venida de Cristo.

Y este es el sentido de que exista la Iglesia. Los protestantes no creen esto; creen que Cristo al morir pagó nuestra deuda y que desde entonces el que crea en Él será salvo. Por lo tanto para los protestantes el papel de una iglesia y de unos sacramentos es secundario: la fe en Jesús lo hace todo. Nosotros creemos que el plan de Dios para salvarnos (lo que se llama la economía de la salvación) incluye el fundar un pueblo, una tribu, que se dedique a extender su reino, que quiere decir: 1) ir anunciando a lo largo de la historia el mensaje de Cristo (básicamente, un modelo de vida y unas creencias) y 2) a ir repartiendo su Gracia: una fuerza que nos ayuda a hacer las cosas bien, que nos perdona los pecados, nos fortalece la voluntad: nos hace mejores.
Pues bien, este anaunciar el mensaje y este repartir la gracia en los sacramentos, es lo que se llama liturgia. Vemos entonces como, en el fondo, la Iglesia existe para la Liturgia. Esa es su misión. No es hacer obras de caridad (que deben hacer los hombres) ni es su misión el servir de grupo de apoyo o de club de los que creen en Cristo. De hecho se dice que la Iglesia es en sí misma un sacramento: un signo sensible que produce la gracia.
La liturgia tiene pues dos dimensiones. Una hacia aniba y otra hacia abajo. haCia a abajo es la diepensacion de la GraCia De CRiSto a Los hombres. La funcion hacia arriba es la de Subir les alabanzas di los hombres y las peticiones nuestras de ayuda y de perdon.

¿Es la Fortaleza una virtud?

Fortaleza

JUL 2005

El Cristianismo es un ideal, es decir, una visión de cómo debe ser el hombre, la sociedad y el mundo. También es un ideal el comunismo, el socialismo, el ambientalismo, la estadidad, la Ilustración, la masonería, etc y la mayoría de los religiones. Son world views: ideales de cómo debe ser el mundo.

Si nosotros nos llamamos cristianos es porque queremos que ese ideal se haga realidad: que cada hombre sea como fue Jesús y que la sociedad se organice de tal forma que facilite el máximo el que los individuos puedan desarrollarse.

Pues bien, dice San Josemaría que ningún ideal se hace realidad sin sacrificio. (repetir). Qué tipo de sacrificio.

Primero, como el ideal consiste primero en cambiarnos nosotros, tendremos que luchar contra el peso de nuestra propia carne y de nuestras propias miserias. Y esto por toda la vida. A mucha geste este peso le agobia, el ahoga, le desespera. Es fuerte.

En segundo lugar, el ideal consiste en cambiar a los demás y al mundo. Esto implica que tendremos que luchar en primer lugar contra el peso de las miserias de los demás (la pereza, la sensualidad, el orgullo). Y en segundo lugar, contra la inercia: la tendencia a no cambiar las cosas de cómo están.

Esto lo han tenido que vivir todos los cristianos de todas las épocas. En adición a esto, estamos en una época donde la corriente del agua alejándose de Dios es tan fuerte que no es posible vivir es cristiano si estar haciendo un esfuerzo constante. Ha habido épocas en las que uno podía mantenerse sin ofender a Dios aunque sin tratar de seguirle, porque el ambiente, las costumbres, lo que se ensenaba en la universidad y en la televisión no era totalmente contrario al ideal cristiano. En esas épocas, simplemente “estando” en la Iglesia uno podía “ir tirando”. En estos tiempos esto no es posible. En esta época un cristiano no puede mirar la mayoría de lo que aparece en la TV. Y esto está fuerte. No puede ir a muchos de los lugares de entretenimiento donde van la gente de su edad. Y esto está fuerte. Estamos en momentos especiales.

Qué implica todo esto? Que si queremos llevar a este mundo hacia el ideal cristiano tendremos que estar luchando contra corriente todos los días de nuestra vida.

Y qué implicación tiene el que nuestra vida se nos presente como una lucha peremne? El que, como en todos los pueblos guerreros, tengamos que valorar en mucho la virtud de la fortaleza.

Cómo uno adquiere la virtud de la fortaleza? La fuerza de la voluntad se desarrolla ejercitándola. Cómo se ejercita la voluntad: buscando pequenos puntos de negación diarios.

+Negación al crapicho.

+Negación en la argumentación, al quedarnos callados.

+Hay un campo de la actividad humana que es donde nosotros más podemos y debemos ejercitar nuestra voluntad y así crecer y madurar. El ámbito de nuestro trabajo o nuestro estudio. Para destacar en el trabajo no basta con tener chispa, hay que fajarse, que viene de ponerse una faja para poder hacer más fuerza.

+Negación en las comidas, comiendo un poco más de lo que nos gusta menos y un poco menos de lo que nos gusta más.

+Exigiéndonos en el horario: viviéndo minutos heroicos: empezando en punto las cosas y acabándolas en pu
nto. Y no por afán de cuadricularse, ni por la importancia que pueda tener empezar en punto, sino por amor a Dios: porque uno quiere tener una voluntad fuerte con la que poder llevar el mundo y uno mismo a Dios.

+Exigiéndose en el orden en sus propias cosas (cuartos, instrumentos, libros). Y exigiéndose en el aseo personal, no solo para verse bien por caridad con los demás, sino como un campo en el que puede ejercitarse la voluntad.

Decía Francisca Javiera del Valle que “el senorío de uno mismo es vivir el cielo ya en la tierra”. Pero claro, nosotros no buscamos el senorío de nosotros mismos por querer sentir simplemente el auto-control. Ese placer de poder hacer lo que nos propongamos. Conocí una vez a un banquero que era tremendamente engreido: despreciaba al resto de la gente, aunque los tratara bien para utilizarlos. Luego, cuando lo conocí mejor descubrí que todo había empezado desde que comenzó una dieta que le había hecho rebajar decenas de libras. Y esto le había llevado a creerse superior. El control de la voluntad, si no va acompanado de un crecimiento en conocimiento propio, puede dar muchos problemas.

Los cristianos, además, tenemos un arma secreta para crecer en fuerza en la voluntad: pedirle al Espíritu Santo el don de la Fortaleza. Porque lo que estamos buscando en definitiva, es llevar el mundo a Dios empezando por nosotros mismos. Esta misión supera nuestra pobres fuerzas, por eso sabemos que el Senor va a acudir en nuestra ayuda, fortaleciéndonos con su Espíritu.