El Relativismo: su origen y su posible final

El gran enemigo del cristianismo al presente no es el ateismo, ni mucho menos el Islam. El gran enemigo del cristianismo ahora es el relativismo: la idea de que no se puede saber cuál es la realmente la verdad, sino que cada uno tiene “su” verdad, y lo que piensa que es correcto. Pensemos en las grandes preocupaciones de la Iglesia hoy: el aborto, el divorcio, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la eutanasia. Si estas posiciones avanzan es porque hay mucha gente convencida, no de que el aborto es bueno, sino de que si para alguien es bueno, hay que respetarle esa opción.

Cristianismo afirma ser la religión verdadera. Pero el cristianismo tiene la pretensión de ser la religión verdadera, lo cual choca de frente con la mentalidad actual por su sobre pretensión: que es única y que es verdad. El pensamiento moderno duda de que se pueda aplicar el adjetivo “verdadera” a una religión; duda de que el ser humano tenga la capacidad de

conocer la genuina verdad acerca de Dios.
Parábola de los ciegos y el elefante. El hombre de hoy se siente más bien reflejado por la parábola budista del elefante y los ciegos. Un rey convocó a todos los ciegos de nacimiento de la ciudad y les llevó un elefante. A unos les mandó palpar la trompa, a otros las orejas, a otros los colmillos. Luego les preguntó ¿cómo es un elefante? Unos decían “es como una esterilla”, otros, “es como un tronco”, otros, “es como un arado”. Y se pusieron a pelear entre sí mientras el rey reía. El conflicto entre las religiones es, para el pensamiento moderno, como una pelea entre ciegos de nacimiento, ya que todos somos ciegos ante lo divino. Y el cristianismo, con su pretensión de ser la verdad, parece hallarse especialmente ciego y ser especialmente fanático al declarar que la parte palpada en la propia experiencia, es la totalidad. ¿No debería el cristianismo renunciar a esta pretensión e ir a sentarse humildemente entre las otras religiones.
Un ciego sabe que no nació para ser ciego. Pero un ciego de nacimiento sabe que él no ha sido creado para ser ciego y, por tanto, no dejará de preguntarse acerca del porqué de su ceguera y cuál será el camino para salir de ella. Si el hombre no sabe de dónde viene ni para qué existe ¿no será en todo su ser un criatura fallida? La tranquilidad que se logra al rechazar la pregunta sobre la verdad de Dios es una tranquilidad engañosa. El hombre nunca podrá vivir con la idea de ser ciego de nacimiento para las cosas importantes de la vida. Tendrá eventualmente que volver a plantearse la pregunta sobre la verdad del cristianismo.
Origen del Relativismo. ¿Cómo se ha llegado a esta convicción de que somos ciegos para la verdad? ¿Cómo se introdujo el relativismo? El relativismo tiene su causa primera en el siglo 16, cuando empezó la eclosión de la ciencia. El hombre se sintió tan impresionado ante la certeza que producían las ciencias que llegó a pensar que cualquier cosa para ser verdad tenía que ser científica, es decir, experimentable o comprobable. La filosofía y la religión quedaban fuera de la verdad.
Intentos de salvar el conocimiento de la fe. Se hicieron varios intentos para salvar el conocimiento que proporcionaba la religión:
a) en la Revolución Francesa se trató de impulsar una religión dentro del ámbito de la mera razón;
b) Kant trató de mantener a salvo la fe diciendo que daba un conocimiento de otro tipo, no racional, que de hecho, podría ser anti-racional, y pero que sirve para propósitos prácticos,
c) el protestantismo trató de salvar la religión, reduciéndola a una ética.
Relativismo como resultado de la fragmentación de conocimientos. El resultado de estos intentos fue que la religión acabó relegándose a un sitio donde estuviera a salvo de las impugnaciones de la ciencia. Este lugar fue en el interior de las personas, en su subjetividad, y normalmente, en el ámbito de los sentimientos. ¿En que situación estamos? Las ciencias, por diseño, dan solo conocimientos parciales o sectoriales: lo que ve la biología es distinto de lo que ve la física o la matemática. En principio es la religión la que se encarga de darle unidad al hombre, de unir su inteligencia, su voluntad y sus sentimientos. Pero como ahora la religión está encerrada dentro de los sentimientos, no puede hacer ese papel unificador. El resultado de esto es que vivimos en un mundo de verdades parciales. (Por ejemplo, qué uso darle al sexo). Y si nuestro conocimiento es sectorial dentro de nosotros mismo, con más razón debemos de admitir que nuestra verdad puede ser distinta de la de otra persona. Caemos en el relativismo.
¿Cómo podemos salir de esta situación de verdades relativas? Por un lado siempre ha estado la herramienta del ejemplo de vidas coherentes, consecuentes con la creencia de que el hombre está llamado a alcanzar la verdad y es capaz de alcanzarla. Pero la verdad es que el problema del relativismo no tiene su origen en una desviación moral, sino en una desviación intelectual. Por lo tanto, su solución tiene que venir primeramente por una conquista intelectual. Si el origen del relativismo estuvo en pensar que el único conocimiento verdadero era el científico, el experimental, pues entonces, el final del relativismo vendrá cuando se admita que hay otros conocimientos también válidos además del científico, como el religioso y la intuición.
¿Cuándo se va a dar esta integración de los conocimientos? Es posible que muy pronto, porque se están dando ahora mismo una serie de avances científicos que pueden llevar a una visión unificada de la realidad; una visión que apunta hacia una racionalidad en el universo pero de mayor categoría que la racionalidad mecanicista de estos últimos 400 años.
Repasemos brevísimamente en qué dirección se está moviendo la ciencia en sus distintos campos:
1. Física: hacia una teoría del todo que unifique las cuatro fuerzas que gobiernan todo. Descubrimiento del bosón de Higgs en el LHC llevaría a ver que todo el universo es una unidad, no partículas
2. Mecánica: mecánica cuántica, se destruyó el determinismo físico de que todo está determinado por el estado del universo hace millones de años.
3. Astronomía: Big Bang, como posible acto creador, donde todo lo que iba a ser el universo estaba built-in en una pelotita del tamaño de una toronja.
4. Microbiología: DNA donde se demuestra que la materia está ordenada por la palabra, que hay un programa, un código que regula la materia viva.
5. Macrobiología: la evolución, que originalmente se usó para atacar a la religión, está resultando ser una auténtica sinfonía, orientada hacia la aparición del hombre.

 

Evidencia Histórica sobre la Resurrección de Cristo

 

Tomado de William Lane Craig “Contemporary Scholarship and the Historical Evidence for the Resurrection of Jesus Christ,” Truth 1 (1985): 89-95.

Los tres hechos que mejor demuestran la historicidad de los testimonios del Nuevo testamento sobre la resurrección del Jesús son:

  1. El análisis de los testimonios sobre las apariciones de Jesús resucitado
  2. La tumba vacía
  3. El análisis de cómo se originó la fe cristiana

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Análisis de los testimonios de las apariciones del resucitado

Undoubtedly the major impetus for the reassessment of the appearance tradition was the demonstration by Joachim Jeremias that in 1 Corinthians 15: 3-5 “Porque os transmití en primer lugar lo mismo que yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escriturasy que se apareció a Cefas, y después a los doce” Paul is quoting an old Christian formula which he received and in turn passed on to his converts According to Galatians 1:18 Luego, tres años después, subí a Jerusalén para ver a Cefas, y permanecí a su lado quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el hermano del Señor”. Paul was in Jerusalem three years after his conversion on a fact-finding mission, during which he conferred with Peter and James over a two week period, and he probably received the formula at this time, if not before. Since Paul was converted in AD 33, this means that the list of witnesses goes back to within the first five years after Jesus’ death. Thus, it is idle to dismiss these appearances as legendary. We can try to explain them away as hallucinations if we wish, but we cannot deny they occurred

For in order for these stories to be in the main legendary, a very considerable length of time must be available for the evolution and development of the traditions until the historical elements have been supplanted by unhistorical. All NT scholars agree that the gospels were written down and circulated within the first generation, during the lifetime of the eyewitnesses. Indeed, a significant new movement of biblical scholarship argues persuasively that some of the gospels were written by the AD 50’s.

La tumba vacía

(1) The historical reliability of the burial story supports the empty tomb.

If the burial account is accurate, then the site of Jesus’ grave was known to Jew and Christian alike. In that case, it is a very short inference to historicity of the empty tomb. For if Jesus had not risen and the burial site were known:

(a) the disciples could never have believed in the resurrection of Jesus. For a first century Jew the idea that a man might be raised from the dead while his body remained in the tomb was simply a contradiction in terms. In the words of E. E. Ellis, “It is very unlikely that the earliest Palestinian Christians could conceive of any distinction between resurrection and physical, ‘grave emptying’ resurrection. To them an anastasis without an empty grave would have been about as meaningful as a square circle.”

(b) Even if the disciples had believed in the resurrection of Jesus, it is doubtful they would have generated any following. So long as the body was interred in the tomb, a Christian movement founded on belief in the resurrection of the dead man would have been an impossible folly.

(c) The Jewish authorities would have exposed the whole affair. The quickest and surest answer to the proclamation of the resurrection of Jesus would have been simply to point to his grave on the hillside

(2) Paul’s testimony supports the fact of the empty tomb.

Here two aspects of Paul’s evidence may be mentioned.

(a) In the formula cited by Paul the expression “he was raised” following the phrase “he was buried” implies the empty tomb. A first century Jew could not think otherwise. The notion of the occurrence of a spiritual resurrection while the body remained in the tomb is a peculiarity of modern theology.

(b) The phrase “on the third day” probably points to the discovery of the empty tomb. Very briefly summarized, the point is that since no one actually witnessed the resurrection of Jesus, how did Christians come to date it “on the third day?” The most probable answer is that they did so because this was the day of the discovery of the empty tomb by Jesus’ women followers. Hence, the resurrection itself came to be dated on that day. Thus, in the old Christian formula quoted by Paul we have extremely early evidence for the existence of Jesus’ empty tomb.

(3) The empty tomb story is part of the pre-Markan passion story and is therefore very old.

The empty tomb story was probably the end of Mark’s passion source. As Mark is the earliest of our gospels, this source is therefore itself quite old. Two lines of evidence for this conclusion:

(a) Paul’s account of the Last Supper in 1 Cor. 11:23-5 presupposes the Markan account. Since Paul’s own traditions are themselves very old, the Markan source must be yet older.

(b) The pre-Markan passion story never refers to the high priest by name. It is as when I say “The President is hosting a dinner at the White House” and everyone knows whom I am speaking of because it is the man currently in office. Similarly the pre-Markan passion story refers to the “high priest” as if he were still in power. Since Caiaphas held office from AD 18-37, this means at the latest the pre-Markan source must come from within seven years after Jesus’ death. This source thus goes back to within the first few years of the Jerusalem fellowship and is therefore an ancient and reliable source of historical information.

(4) The story is simple and lacks legendary development.

The empty tomb story is uncolored by the theological and apologetical motifs that would be characteristic of a later legendary account. Perhaps the most forceful way to appreciate this point is to compare it with the accounts of the empty tomb found in apocryphal gospels of the second century. For example, in the gospel of Peter a voice rings out from heaven during the night, the stone rolls back of itself from the door of the tomb, and two men descend from Heaven and enter the tomb. Then three men are seen coming out of the tomb, the two supporting the third. The heads of the two men stretch up to the clouds, but the head of the third man overpasses the clouds. Then a cross comes out of the tomb, and a voice asks, “Hast thou preached to them that sleep?” And the cross answers, “Yea”. In the Ascension of Isaiah, Jesus comes out of the tomb sitting on the shoulders of the angels Michael and Gabriel. These are how real legends look: unlike the gospel accounts, they are colored by theological motifs.

(5) The tomb was probably discovered empty by women.

To understand this point one has to recall two facts about the role of women in Jewish society.

(a) Woman occupied a low rung on the Jewish social ladder. This is evident in such rabbinic expressions as “Sooner let the words of the law be burnt than delivered to women” and “Happy is he whose children are male, but woe to him whose children are female.”< /span>

(b) The testimony of women was regarded as so worthless that they were not even permitted to serve as legal witnesses in a court of law. In light of these facts, how remarkable must it seem that it is women who are the discoverers of Jesus’ empty tomb. Any later legend would certainly have made the male disciples to discover the empty tomb. The fact that women, whose testimony was worthless, rather than men, are the chief witnesses to the empty tomb is most plausibly accounted for by the fact that, like it or not, they were the discoverers of the empty tomb and the gospels accurately record this.

(6) The earliest Jewish polemic presupposes the empty tomb.

In Matthew 28, we find the Christian attempt to refute the earliest Jewish polemic against the resurrection. That polemic asserted that the disciples stole away the body. The Christians responded to this by reciting the story of the guard at the tomb, and the polemic in turn charged that the guard fell asleep. Now the noteworthy feature of this whole dispute is not the historicity of the guards but rather the presupposition of both parties that the body was missing. The earliest Jewish response to the proclamation of the resurrection was an attempt to explain away the empty tomb. Thus, the evidence of the adversaries of the disciples provides evidence in support of the empty tomb.

La resurrección es la mejor de las explicaciones posibles que hay

A. The disciples stole Jesus’ corpse and lied about the resurrection appearances.

This explanation characterized the earliest Jewish anti-Christian polemic and was revived in the form of the conspiracy theory of eighteenth century Deism. The theory has been universally rejected by critical scholars and survives only in the popular press. To name only two considerations decisive against it:

(i) it is morally impossible to indict the disciples of Jesus with such a crime. Whatever their imperfections, they were certainly good, earnest men and women, not impostors. No one who reads the New Testament unprejudicially can doubt the evident sincerity of these early believers

. (ii) It is psychologically impossible to attribute to the disciples the cunning and dering- do requisite for such a ruse. At the time of the crucifixion, the disciples were confused, disorganized, fearful, doubting, and burdened with mourning-not mentally motivated or equipped to engineer such a wild hoax. Hence, to explain the empty tomb and resurrection appearances by a conspiracy theory seems out of the question.

B. Jesus did not die on the cross, but was taken down and placed alive in the tomb, where he revived and escaped to convince the disciples he had risen from the dead.

This apparent death theory was championed by the late eighteenth/early nineteenth century German rationalists, and was even embraced by the father of modern theology, F. D. E. Schleiermacher. Today, however, the theory has been entirely given up:

(i) it would be virtually impossible medically for Jesus to have survived the rigors of his torture and crucifixion, much less not to have died of exposure in the tomb.

(ii) The theory is religiously inadequate, since a half-dead Jesus desperately in need of medical attention would not have elicited in the disciples worship of him as the exalted Risen Lord and Conqueror of Death. Moreover, since Jesus on this hypothesis knew he had not actually triumphed over death, the theory reduces him to the life of a charlatan who tricked the disciples into believing he had risen, which is absurd. These reasons alone make the apparent death theory untenable.

C. The disciples projected hallucinations of Jesus after his death, from which they mistakenly inferred his resurrection.

The hallucination theory became popular during the nineteenth century and carried over into the first half of the twentieth century as well. Again, however, there are good grounds for rejecting this hypothesis:

(i) it is psychologically implausible to posit such a chain of hallucinations. Hallucinations are usually associated with mental illness or drugs; but in the disciples’ case the prior psycho-biological preparation appears to be wanting. The disciples had no anticipation of seeing Jesus alive again; all they could do was wait to be reunited with him in the Kingdom of God. There were no grounds leading them to hallucinate him alive from the dead. Moreover, the frequency and variety of circumstances belie the hallucination theory: Jesus was seen not once, but many times; not by one person, but by several; not only by individuals, but also by groups; not at one locale and circumstance but at many; not by believers only, but by skeptics and unbelievers as well. The hallucination theory cannot be plausibly stretched to accommodate such diversity.

(ii) Hallucinations would not in any case have led to belief in Jesus’ resurrection. As projections of one’s own mind, hallucinations cannot contain anything not already in the mind. But we have seen that Jesus’ resurrection differed from the Jewish conception in two fundamental ways. Given their Jewish frame of thought, the disciples, were they to hallucinate, would have projected visions of Jesus glorified in Abraham’s bosom, where Israel’s righteous dead abode until the eschatological resurrection. Thus, hallucinations would not have elicited belief in Jesus’ resurrection, an idea that ran solidly against the Jewish mode of thought.

(iii) Nor can hallucinations account for the full scope of the evidence. They are offered as an explanation of the resurrection appearances, but leave the empty tomb unexplained, and therefore fail as a complete and satisfying answer. Hence, it seems that the hallucination hypothesis is not more successful than its defunct forebears in providing a plausible counter-explanation of the data surrounding Christ’s resurrection.

Por qué es tan problemático creer

Julio 2008 tomado de “ Introducción al Cristianismo” de Joseph Ratzinger.

¿Qué significa tener fe? ¿Qué significa “creo”? 1

¿Por qué es problemático tener fe en el mundo actual? 2

1) En el mundo moderno, creer en lo invisible es especialmente problemático. 2

2) La fe es una forma de “tradición”, que es un valor caduco en el mundo moderno. 2

3) El cristianismo cree en una mezcla de la temporal con lo eterno (la Encarnación) que es mucho más difícil de creer que la existencia de un mundo invisible e inaccesible. 3

Ante estos problemas, ¿podemos de seguir creyendo?; ¿debemos?
3

¿Qué significa tener fe? ¿Qué significa “creo”?

Tengo un sugerencia para hacerle a Dios sobre cómo organizar mejor la religión, que haría todo mucho más sencillo, y mucha más gente iría al Cielo y no sería tan conflictivo creer en él en esta tierra. Las sugerencias sería las siguientes:

  1. que cualquiera pudiera mirar al cielo y ver a Dios y sentir que Él nos ve a nosotros y que nos ama;
  2. ver junto a él a los que ya murieron y se han portado bien, gozando y cantando;
  3. que Dios nos sonriera y nos premiara cuando hacemos las cosas bien y
  4. que nos fueran las cosas mal cuando nos portamos mal y nos tratamos de esconder de Él.

Nada de esto es irracional pedirlo, y evitarían mucho consumo de energía a los hombres.

¿Por qué las cosas no son así? ¿Por qué Dios no es evidente? ¿Por qué no es evidente el más allá?

Nadie, ni siquiera el creyente, puede servir a otro Dios y su reino en una bandeja. El que no cree puede sentirse seguro en su incredulidad, pero siempre le atormenta la sospecha de que .quizá sea verdad. El “quizá” es siempre tentación ineludible a la que uno no puede sustraerse. Digámoslo de otro modo: tanto el creyente como el no creyente participan, cada uno a su modo, en la duda y en la fe, siempre y cuando no se oculten a sí mismos y a la verdad de su ser. Nadie puede sustraerse totalmente a la duda o a la fe. Para uno la fe estará presente a pesar de la duda, para el otro mediante la duda o en forma de duda. Es ley fundamental del destino humano encontrar lo decisivo de su existencia en la perpetua rivalidad entre la duda y la fe, entre la impugnación y la certidumbre. La duda impide que ambos se encierren herméticamente en su yo y tiende al mismo tiempo un puente que los comunica. Impide a ambos que se cierren en sí mismos: al creyente lo acerca al que duda y al que duda lo lleva al creyente; para uno es participar en el destino del no creyente; para el otro la duda es la forma en la que la fe, a pesar de todo, subsiste en él como exigencia.

¿Qué significa “tener fe”? La cuestión fundamental que ha de resolver una introducción al cristianismo es qué significa “yo creo”, pronunciada por un ser humano.

No todas las religiones son una fe. Sin darnos cuenta, suponemos que “religión” y “fe” son lo mismo y que todas las religiones pueden definirse también como “fe”. Pero esto es sólo verdad en cierto sentido, ya que muy a menudo otras religiones no se denominan así, y gravitan en torno a otros puntos. El Antiguo Testamento, por ejemplo, considerado como un todo, no se ha definido a sí mismo como .fe., sino como “ley”. La religio expresa principalmente, según la religiosidad romana, la suma de determinados ritos y obligaciones. Para ella no es decisivo un acto de fe en lo sobrenatural.

“Tener fe” es aceptar que hay una parte de la realidad que es invisible. Dios es esencialmente invisible. Esta expresión de la fe bíblica en Dios que niega la visibilidad de los dioses es ante todo una afirmación sobre el hombre: el hombre es la esencia vidente que parece reducir el espacio de su existencia al espacio de su ver y comprender. Pero en ese campo visual humano, que determina el lugar existencial del hombre, Dios no aparece ni puede aparecer por mucho que se ensanche el campo visual.

Con esto se dibuja la silueta de la actitud expresada en la palabra credo. Significa que el hombre no ve en su ver, oír y comprender la totalidad de lo que le concierne, sino que busca otra forma de acceso a la realidad; a esta forma la llama fe y en ella encuentra la abertura decisiva de su concepción del mundo. Si esto es así, la palabra credo encierra una opción fundamental ante la realidad como tal; no significa comprender esto o aquello, sino una forma primaria de proceder ante el ser, la existencia, lo propio y todo lo real. Es una opción en la que lo que no se ve, lo que en modo alguno cae dentro de nuestro campo visual, no se considera como irreal sino como lo auténticamente real, como lo que sostiene y posibilita toda la realidad restante. Es una opción por la que, lo que posibilita toda la realidad, otorga verdaderamente al hombre su existencia humana, le hace posible como hombre y como ser humano. En lo íntimo de la existencia humana hay un punto que no puede ser sustentado por lo visible y comprensible, sino que choca con lo que no se ve de tal modo que esto le afecta y aparece como algo necesario para su existencia.

Creer en lo invisible exige un cambio existencial, vital, en el que cree. A esta actitud sólo se llega por lo que la Biblia llama conversión o arrepentimiento. El hombre tiende por inercia natural a lo visible, a lo que puede coger con la mano, a lo que puede comprender como propio. Ha de dar un cambio interior para darse cuenta de lo ciego que es al fiarse solamente de lo que pueden ver sus ojos. Sin este cambio de la existencia, sin oponerse a la inercia natural, no hay fe. Y porque nuestra inercia natural nos empuja en otra dirección, la fe es un cambio diar
iamente nuevo
.

¿Por qué es problemático tener fe en el mundo actual?

1) En el mundo moderno, creer en lo invisible es especialmente problemático.

He aquí la razón por la que la fe es hoy día, bajo las condiciones específicas que nos impone nuestro mundo moderno, problemática y, al parecer, casi imposible. Pero no sólo hoy, ya que la fe siempre ha sido, más o menos veladamente, un salto sobre el abismo infinito desde el mundo visible. La fe siempre tiene algo de ruptura arriesgada y de salto; implica la osadía de ver en lo que no se ve lo auténticamente real, lo auténticamente básico.

2) La fe es una forma de “tradición”, que es un valor caduco en el mundo moderno.

Al abismo entre lo visible y lo invisible, hemos de añadir, agravando la situación, otro: el de lo pasado y lo actual. La gran paradoja que implica la fe se nos agranda al ver que se presenta ante nosotros con la vestimenta del pasado, parece ser el mismo pasado, sus formas de vida y existencia. La fe ya no se considera como una valentía temeraria del hombre, antes bien, la vemos como exigencia de obligarnos hoy a lo pasado, de juzgar lo pasado como lo imperecederamente definitivo. Pero ¿quién puede hacer eso en una época en la que, en vez del concepto de tradición, se abre paso la idea de progreso? Para el espíritu de generaciones pasadas el concepto tradición pudo ser un programa a seguir; parecía el lugar de refugio donde uno se podía cobijar. Hoy día las cosas han cambiado: la tradición es algo superado; el progreso, en cambio, es la auténtica promesa del ser.

3) El cristianismo cree en una mezcla de la temporal con lo eterno (la Encarnación) que es mucho más difícil de creer que la existencia de un mundo invisible e inaccesible.

El cristianismo no es una religión de lo eterno. La fe cristiana no trata simplemente, como a primera vista pudiera pensarse, de lo eterno que queda fuera del mundo y del tiempo humano como cosa totalmente distinta de ellos. La fe trata más bien de Dios en la historia, de Dios como hombre. La fe pretende ser revelación, y por lo tanto parece superar el abismo que yace entre lo eterno y lo temporal, entre lo visible y lo invisible.

Pero Dios entró en la historia para morir. A primera vista no parece tan complicado, porque Jesucristo se presenta como un “explicador” de Dios, como una ventana que nos permite mirar la eternidad. Nos pareció en un principio que Dios se acercaba a nosotros, que podía mezclarse con nosotros los hombres, que podíamos seguir sus huellas. Pero todo esto, en el sentido más profundo, es el pre-requisito para la “muerte de Dios” que condiciona irrevocablemente el curso de la historia y de las relaciones del hombre con Dios. Dios se ha acercado tanto a nosotros que hemos podido matarle e impedir, al parecer, que fuese nuestro Dios, el Dios para nosotros.

Ante lo complicado de entender la muerte de Dios ¿No es mejor dejar a Dios en su lejanía, como hacen las religiones asiáticas? Por eso ante la revelación nos encontramos hoy día desconcertados, perplejos; y ante ella nos preguntamos, sobre todo cuando estudiamos la religiosidad de Asia, si no hubiese sido mucho más sencillo creer en lo eterno y escondido, fiarse de él a conciencia; si no hubiese sido mejor que Dios nos hubiese dejado en una lejanía infinita; si no hubiese sido más realizable escuchar, separados de lo mundano y en tranquila contemplación, el misterio eternamente incomprensible, que entregarnos al positivismo de la fe en una persona y vincular la salvación del hombre y del mundo a una cabeza de aguja. A un Dios reducido a un punto, ¿no debemos eliminarlo de una concepción del mundo que ha reducido al hombre y a su historia a un grano insignificante de arena dentro del todo que el mismo hombre en los ingenuos años de su infancia ha considerado como el centro del universo? ¿No ha llegado la hora de que el hombre, superada la infancia, despierte del sueño, se restriegue los ojos, rechace ese sueño tonto por muy bonito que fuese, y entre sin duda en ese potente conjunto en el que está metida su vida que, al aceptar su insignificancia, adquirirá un nuevo sentido?

Ante estos problemas, ¿podemos de seguir creyendo?; ¿debemos?

Con esto abordamos el problema de la fe cristiana en toda su profundidad: ¿Podemos todavía creer? La pregunta ha de ser más radical todavía: ¿no debemos, no tenemos la obligación de, despertar del sueño y entrar en la realidad?

No tratemos de mantener a pie el cristianismo a base de retocarlo. Si no sirve, olvidémoslo; porque la gente necesita conocer “la verdad”. El cristiano de hoy tiene que hacerse estas preguntas y no debe contentarse con comprobar que siempre hay a la mano una interpretación del cristianismo que no escandaliza. Si la teología nos dice un día, por ejemplo, que la “resurrección de los muertos” significa que el hombre, nueva, diaria e infatigablemente tiene que ir a la obra del futuro, hemos eliminado el escándalo, ¿pero hemos sido fieles? ¿No hay deslealtad en querer mantener en pie el cristianismo en base de interpretaciones como las actuales? Cuando nos amenaza la idea de refugiarnos en esas interpretaciones, ¿no debemos más bien confesar que estamos venciéndonos? ¿No tenemos entonces que entrar sencilla e indudablemente en la realidad duradera? Digámoslo abiertamente: un cristianismo interpretado de manera que se le prive de la realidad, es una falta de sinceridad ante los problemas de los no cristianos. Sería una injusticia.

Pero, entonces, ¿qué hacemos con los problemas que implica creer? Los problemas que implica el creer, no pueden sintetizarse ni rechazarse en un tratado. [lo siguiente no está en el libro de introducción al cristianismo] La fe hay que justificarla, en último extremo, con la vida, a nivel existencial. En la medida en que la fe produzca, junto con mejores explicaciones del mundo, mejores vidas, será más justificable creer en el mundo de hoy.

 

La Doctrina Social de la Iglesia

Para perfilar con toda claridad la misión sobrenatural de la Iglesia, viene bien tener en cuenta cuál es la doctrina y los criterios de la propia Iglesia acerca de los problemas de orden temporal, doctrina y criterios que se expresan en la llamada doctrina social de la Iglesia.

Noción

Es aquella parte de la enseñanza moral cristiana, orientada esencialmente a la acción, que nace del encuentro del mensaje evangélico y de sus exigencias (comprendidas en el mandamiento supremo de amor a Dios ya al prójimo y en las exigencias de l
a justicia) con los problemas que surgen en la vida de la sociedad.

Fundamento de la intervención de la Iglesia en Material Social

Desde la aparición de la enc. Rerum novarum (1891), la Iglesia ha manifestado su derecho y su deber de intervenir en materia social, estableciendo para ello una enseñanza a la cual considera como parte integrante de la concepción cristiana de la vida.

En su aspecto meramente cronológico, esta actitud de la Iglesia surge, de una manera muy concreta, con ocasión de las graves dificultades provocadas por la «cuestión social» en el siglo 19; pero en lo que atañe al contenido de su d.. s., la actitud de la Iglesia es radicalmente dependiente de las enseñanzas evangélicas, constituyendo un efectivo desarrollo y una aplicación homogénea de las mismas, en orden a los problemas planteados por las nuevas necesidades de los tiempos.

La preocupación social no sólo no es patrimonio exclusivo de la Iglesia, sino que ni siquiera dentro del cristianismo pertenece únicamente a los católicos. En el pensamiento protestante hay muestras indiscutibles de esta preocupación. Cierto que, inicialmente, al supeditar el luteranismo la Iglesia al Estado, y el calvinismo el Estado a la Iglesia, la misión social propia de ésta quedó completamente oscurecida y, por lo mismo, sin verdaderas posibilidades de elaborar una doctrina social correspondiente a su cometido específico.

«Fundada, dice Paulo VI, para establecer desde aquí abajo el Reino de los cielos y no para conquistar un poder terrenal, la Iglesia afirma claramente que los dos campos son distintos, de la misma manera que son soberanos los dos poderes, el eclesiástico y el civil, cada uno en su terreno. Pero, viviendo en la historia, la Iglesia debe escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio. Tomando parte en las mejores aspiraciones de los hombres y sufriendo al no verlas satisfechas, desea ayudarles a conseguir su pleno desarrollo, y esto precisamente porque ella les propone lo que posee como propio: una visión global del hombre y de la humanidad»

Claro está que al subrayar así la competencia de la Iglesia, lo que no hace Pío XII es proponer que se aplace su misión específica hasta que se hayan conseguido unas condiciones sociales óptimas; por el contrario, en otro texto aclara Pío XII, expresamente, que «no se puede sacar la conclusión de que la Iglesia deba comenzar por prescindir de su misión religiosa y procurar, ante todo, el saneamiento de la miseria social». Sería, por tanto, una deformación o un falseamiento el distinguir etapas en la intervención de la Iglesia en este punto, si por ello se entiende la admisión de prioridades cronológicas entre la competencia formalmente sobrenatural y la social. N

La Iglesia misma reconoce las graves dificultades que unas condiciones sociales deficientes oponen a la vida del espíritu, también hay que tener en cuenta, al propio tiempo, todo lo que la Iglesia ha dicho sobre la imposibilidad de un verdadero perfeccionamiento social, si la conciencia y la conducta de los hombres no están regidas por los supremos valores del espíritu.

Límites de la competencia de la Iglesia en materia social

La cuestión es ¿hasta dónde se extiende la competencia del Magisterio eclesiástico en materia social? Esta cuestión procede, sencillamente, de que el problema social no sólo puede enfocarse desde el punto de vista de los valores morales, sino también desde una perspectiva «técnica» y desde el peculiar ángulo de visión de la prudencia política. Esta última no es en sí misma una doctrina o cuerpo de enseñanzas universales, sino una virtud que exige la atención a las concretas y cambiantes circunstancias de la vida civil, aunque siempre aplicando las normas inmutables de la verdad moral (lo contrario sería «maquiavelismo»).

  1. Pues bien, comenzando por la técnica, la actitud de la Iglesia consiste en no inmiscuirse en los asuntos que sean, de veras, puramente técnicos; de suerte que, al mismo tiempo, sigue recabando sus derechos en todo lo que concierne a las dimensiones morales de la vida social. Se trata, pues, de un respeto a la verdadera autonomía de la técnica, junto con una clara repulsa del «imperialismo» de ella.

  1. De una manera análoga, la actitud de la Iglesia consiste en no inmiscuirse tampoco en los asuntos que corresponden propiamente a la prudencia política. «La Iglesia – afirma Pío XI – no se atribuye el derecho de intervenir sin razón en la conducción de los asuntos temporales y puramente políticos; pero su intervención es legítima cuando trata de evitar que la sociedad civil tome pretexto de la política para restringir de cualquier modo los bienes superiores de los que depende la salud eterna de los hombres, o para lesionar los intereses espirituales, valiéndose de leyes y decretos inicuos, o atentando gravemente a la constitución divina de la Iglesia, o, finalmente para atropellar los derechos que en la sociedad posee el mismo Dios» (Ubi Arcano, 23 dic. 1922, AAS 14,690).

Los principios ordenadores de la doctrina social de la Iglesia son:

a) Principio de solidaridad: La solidaridad es un valor moral y social que consiste en “la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos”.

b) Principio de subsidiaridad: La subsidiaridad es aquel valor social, o principio ordenador de la sociedad, por el que se da primacía a la libre iniciativa y a la responsabilidad de las personas y de los grupos sociales intermedios (familias, asociaciones, empresas privadas), a los niveles en los que estos pueden actuar, sin que el estado ni sociedad alguna entorpezcan ni destruyan el espacio necesario para el ejercicio de la libertades sociales de los ciudadanos.

Este principio puede concretarse e las afirmaciones siguientes:

  • lo que pueda hacer la persona individual, que no lo haga la familia;
  • lo que pueda hacer la familia, que no lo hagan las otras sociedades intermedias (asociaciones, empresas privadas) o el municipio;
  • lo que pueda hacer el municipio, que no lo hagan las autonomías (o provincias);
  • lo que puedan hacer las autonomías, que no lo usurpe el Estado.

¿Soy amigo de mis amigos? Un test de amistad

Soy amigo de mis amigos: un Test de Amistad

Amistad no consiste en sentirse bien junto a una persona, sino en querer de verdad el bien para ella. Y esto, aunque el amido no lo valore o no lo entienda.

¿Qué es ser amigo de otro?

· ¿Le digo las cosas malas a la cara, sus defectos y las cosas que no me gustan, o bien no le digo a él estas cosas pero se las digo a otras personas sobre él?

· Hablo biene de él a sus espaldas? ¿Trato de que no hablen mal de el delante mía?

· ¿Le contamos sobre lo que tenemos dentro de nosotros (nuestros problemas, nuestras alegrías) o ¿preferimos ser ídolos impasibles, lejanos, sin problemas ni miserias?

· ¿Sabemos escucharle aunque para nosotros no tenga interés lo que dice?

· ¿Conocemos a su familia, su cuarto, sus aficiones?

· ¿Nos hemos sacrificado alguna vez por ellos, renunciando a nuestros planes a nuestgro tieimpo por ellos? ¿Llevamos cuenta de las veces que nos hemos sacrificado por ellos, como una cuenta con debe y haber?

· ¿Ponemos cara de sufirmiento cuando nos estamos sacrificando por ellos?

· ¿Pensamos que somos mejores que nuestros amigos?

· Si queremos lo mejor para nuestros amigos:¿tratamos de que nuestros amigos se acerquen a Dios? ¿Qué cosas concretas, de oración, mortificación y acción hemos hecho para que nuestros amigos metan a Dios más en sus vidas?

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Dónde estará la economía mundial dentro de 15 años

enero 2008 por Roberto López

Para adivinar dónde estará la economía mundial dentro de 15 años hay que despejar tres incógnitas que nos ayudarán a pronosticar si habrá un cambio de liderato en este período:

  1. ¿Se va a convertir China en la próxima superpotencia económica, por encima de Estados Unidos o de la Unión Europea?
  1. Estos últimos cinco años de caída del dólar ¿no son reflejo de una crisis en el sistema monetario internacional que eventualmente pueda detener el comecio?
  2. ¿Puede Estados Unidos seguir acumulado deuda exterior?

Un análisis profundo de la economía mundial nos permite hacer estas tres profecías:

  1. No parece que China se vaya a convertir en una superpotencia. El crecimiento y la “invasión” China que estamos viendo es tan solo el resultado de la coyuntura histórica que está viviendo China: un país que a finales de los años 80 se incorporó, tras 8 siglos de aislamiento, al sistema económico global, padeciendo un rezago de unos 100 años con respecto al resto del planeta.
  2. La caída del dólar no es fruto de una crisis económica. Esta caída es un mecanismo automático de la economía para compensar los desequilibrios que ha provocado la entrada de China en la economía global y la entrada del euro como una moneda alternativa para invertir.
  3. Uno de los desequilibrios que se irá corrigiendo a medida que el dólar siga cayendo en la acumulación de deuda externa de Estados Unidos.

Conclusión: el panorama económico mundial a mediano y largo plazo luce esperanzador, a pesar de que a corto plazo estemos sufriendo la crisis de la subida del petróleo y la crisis de las hipotecas.

La explosión económica que estamos viendo en China no es el nacimiento de una nueva superpotencia sino más bien, el sprint inicial que da un corredor que llega tarde a una carrera, con la adrenalina alta por llegar tarde y, en este caso además, por estar bajo los efectos de esteroides inyectados por el gobierno chino, en forma de subsidios.

¿Por qué decimos que China llegó tarde a la carrera económica mundial? China experimentó su propia Revolución Industrial en el siglo XI, 600 años antes que Europa. Este éxito tan precoz puede achacarse a tres factores principales:

  1. Una revolución en las técnicas agrícolas puso al país tan al frente que 800 años después, en el siglo XX, en muchas partes de China todavía se cultivaban las tierras usando básicamente los conocimientos desarrollados durante la dinastía Song.
  2. Este desarrollo económico se combinó con la estabilidad social que le daba el nuevo confucianismo. Esta filosofía, genuinamente china, fomentaba la sumisión y el respeto de hijos a padres y de súbditos a señores. También el confucianismo tradicional anima a cada uno cumplir con empeño el papel que le haya tocado en la sociedad, para que así se refleje el orden de los cielos en la tierra.
  3. Un tercer factor que posibilitó el éxito de este país fue el desarrollo de la meritocracia: la administración del gobierno es llevada una burocracia cuyos funcionarios eran elegidos por sus meritos, es decir, sus conocimientos y habilidades, en lugar de la nobleza de su nacimiento, como se hacía en el resto del mundo.

El resultado de estos avances económicos y sociales fue tan exitoso que en los próximos siglos se producía suficiente comida para alimentar a todos, la sociedad caminaba y, por lo tanto, dejó de haber incentivo para reformarse ni reinventarse. La diferencia con los países de alrededor en cuando a nivel de desarrollo era tan grande que China llegó a convencerse de que nada bueno podía venirle de fuera. Y en una decisión que fue mantenida por generaciones de emperadores, cerró sus fronteras durante prácticamente 500 años, negando cualquier intercambio económico, cultural o simplemente humano con cualquier país extranjero. Pero pagaría muy cara esta altanería.

Cuando a finales del siglo XIX, Inglaterra, Estados Unidos, Rusia y Alemania entraron a China a la fuerza, ésta se quedó atónita al comprobar que Occidente estaba tan avanzado, que, sin esfuerzo, pudo someterla económicamente y humillarla políticamente. Japón también se aprovechó de esta manifiesta debilidad china, invadiendo y dejando a aquel país tan herido que lo convirtió en el caldo que permitió el eventual triunfo de la revolución comunista en 1949. El comunismo, que es una extraordinaria fuerza política en todos los países donde ha regido, en el ámbito económico ha resultado un contundente fracaso. Tan rotundo que en todo el resto del mundo, excepto en Cuba, el fracaso económico propició la caída de todos los regímenes comunistas. China, en una acrobacia histórica, decidió, a mediado de los 1980s que iba a continuar siendo comunista pero con una economía capitalista. Nos encontramos entonces en una coyuntura histórica donde una país pobre (y además enormemente grande) hace su entrada a la economía mundial, además precisamente en el momento en que ésta se está globalizando.

¿Qué ocurre cuando un país pobre empieza a comerciar con un país más rico? Los dos salen ganando. El país rico consigue que alguien haga las tareas más incómodas, alguien a quien puede pagarle una cantidad menor que si no estuviera ese país pobre al lado. El país pobre se encuentra con que puede hacer las tareas incómodas del país rico y ser pagado por ello más de lo que se le pagaría por hacer eso si no estuviera el país rico al lado. Ha de notarse que el crecimiento del país rico es sobre todo una mejora de al calidad de vida, al evitar las tareas más tediosas e incómodas (cosechar la tierra, limpiar las basuras, hacer construcciones, etc) para concentrarse en las tareas más enriquecedoras de la economía. El país pobre es el que crece más visiblemente a los ojos del mundo, porque lo que crece es su ingreso monetario, que es más fácilmente detectado por las estadísticas económicas. Las estadísticas, como se llevan hoy día, no son tan buenas para medir la mejora en calidad de vida que experimenta el país rico.

Esta es parte de la explicación del crecimiento meteórico de la economía China: se trata de la coyuntura histórica de que la liberalización de su economía se dio en el preciso momento en que la globalización empezó a permitir que los productos, el empleo y el dinero (los tres fluidos que configuran la riqueza) pudieran ser comprados y vendidos en todo el planeta. En otros momentos de la Historia, sólo los países pobres que estaban alrededor de los grandes imperios, se beneficiaban del contacto entre ricos y pobres. China, sin embargo, cuando decidió a abrirse al mundo, no tuvo que depender sólo de lo que pudiera venderle a Japón. Todos los países desarrollados del planeta son ahora su vecino rico.

Junto a este factor de crecimiento, está también el impulso que suponen los subsidios del gobierno chino a la exportación. ¿No se ha preguntado usted a veces cómo puede algún producto ser vendido por China a un precio tan increíblemente barato? Parte de la explicación está en que el gobierno Chino otorga subsidios a los exportadores, que hacen sus productos más baratos en el extranjero. Estos subsidios no tiene la forma de dinero enviado directamente a las empresas, como hace la Unión Europea y Estados Unidos con los productos agrícolas. La forma que tiene el gobierno chino de ayudar a los exportadores es hacer que su moneda, el yuan, se mantenga artificialmente barata en los mercados de moneda extranjera. Como los extranjeros, o mejor, los intermediarios, tienen que comprar esta moneda

[…]

¿Hasta cuándo durará el beneficio de la relación entre pobre y rico? Hasta que el pobre se haga suficientemente rico como para que a sus jóvenes no les interese dedicarse a cosechar campos o trabajar en deshumanizantes líneas de producción, porque ya hay alternativas de empleo en oficias, tiendas o servicios. Hasta que el pobre se haga suficientemente rico.

Entendiendo el Islam

Entendiendo el Islam. Conferencia en Residencia Universitaria Almenares.28 de octubre de 2007

El marco Histórico

Año 570 nace Mahoma en la Mecca, la principal ciudad comercial de la península arábiga como miembro de una de las principales tribus de esta ciudad, la Quraysh. Huérfano desde muy niño fue criado por su abuelo y por su tío, que lo enviaron a pastorear al desierto. Más adelante pasa a trabajar para una rica viuda dedicada al comercio, llamada Khadija, con la que se casó poco después.

 

A los 40 años, en el 610, durante unos días de retiro solitario en las montañas, vive una intensa experiencia mística, y decide dedicar su vida a la tarea de dar a conocer a todos el Dios único.

La península arábiga en esa época estaba habitada por tribus árabes politeístas y algunas tribus judías y cristianas. La Meca además era un centro religioso, donde todas las tribus se reunían en un mes específico a dar culto a sus dioses colocados en las afueras de un edificio cúbico que contenía una gran piedra negra, la Kaaba.

El mensaje de Mahoma, en esta primera época de Medina, es: Dios ha enviado a su arcángel Gabriel a anunciarme su última y definitiva Revelación, qua ya ha venía anunciando por los profetas de Israel, en especial por Jesús. Lo que Dios quiere que hagamos es, en esencia: creer en un Dios único, en el día del Juicio, rezar dos oraciones diarias, y alejarse del adulterio.

Su mensaje no es bien recibido en la Meca, ni por paganos ni por cristianos, sobre todo por declararse el mismo profeta, y segundo, por atentar contra los intereses económicos de los clanes de la ciudad, que vivían de las ferias religiosas en la Kaaba.

Tras doce años tratando de transmitir su mensaje en la Meca, el 16 de julio de año 622 tiene que abandonar la cidad y refugiarse en Medina, a unos 350 km al norte de aquella. Los gobernantes de Medina, ciudad rival de la Meca, le prometen asilo. Esta fecha se llamó después la hégira y es el comienzo del calendario islámico.

En Medina establece una serie de pactos con las tribus de la ciudad, incluyendo las poderosas tribus judías, y empieza a organizar la vida civil y religiosa. Empieza en Medina a desarrollar su proyecto global, un proyecto que es a la vez político, social y religioso.

Al cabo de tres años en Medina se da cuenta de que los judíos no le iban a aceptar como profeta y cambia el lugar hacia el que hay que dirigir las oraciones de Jerusalén a la Meca, y el ayuno de la conmemoración Yom Kipppur al Ramadán.

Los próximos 10 años en Medina estuvieron enfocados en la conquista del resto de las tribus que habitaban Arabia, encabezando Mahoma 19 operaciones militares. Finalmente, en el año 630 lo único que le quedaba por conquistar era la Meca, su objetivo principal. Esta ciudad, al ver toda la Arabia convertida, se rindió sin derramar sangre. Las conquistas eran a la vez militares y religiosas, someterse a Mahoma significaba aceptar a Alláh como único Dios y a Mahoma como su profeta y pagar un impuesto para mantener el ejército.

A los dos años de conquistar la Meca, el 8 de junio del 632, muere Mahoma a los 62 años de edad.

El Corán

En Medina, como caudillo de la ciudad, Mahoma tuvo que desarrollar una legislación a esa población beduina que sólo tenía las leyes transmitidas por la tradición. Cada vez que le presentaban un problema (de herencia, familiar, de contribuciones, matrimonial, de relaciones con esclavos o con parientes) Mahoma, quizás al cabo de unos días, les daba un respuesta que había bajado de parte de Dios sobre él. Sus discípulos memorizaban estas revelaciones, pero Mahoma nunca permitió que se compilaran por escrito en un libro.

Veinte años después de la muerte del Profeta había circulando varias versiones de lo que decían esas revelaciones, y el califa Utmán decide poner todo por escrito. Reúne para ello a siete de los más destacados recordadores que discuten entre ellos y compilan la primer versión del Corán.

Mientras que la Biblia tiene autores humanos junto con Dios, el Corán solo tiene a Dios por autor (el que escogió las palabras) y, tras estar en el cielo, en una tabla conservado, Dios lo hizo descender sobre Mahoma. El cristianismo reconoce que la Biblia, por tener también palabras de hombres, tiene que interpretarse para ver lo que Dios quiere decir en cada momento. El Islam no tiene ese problema, pues no hay que interpretar nada: todo lo que contiene es palabra directa de Dios. Durante los primeros 4 siglos se permitió y se exploró la forma de saber qué Dios quería decir en el Corán. Pero a partir aproximadamente del siglo XI esta puerta se cerró y ya el Corán no se interpreta, tienen igual validez práctica, legal y dogmática todas sus suras o versículos.

Este hecho ha constituido, en el fondo, la gran tragedia del Islam: ha pasado a ser una religión donde se han quedado encerradas dentro de su dogma sagrado, disposiciones legales y ordenamientos sociales que solo tienen sentido para una época y circunstancias determinadas.

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La creación como fundamento de la eucaristía

 

Para entender bien la Eucaristía vamos a entender primero su papel en el diseño del universo.

Dios creó al universo porque quería tener más amor para dar y para recibir.

Como ninguna criatura podría tener su misma perfección, lo que hizo fue crear una diversidad de seres (piedras, animales veloces, animales pequeños, plantas). Dios es tan fuerte como un rinoceronte, tan suave como una rosa, tan rápido como un guepardo, tan sutil como una aguaviva, sólido como una roca y etéreo como el aire.

Lo que hizo fue organizar una fiesta, un concierto. Organizó al cosmos jerárquicamente: abajo lo inanimado, luego lo animado, En la cima del universo puso a los seres inteligentes, que son los que son libres para buscar su propio fin. Esto fue un riesgo,
porque podían desobedecer. Pero fue un riesgo calculado, porque la gloria que le dan las criaturas libres sobre pasa el daño que pueden hacer.

La idea que el la cima de la creación estuvieran unos seres inteligentes es que sean ellos los que en última instancia den a Dios la gloria completa de todo el universo, a base de conocer y amar la obra de Dios.

Cada ser le va a dar gloria buscando su propia perfección. Y buscando su propia perfección se armonizan todas sus actividades en una sinfonía sublime.

Hubo un pequeño problema temporero y es que este ser, cima de la creación, que es el hombre, en el momento en que estaba siendo creado, se rebeló contra Dios. Esto era un problema más grande de lo que parece, porque el hombre era la pieza que le daba el sentido último del universo. Sin un hombre que admire la creación, y la guíe, no llegaba a Dios el canto de las otras criaturas.

El plan que ideó para arreglar este destrozo fue grandioso. El podía haber simplemente perdonado al hombre. Pero para que el arreglo fuera mejor que lo arreglado, se le ocurrió que el hombre mereciera el perdón, que se lo ganará por sus méritos. Él mismo se hizo un hombre y, como hombre, amó tanto a Dios, que compensó de sobra la falta de amor original. Con esto logró reconectar otra vez el universo con su creador.

Pero en vez de hacer esa reconexión de golpe, en vez de poner las cosas como estaban antes del pecado original, lo que hizo fue dejar todo el caudal de sus méritos en manos de los hombres, para que ellos participaran en este reconectar al cosmos con Dios.

Siguió para esta reconexión el mismo sistema jerárquico que usó en la creación. No escribió nada: simplemente le enseño su alma a 12 hombres y les dio a ellos la misión de pasar la gracia.

De ahí nace la iglesia, los continuadores de esa misión de pasar la gracia. Nuestra misión es unirnos con Dios y unir a otras personas a Dios. Nuestra unión con Dios se realiza con los sacramentos, y sobre todo con la eucaristía.

Con esta perspectiva, pensemos lo siguiente:

EN EL UNIVERSO HAY 1.11E+09 Católicos en la tierra

Y además

4.00E+12 Planetas en nuestra galaxia

1.25E+11 Galaxias en universo

5.00E+23 Planetas en el Universo

1.00E+17 Hormigas en la tierra

1.96E+12 Árboles en la Tierra

6.00E+09 Seres humanos en la Tierra

Por lo tanto, de cada catolico dependen :

3,588 Planetas en nuestra galaxia

112 Galaxias en universo

448 Trillones Planetas en el Universo

9,688,834 Hormigas en la tierra

1,758 Árboles en la Tierra

5 Seres humanos en la Tierra

hay una par de billones de planetas, con todas las criaturas que esto supone, que dependen de nuestra Misa para alcanzar su sentido. El universo es un enorme árbol de navidad del que algunas bombillas dependen de nosotros y se apagan si nosotros nos apagamos.

Vivamos con este sentido la Misa.

China: Historia de cómo llegó donde esta

Para entender lo que está pasando al presente en China, tenemos que entender que se está cerrando un ciclo histórico que comenzó en el siglo XI, baji la dinastía Song, donde se puede decir que se dio la Revolución Industrial China, 600 años antes que en Europa.

En el siglo XI China, con la dinastía Song alcanzó unos niveles de desarrollo muy altos, sobre todo en lo que se refiere a la agricultura y la producción de alimentos, así como en la organización social.

Se desarrolló además una filosofía, el neo-confucianismo (mezcla de confucianismo con budismo), que fomentó la rigidez social, cementando un estricto sometimiento de súbditos a reyes, hijos a padres y hermano menor a hermano mayor.

Este desarrollo social y económico por encima de sus vecinos fomentó un gran complejo de superioridad china con respecto a los otros pueblos del mundo.

Tras los Song llegaron los Ming y los Qing (Manchús) que se cerraron completamente al exterior convencidos de que no podría venir nada bueno del extranjero.

Todo esto produjo un anquilosamiento social y económico: había suficiente comida para todos y cada uno tenía su sitio en la sociedad: no hay por tanto que cambiar ni aprender nada nuevo.

Cuando en el siglo 19 las potencias imperialistas entraron en contacto con China lo que encontraron fue un país tremendamente atrasado y corrupto. Se aprovecharon de él. Al igual que Japón en el siglo 20 que invadió el continente.

En 1911 cayó el último emperador Quing. Comenzó una guerra civil entre Nacionalistas y Comunistas. Los Nacionalistas, heridos por la misma corrupción del Imperio, perdieron y emigraron a la isla de Taiwan. Los Comunistas tomaron el poder en el 1949, bajo el liderato de Mao Tse Dong.

Como todos los regímenes comunistas del mundo, donde el gobierno chino fracasó más crasamente fue el la economía, al tratar de sustituir un sistema de mercado por una de planificación central: el Gran Paso Adelante y la Revolución Cultural.

Contrario, sin embargo, a todos los otros regímenes comunistas, China hizo algo que lo mantuvo a flote: desechó la ideología para poder mantener el control del país: en 1980 el líder chino Den Xiaoping declaró la liberación de la economía, tras lo cuál se desató una frenética economía de mercado donde casi todo se puede comprar y vender.

Situación Actual

¿Se está formando una nueva superpotencia económica?

¿Qué está pasando ahora? (1)

Mi opinión es que lo que estamos presenciando ahora en la economía China no es el nacimiento de la nueva superpotencia económica. Este boom que presenciamos en China es simplemente la consecuencia de que una quinta parte del planeta estaba fuera de la economía global y, sin un periodo de transición, esta parte se ha conectado al mercado global provocando, al unirse, unas oleadas de flujos económicos que es lo que llama la atención de esa economía ahora.

En esencia, las oleadas de flujos que estamos viendo son:

•Primera: Una oleada de mano de obra que brota de China y riega el mundo. Esta oleada sin embargo no es como las otras, donde los trabajadores físicamente de desplazan (emigran) sino que quienes se han movido han sido las empresas extranjeras a suelo Chino. Hay que entender que esto no es un crecimiento Chino, es un crecimiento occidental en suelo Chino. Esas factorías Chinas lo que añaden de valor a los productos es un 15%, el resto viene de fuera.

•Segunda: Una oleada de ahorros chinos que ha acabado financiando la deuda de Estados Unidos haciendo que la proporción de esta deuda americana en manos de extranjeros (deuda externa) se multiplique.

•Tercera: Una oleada de productos chinos provocada por la práctica del actual gobierno chino de dar subsidios a sus exportaciones, haciendo que sus productos resulten más baratos a

Estas tres fuerzas pueden hacer que Estados Unidos quiebre: que no tenga suficiente dinero para pagar a los extranjeros que le prestaron.

Lo que pueden impedir este desenlace en que el dólar se mantenga cayendo como lleva haciendo desde el 2004.

Conclusión: ¿Está naciendo una superpotencia?

Hemos visto que lo que está ocurriendo ahora en la economía es mayormente un ajuste tras haber conectado al sistema global una economía con 1,200 millones de habitantes y 300 años de atraso.

¿Puede como resultado de este impulso posicionarse China como una nueva superpotencia económica? Mi impresión es que, aunque teóricamente puede, en la práctica no va a ser así. Lo que estamos viendo de las economías que salieron del comunismo es que, aunque se lanzan a un capitalismo ram
pante, su tejido social está muy dañado y no hay suficiente cohesión y fuerza moral para constituirse en una superpotencia. Si hubiera que apostar por la próxima superpotencia, yo apostaría mejor por Brasil o la India.

Exito y fracaso: su sentido

Se nos dice qe tenemos que trabajar bien y con afán apostólico, como conecuencia lógica, medrar, ganar un proporcional pretigio y dinero. Pero es dificil ditinguir cuándo trabajamos bien por egoismo y cuando oor amor de Dios.

No podemos tampoco caer en una moral protestante calvinista en la que se piensa que el éxito material es señal de bendición de Dios y el fracaso una señal de rechazo de Dios.
En esta clase vamos a aprender a enfrentarnos al éxito y al fracaso desde una perspectiva cristiana. Esta capacidad tiene en estos tiempos una importancia especial porque vivimos en una sociedad economicista, donde el éxito y el fracaso han cogido unas proporciones gigantescas, pasado a ser equivalentes a la felicidad o la infelicidad.

Una sociedad economicista es una donde el valor de las personas depende de lo que son capaces de hacer o de producir. El fin de la sociedad y de las personas es producir la mayor cantidad de bienes, de forma que las personas puedan tener la mayor cantidad de cosas. En esta mentalidad, la valía de la gente se mide por sus realizaciones, por su curriculum, en definitiva, por sus éxitos. Los medios de comunicación nos ofrecen continuamente el testimonio de los triunfadores.
Esto tiene muchas consecuencias. Entre las más interesantes está el que, al ser la capacidad de producir un valor muy masculino, la sociedad está midiendo el valor a las mujeres de la misma forma que el de los hombres: por lo que mandan, por lo que ganan, por su capacidad de valerse por sí mismos, etc. Se piensa que una mujer que, por ejemplo, no mande o no tenga poder, está menos realizada que una que mande. Esto produce mucho stress y entorpece la construcción de una sociedad armónica.
Por otro lado, una consecuencia positiva del economicismo, de la sobre-valoración del éxito, es que adquirimos una enorme pena por el fracaso: tenemos una auténtica compasión por los que no pueden producir: los impedidos, los desposeídos, los enfermos, los ancianos. Esta enorme pena, viene de imaginarnos nosotros en esa situación y sentir que no tendría sentido nuestra vida.
Aunque esto es una clase sobre cómo bregar con el fracaso, no es, sin embargo, una terapia para el fracaso. No pretende esta clase darnos una técnica para no sentirnos mal ante un fracaso o no perder la cabeza con un éxito. El objetivo de esta clase es ver qué lecciones tienen para nosotros los éxitos y los fracasos, que son una de las vivencias más intensas que experimenta un hombre.
El fracaso consiste en que no se realiza el objetivo de una acción, no se alcanzan los fines propuestos.  ¿A qué se debe el fracaso? A dos grupos de causas:
1) A que nosotros no hicimos lo que debíamos haber hecho;
2) a que las circunstancias no resultaron favorables, fuera de lo previsible (si hubieron sido previsibles entonces sería un fallo tipo 1, un fallo nuestro)
1. ¿A qué se debe que nosotros no hagamos lo que debíamos haber hecho? A falta de inteligencia o a falta de voluntad. Todos los seres humanos venimos al mundo con un defecto de fábrica, que hace que nuestra voluntad e inteligencia no encuentren siempre la verdad y el bien. En la medida que nuestro fracaso se deba a un fallo nuestro, debemos arrepentirnos y dolernos, para sacar de la caída una lección y un impulso a hacerlo mejor la próxima vez.
Un aspecto decisivo de la madurez de las personas es aprender a triunfar y fracasar, que significa:
1) conocer la diferencia entre lo que somos y lo que quisiéramos ser;
2) saber que nunca vamos a eliminar ese gap completamente; aprender a vivir con ese sinsabor y
3) no dejar nunca de tratar de cerrar este gap, a pesar de que nunca alcanzaremos aquí el éxito.
En la lógica cristiana, el triunfo consiste en morir luchando. Hay muchos defectos que no desterraremos, muchas metas que no alcanzaremos. Pero si morimos luchando contra ellas, no claudicando, no aceptándolas, entonces hemos triunfado: iremos al cielo; seremos santos.
2. Cuando los fallos no sor por nuestra culpa. Una parte importante de nuestros fracasos se deben a circunstancias fuera de nuestro control. Nosotros hemos hecho lo correcto por nuestra parte, pero las cosas no salieron. ¿Cómo interpreta esto el pensamiento cristiano?
Una de los rasgos más distintivos del cristianismo e islamismo es creer en la providencia: la historia está siendo llevada por un Dios, la historia de la humanidad y de cada una de las criaturas. Todo es una sinfonía perfecta, donde la miríada de ruidos acaban armonizándose en una sublime melodía que canta la perfección y la gloria de ese Dios.
Esto significa que, todo lo que no es obra de nuestra libertad, es para nuestro bien y el de la humanidad.