Causas de la presente polarización ideológica – Ep 27
Al presente hay mucha gente preocupada, bien preocupada, porque piensa que el mundo está caminando hacia una polarización ideológica, que eventualmente va a ser una fuente o de conflicto o, al menos, de faltas de entendimiento entre las personas que siempre empobrecen. Todo el mundo entendía muy bien la causa de la polarización que sufrió el mundo a raíz del final de la Segunda Guerra Mundial, en el periodo que se llamó la Guerra Fría. La gente usaba el arquetipo de el poderoso quiere dominar el mundo y con eso se explica muy bien pues este divide, esta división entre el Occidente y la Unión Soviética que dio pie a ese otro divide.
Pero esta división de ahora, en el siglo XXI, es como más compleja de entender y vamos a tratar de aportar algunas ideas para que ayuden a entenderla mejor. No se vayan entonces, porque estamos Buscando Respuestas. Buscando Respuestas, el podcast donde Bobi López explora las preguntas que la filosofía cotidiana nos propone.
La primera explicación y más universal que hay sobre la tendencia de los humanos a dividirse es un endowment genético, que traemos un instinto bien fuerte, quizá yo he argumentado en este programa que es el más fuerte del ser humano, que es el Fear of Missing Out, el miedo a quedar atrás, a quedarse excluido. Y ese Fear of Missing Out, ese FOMO, hace a los hombres tener un gran deseo instintivo de pertenecer al grupo que les rodea. Y ese deseo de pertenecer al grupo que los rodea se construye, se alimenta desde el punto de vista social de la identidad, que es decir, usar el arquetipo de nosotros somos los buenos y los otros, los que están a nuestro alrededor, son los malos, los que no saben o no pueden o no quieren hacer daño.
Un instinto muy natural en la crianza de los hijos es usar ese miedo para decirle, ojo con los extraños, quédate con el grupo, no te alejes, no te mezcles con gente distinta, etcétera. Ya digo, son conductas instintivas, no hay que meterle demasiada malicia para entender estos planteamientos. De hecho, podríamos argumentar que el hombre como especie ha logrado tanto desde el punto de vista material gracias a que es un animal muy social y es un animal muy social, sobre todo por el instinto que tiene, social, que es el miedo a no pertenecer, el fear of missing out.
La otra cara del fear of missing out, del miedo a no pertenecer, es la necesidad de pertenecer o la necesidad de los likes, del refuerzo social, de que nos digan que estás bien, que te ves bien, que hiciste bien. Esa es la otra cara del fear of missing out. Antes a esto se llamaba la búsqueda del honor, ahora se llama la búsqueda de la pauta o del social footprint de los seguidores.
Pero es el mismo, el mismo instinto del miedo a no ser aceptado. Pero todos los instintos están llamados a ser sometidos a un bien superior y eso es la llamada humana. La llamada humana no lo tienen todos los animales.
La llamada humana es la de ponerlo, ordenar los instintos en base a un fin superior y con esa luz tenemos que mirar este instinto, respetarlo, pero saber que siempre debe de estar acomodándose a un fin superior. O dicho de otra forma, todos los instintos están llamados a ser escuchados con mucha atención porque son llamadas de la naturaleza, deben de ser escuchados pero no siempre deben de ser obedecidos. Pero este instinto social del hombre que favorece la división es algo universal, ha estado siempre ahí, con lo cual para explicar la actual, lo que a la gente le preocupa es la actual tendencia a la división ideológica en la sociedad occidental.
No puede ser el instinto porque el instinto ha estado siempre ahí. Tiene que ser algo propio de nuestra época. Bueno, algo propio de nuestra época es la tendencia a la ideologización.
Ideologizar es convertir algunas verdades en cuasi religiones. Religiones son las verdades que uno no cuestiona, las verdades que uno acepta por fe, en la práctica por que se las presentaron así desde pequeño. Es una tradición que recibe de su antepasado, una forma de ver el mundo y normalmente uno no las cuestiona.
Es una verdad religiosa. Las verdades ideológicas en la modernidad se trató, la modernidad es como un experimento de ver qué pasaría si prescindimos de las religiones, porque cuando empezó la modernidad las religiones en Europa resultaron ser bien problemáticas, de cualquier forma que uno las mire. Entonces empezamos un experimento, voy a decir largo, pero realmente son tres o cuatro siglos que en la historia es un ciclo cultural bien normal.
Empezamos un experimento de ver cómo se viviría una vida sin Dios, sobre todo en lo social, no tanto en lo personal, y eso llevó a tratar de sacar narrativas religiosas del discurso social. Pero claro, el instinto del hombre, del instinto religioso del hombre, el instinto de estar convencido que en el más allá hay una explicación más clara que ninguna de lo que hay en el más acá, ese instinto lleva o ha llevado en la práctica a hacer que algunas de las explicaciones parciales de la realidad se conviertan en casi religiosas, es decir, intocables, o intocables en el sentido de que no están hechas para ser cuestionadas, sino que como que agrupan las respuestas más grandes que se pueden dar a la realidad, no son respuestas parciales. Por ejemplo, vivimos en Occidente completamente convencidos de que la Constitución, una ley suprema, es algo como realmente sagrado, religioso, que es lo que le da sentido a todas las otras leyes, y realmente eso le da sentido a nuestro ordenamiento social, etc.
Eso es una sacralización de un instrumento humano. Ejemplos de otras ideas que se han sacralizado son la democracia, la legalidad, el ambiente, la igualdad, la libertad. Y no es que sea malo en absoluto tener ideas bien importantes, pero quizá ahora como estamos ante el reto de tratar de explicar todo, justificar todo sin ideas religiosas, pues estamos como sacralizando demasiado algunas instituciones humanas.
Estas ideas sagradas, lo que se llaman ideologías, que son como pseudo-religiones o mini-religiones, que nos ayudan, como todas las religiones, a orientarnos en la realidad, pero que también favorecen a veces a base de sacralizar ideas parciales, como la nación, el amor que hay que tener a la nación es importante, pero es lo más importante, lo más importante de todo. Tanto que a los que no sean de la nación no los puedo tratar, no los puedo tener en mi suelo. Pues ese es el tipo de pensamientos que llevan, que explican la sacralización de las ideas, las ideologías.
Es una de las raíces de que estemos en esta coyuntura de polarización, porque cada uno tiene ideas parciales que absolutizó, entonces no puede hablar con el otro tipo que absolutizó otra idea parcial suya. Una tercera causa de esta polarización ideológica puede ser atribuida a una, lo que yo llamo una moralidad ruda, o sea, a una confusión que tenemos en nuestra cultura a la que no nos pongamos de acuerdo sobre cuál es la forma de vivir bien. Llamo una moral ruda, o una moral tosca, a la que tenemos al presente, que es una moral que no sabe distinguir el valor de los juicios morales que se hacen a distintos niveles de abstracción.
Esto suena medio complejo, pero una moral ruda, una moral tosca, es la que no sabe distinguir los distintos valores que tienen los juicios morales hechos a distintos niveles de abstracción. Esto yo lo considero muy importante, el poder hacer los juicios morales, saber a qué nivel de abstracción uno está haciendo juicios morales, porque el juicio moral en la forma es el arte de vivir, la moral es el arte de vivir bien, y entonces no podemos vivir bien, o Dios nos da mucho trabajo si no sabemos hacer bien los juicios morales, que es el statement de si las cosas valen la pena o no. Para pasar juicios sobre conducta, es decir, para decidir si son buenas o malas, hay tres niveles de abstracción al que podemos ponernos, y cada uno de esos niveles de abstracción tiene un distinto nivel de objetividad o de certeza que tenemos en el juicio que estamos haciendo.
Es decir, si esto es malo, pues si esto estamos completamente ciertos en todas las circunstancias y momentos es malo, o si es malo en una circunstancia concreta solo. Nosotros podemos pasar juicios sobre tres tipos de conductas. Número uno, sobre conductas generales o normas generales.
Luego, número dos, sobre conductas concretas y número tres, sobre personas concretas. Repito, podemos pasar juicios sobre normas generales, sobre conductas concretas y sobre personas individuales. Estos son los tres niveles de abstracción del juicio moral.
Vayamos a los ejemplos. Al nivel más abstracto de normas generales. Normas generales, o sea, juicios que pasamos de las cosas que están bien o mal, que son universales, que aplican siempre.
Por ejemplo, matar en defensa propia no está mal, es un juicio moral sobre una norma general. Este es el nivel más abstracto y es donde más certeza podemos tener. Uno podría dar su vida por defender el derecho a la libertad o atacar el racismo.
Son cosas planteadas que a nivel abstracto aplican siempre y, por lo tanto, la certeza que tenemos sobre ese juicio moral es muy alta. Bajamos un nivel de abstracción y vamos al nivel de juzgar conductas concretas. No normas generales que aplican a todas las personas, sino conductas concretas de una persona.
No la persona completa, que es el tercer nivel, sino conductas de una persona. Hiciste mal en dejar este trabajo ahora, un juicio que yo hago para un amigo, para mi pareja, lo que sea. Esta conducta concreta está definida por muchísimas circunstancias.
Se usa aquí, por lo tanto, la razón práctica, un órgano que tenemos en el alma que ayuda a ponderar las circunstancias, todas las circunstancias, muchas de las circunstancias que rodean una acción. Y, por lo tanto, tan solo las personas que conocen muchas de las circunstancias concretas de esa conducta pueden pasar un juicio certero. No debiste comerte ese mantecado.
Estuvo mal lo que le dijiste a fulana. Esos son juicios que, en principio, solo las gentes que sean cercanas a nosotros, cercanas a las circunstancias, a la conducta, pueden pasar juicio. Sé que esto es un poco choking porque nosotros estamos acostumbrados en las redes a pasar juicios sobre conductas de las personas.
Se divorció fulana y todo el mundo está acostumbrado a pasar juicios a favor o en contra, pero realmente la certeza moral, o sea, ser un juicio válido solo lo puede hacer quien conozca muchas de las circunstancias. Y llegamos al nivel más bajo de abstracción, o más concreto, menos abstracto, más concreto, que es al nivel de las personas individuales. Y aquí hay un principio bien aceptado y bien entendido, que es que no existe inteligencia que pueda captar todos los aspectos que definen la bondad de un ser humano.
Con lo cual, no hay certeza ninguna sobre el juicio que se haga sobre una persona. El fulano es malo no tiene mucho sentido. Las conductas, pues, tienen algún sentido si conozco las circunstancias, pero sobre una persona no puede hacerlo.
Solo Dios puede juzgar a una persona en su totalidad porque no hay más nadie que conozca de verdad todo su interioridad, todo el peso de la crianza, el peso de las experiencias, para aquelatar al final lo que de verdad cuenta que es el peso de su libertad en toda la persona completa. No se puede pasar, no existe, no cabe el juicio humano, el juicio moral sobre eso. Ya tenemos aquí, entonces, los tres niveles de abstracción que hay con los tres tipos de juicios que se pueden hacer sobre lo que está bien y lo que está mal a cada nivel de abstracción.
La certeza que se puede tener en cada nivel sobre lo que uno, el juicio que uno diga que esto está mal o está bien. Entonces, ¿por qué esta moralidad tosca no nos fomenta el moral divide, el ideological divide, la división ideológica que tenemos ahora mismo en la cultura? Pues, miren, esto es importante porque en este caso el ideological divide, la división cultural, no es como en el principio del siglo XX, que era sobre preguntas medio charritas, como si el Estado debía ser grande o chiquito. Ya esas preguntas no tienen tanta pegada.
La división ahora está sobre este tema moral. Hay conductas malas siempre, que deben de ser prohibidas por el Estado, etcétera, o cada persona realmente decide lo que está bien y lo que está mal y vive de acuerdo a su propio juicio. O sea, el conflicto más delicado que hay o más complejo que hay en el divide ideológico es el de subjetivismo versus objetivismo moral.
¿Qué es lo que ocurre? Este conflicto se da simplemente porque estamos mezclando planos de abstracción que no se pueden mezclar, que no se pueden argumentar con verdades de un plano con respecto a la del otro. Por ejemplo, los objetivistas están defendiendo la objetividad de las normas. Las normas son objetivas.
¿Es malo el aborto? Entonces están convencidos de la bondad de esa norma que dirige la sociedad, evita males, etcétera. Mientras que los subjetivistas lo que están defendiendo es la subjetividad del individuo. ¿Quién sabe por lo que está pasando esa mujer para yo poder decirle que no aborte? Entonces están hablando en dos lenguajes diferentes, niveles de abstracción diferentes, y no se pueden entender.
Puede ser completamente compatible una norma general que rechace la guerra, el aborto, la eutanasia, lo que uno quiera, con planteamientos concretos donde uno va con el individuo hasta el final para ayudarle a vivir el reto que tenga que vivir en ese momento en la vida. Podemos entender ahora que mientras el discurso moral no se refine para reconocer cuando estamos hablando de normas generales, cuando estamos hablando de conducta concreta, no se podrá llegar como a un acuerdo de hacia dónde tiene que dirigirse la sociedad. Bueno, y falta por ver una última causa de la polarización ideológica que estamos sufriendo, que es el aburrimiento.
Y me explico. Las naciones y sus culturas son similares a organismos vivos y tienen nacimientos y tienen periodos de juventud y de madurez y de vejez. Tienen un ciclo de vida también.
Las naciones pueden durar muchos años, porque en el caso de las naciones, su muerte realmente depende de los vecinos, de si hay algún otro vecino que pueda llenar los zapatos de esta nación en concreta. Y hay una ley en la historia, no súper rigorosa, pero una ley donde en los momentos de decadencia, donde ya el país, la nación, perdón, no está concentrada, están concentradas en crecer, en dominar, en producir y ya está un poquito más laid back, está un poquito más echada hacia atrás. En esos momentos vienen, son periodos de aburrimiento y suele entrar consigo que uno se pone a mirar demasiado al vecino.
La gente aburrida pues mira mucho al vecino, en vez de mirar su proyecto, su vida, pues mira al vecino, a ver qué está haciendo, pasar juicio sobre ellos. Entonces, en Occidente, en Europa definitivamente y en Estados Unidos ya se ven los síntomas, está entrando ya en una época de menos fuerza moral y económica y histórica realmente, esa sería la palabra que… Y entonces en estos periodos, pues hay mucho lo que está pasando ahora, mirar al vecino y pasar juicio. Entonces nos enfrescamos, nos enfrascamos en luchas en nuestra mente, pasando diciendo, esta señora no lo está haciendo bien, no está parqueando su carro bien, no está atendiendo sus gatos, sus plantas, pero realmente son conflictos de backyard, son conflictos de aburrido, de gente aburrida y yo creo que gran parte, muchos twists culturales que hay ahora mismo que nos enervan y que no se explican simplemente porque hay demasiada gente aburrida y eso es carne, eso es composta para este tipo de conflicto ideológico, de manera similar que en la Constantinopla del siglo IV, V, VI, cuando ya llegó a su pic económico, la Roma Bizantina, pues lo mismo, había un montón de gente pasando el tiempo atacándose unos a otros, mirándose las espaldas, etc.
Y yo creo que no podemos abandonar, no podemos desechar que también esto explica en parte el por qué estamos en estas batallas culturales que uno diría, de verdad deberíamos estar gastando energía en resolver este hecho moral que está como atraído por los pelos. Es tan importante resolver ahora mismo si este tipo de personas puede hacer este tipo de cosas o no puede hacer. Bueno, muchas de estas controversias son generadas por el puro aburrimiento.
Bueno, espero que esto les haya servido de algo para entender un poquitito mejor la cultura en la que vivimos y los espero en el próximo programa de Buscando Respuestas.