La religión no puede ensañarse como si fuera una clase, una disciplina. La religión, como cualquier tradición, son las historias que nos ayudan a entender la realidad. Y se debe enseñar, por parte de los padres y abuelos, contando historias: las historias de nuestros antepasados (Moises, David, Jesus, en el caso Cristiano  ) y nuestros héroes (los santos).