David Hume, en pocas palabras
El objetivo global de Hume es el objetivo de la Ilustración: poder construir una filosofía sin tener que recurrir a la idea de Dios: ni para fundamentar la moral, ni la política, ni siquiera la epistemología. Hume descubre un método para logar esto: no aceptar nada que no fuera experimentable.
Para justificar la moral (por qué lagunas cosas no se puede hacer) Hume parte de un axioma: lo que nosotros llamamos virtud y vicio son simplemente placer o dolor que nos producen ciertos actos. Es decir, la moralidad no es algo “religioso” o una regla de conducta que dice qué nos va a traer un premio o castigo, sino que es al revés: consideramos bueno lo que nos reporta placer. Tenemos los hombres un sentimiento de simpatía: no nos gusta ver sufrir a otra gente, y nos gusta verlas felices. Lo que deben hacer las personas para ser buenas moralmente es cultivar estos sentimientos que nos solidarizan con los demás.
Hume es el que introduce la separación entre el ser y el deber ser, entre lo positivo y lo normativo. Según su método no hay forma de poder pasar del ser al deber ser, porque este no es observable.
Hume no desarrolló mucho sus ideas políticas: el Estado es un cuerpo artificial que crearon los hombres para que vele por que se respete la propiedad y las promesas.
Cuando Hume empezó a profundizar en su propio método (solo aceptar lo experimentable como cierto) se dio cuenta que de esa no se podía llegar a la certeza, porque inductivamente -a base de muchas observaciones individuales- no se podía llegar nunca a una CERTEZA universal (la inducción sirve para conocer la verdad, pero no para alcanzar certeza). Por esto Hume cayó en el escepticismo: realmente no podemos conocer la realidad.