El Cristianismo no es moral
Desde, al menos, la Reforma (s XVI), se introdujo la idea de que la esencia del cristianismo es una actitud interior, una moral.
La esencia de Cristianismo no es una moral, sino una Creación, un trabajo. Es el convencimiento de que el hombre existe para acabar la Creación (y la segunda creación: la Redención), es decir, para acabar de desarrollar todas las cosas hasta su máximo potencial, según el plan de Dios.