Engañamos a las mujeres
Con la modernidad las mujeres han sido engañadas a creer que la verdad está en ser como los hombres: preocuparse del producir y del poder. El feminismo es un masculinismo.
Pero resulta que hay una verdad en ser hombre y otra en ser mujer y otra en ser niño y otra en ser adulto y otra en ser chino y otra en ser europeo. Y luego, está la Verdad con mayúscula que vive parcialmente en cada una de esas verdades, pero que necesita de todas para manifestarse. Cada persona tiene que conocer su verdad y la Verdad. Su verdad, que consiste en su posición en el cosmos, y la Verdad que está más allá.