Entendiendo el Islam

Entendiendo el Islam. Conferencia en Residencia Universitaria Almenares.28 de octubre de 2007

El marco Histórico

Año 570 nace Mahoma en la Mecca, la principal ciudad comercial de la península arábiga como miembro de una de las principales tribus de esta ciudad, la Quraysh. Huérfano desde muy niño fue criado por su abuelo y por su tío, que lo enviaron a pastorear al desierto. Más adelante pasa a trabajar para una rica viuda dedicada al comercio, llamada Khadija, con la que se casó poco después.

 

A los 40 años, en el 610, durante unos días de retiro solitario en las montañas, vive una intensa experiencia mística, y decide dedicar su vida a la tarea de dar a conocer a todos el Dios único.

La península arábiga en esa época estaba habitada por tribus árabes politeístas y algunas tribus judías y cristianas. La Meca además era un centro religioso, donde todas las tribus se reunían en un mes específico a dar culto a sus dioses colocados en las afueras de un edificio cúbico que contenía una gran piedra negra, la Kaaba.

El mensaje de Mahoma, en esta primera época de Medina, es: Dios ha enviado a su arcángel Gabriel a anunciarme su última y definitiva Revelación, qua ya ha venía anunciando por los profetas de Israel, en especial por Jesús. Lo que Dios quiere que hagamos es, en esencia: creer en un Dios único, en el día del Juicio, rezar dos oraciones diarias, y alejarse del adulterio.

Su mensaje no es bien recibido en la Meca, ni por paganos ni por cristianos, sobre todo por declararse el mismo profeta, y segundo, por atentar contra los intereses económicos de los clanes de la ciudad, que vivían de las ferias religiosas en la Kaaba.

Tras doce años tratando de transmitir su mensaje en la Meca, el 16 de julio de año 622 tiene que abandonar la cidad y refugiarse en Medina, a unos 350 km al norte de aquella. Los gobernantes de Medina, ciudad rival de la Meca, le prometen asilo. Esta fecha se llamó después la hégira y es el comienzo del calendario islámico.

En Medina establece una serie de pactos con las tribus de la ciudad, incluyendo las poderosas tribus judías, y empieza a organizar la vida civil y religiosa. Empieza en Medina a desarrollar su proyecto global, un proyecto que es a la vez político, social y religioso.

Al cabo de tres años en Medina se da cuenta de que los judíos no le iban a aceptar como profeta y cambia el lugar hacia el que hay que dirigir las oraciones de Jerusalén a la Meca, y el ayuno de la conmemoración Yom Kipppur al Ramadán.

Los próximos 10 años en Medina estuvieron enfocados en la conquista del resto de las tribus que habitaban Arabia, encabezando Mahoma 19 operaciones militares. Finalmente, en el año 630 lo único que le quedaba por conquistar era la Meca, su objetivo principal. Esta ciudad, al ver toda la Arabia convertida, se rindió sin derramar sangre. Las conquistas eran a la vez militares y religiosas, someterse a Mahoma significaba aceptar a Alláh como único Dios y a Mahoma como su profeta y pagar un impuesto para mantener el ejército.

A los dos años de conquistar la Meca, el 8 de junio del 632, muere Mahoma a los 62 años de edad.

El Corán

En Medina, como caudillo de la ciudad, Mahoma tuvo que desarrollar una legislación a esa población beduina que sólo tenía las leyes transmitidas por la tradición. Cada vez que le presentaban un problema (de herencia, familiar, de contribuciones, matrimonial, de relaciones con esclavos o con parientes) Mahoma, quizás al cabo de unos días, les daba un respuesta que había bajado de parte de Dios sobre él. Sus discípulos memorizaban estas revelaciones, pero Mahoma nunca permitió que se compilaran por escrito en un libro.

Veinte años después de la muerte del Profeta había circulando varias versiones de lo que decían esas revelaciones, y el califa Utmán decide poner todo por escrito. Reúne para ello a siete de los más destacados recordadores que discuten entre ellos y compilan la primer versión del Corán.

Mientras que la Biblia tiene autores humanos junto con Dios, el Corán solo tiene a Dios por autor (el que escogió las palabras) y, tras estar en el cielo, en una tabla conservado, Dios lo hizo descender sobre Mahoma. El cristianismo reconoce que la Biblia, por tener también palabras de hombres, tiene que interpretarse para ver lo que Dios quiere decir en cada momento. El Islam no tiene ese problema, pues no hay que interpretar nada: todo lo que contiene es palabra directa de Dios. Durante los primeros 4 siglos se permitió y se exploró la forma de saber qué Dios quería decir en el Corán. Pero a partir aproximadamente del siglo XI esta puerta se cerró y ya el Corán no se interpreta, tienen igual validez práctica, legal y dogmática todas sus suras o versículos.

Este hecho ha constituido, en el fondo, la gran tragedia del Islam: ha pasado a ser una religión donde se han quedado encerradas dentro de su dogma sagrado, disposiciones legales y ordenamientos sociales que solo tienen sentido para una época y circunstancias determinadas.

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