¿Es mejor centralizar o descentralizar?
Las civilizaciones con mayores logros han sido las más centralizadas (desde la casa del Faraón, al gobierno americano o chino) ¿Podemos inferir de esto que es mejor delegar muchos poderes al Estado central?
Es evidente que se puede hacer mayores obras humanas cuantos más voluntades haya envueltas. En este sentido, los grandes presupuestos de los estados modernos permiten proponerse metas (explorar el espacio) implanteables a menor escala.
Pero “hacer cosas grandes” es tan solo una de las dimensiones del desarrollo humano. La otra dimensión es “ayudar a los más cercanos a que alcancen su fin”, que cada grupo esté pendiente del bienestar y crecimiento de sus miembros. Es un yin yang masculino-femenino que es la clave para vivir bien: la conquista y las grandes hazañas, por un lado, y el cuidado de la casa, por otro. Como todo yin yang o dialéctica, no pueden darse los dos a la vez, pero tampoco puede darse uno sin el otro.
Una civilización, que solo cultiva su lado masculino, de lograr proezas, sin valorar el cuidado de lo local, es una civilización desequilibrada, condenada a caer.
La lección a sacar de esto es que debemos detectar qué tareas de la actividad comunitaria se hacen mejor a nivel central y delegarlas confiadamente al Estado central o grupos de estados, y qué cosas se hacen mejor a nivel familar, tribal y local.
De lo contrario, la pretensión de construir grandes estados o imperios nos puede matar .