Etica a Nicómaco de Aristótles
Aristóteles: Ética
¿Cuál es el fin del hombre?
Para Aristóteles todo tiene un fin. Todo está buscando algo: la piedra, el animal.
Lo que el hombre busca en todo lo que hace es la Felicidad.
La Felicidad no es, como pensamos al presente, un estado de ánimo. Es la plenitud de la persona que ha hecho bien lo que tenía que hacer.
La Felicidad es un florecimiento, una culminación del hombre.
Usar la razón es lo mejor
Para un ser (piedra, gato, hombre) “florecer,” dar lo mejor, es usar sus mejores componentes. En el caso del hombre, es usar la razón, dejarse llevar por ella.
Como el hombre es racional, lo más perfecto que puede hacer es comportarse racionalmente: dejar que su razón le guíe.
Trabajar es para esclavos
Aristóteles concluye algo curioso: la Felicidad para el hombre está en la contemplación: no hacer cosas, sino contemplar la realidad.
Por eso hacen falta los esclavos, para liberar al hombre del hacer.
Esta forma de pensar, de que el trabajar limita al hombre, permeó Occidente hasta la Reforma Protestante. Pero el trabajo para el calvinismo era una forma de medir el éxito (y si Dios te había elegido).
Pero, con el Calvinismo, el éxito pasó a sustituir a la Felicidad, al desarrollo máximo. Con esto vino el stress.
La bueno está en el justo medio
Muy típico de la moral de Aristóteles es que lo bueno está en el medio de un vicio por exceso y otro por defecto.
Por eso, la moderación será uno de los mayores valores griegos.
Esto fue rechazado, en parte, por el Cristianismo: la moral cristiana no es de moderación, sino de caridad sin límite.
El placer es bueno
Contrario a Platón y a otros filósofos, los placeres son buenos, porque ayudan a realizar funciones naturales.
Ha de evitarse que el placer se convierta en el fin de la acción.
Los filósofos estoicos y epicúreos, por el contrario, propusieron que el placer es el fin del hombre. Esto es lo lógico si se piensa que el hombre es solo un cuerpo.
El cristianismo apoyó a Aristóteles en su bendición de los placeres ordenados.