La Biblia no es la primera palabra

es la segunda, en el tiempo. Primero Dios habló al hombre a través de la Naturaleza, de la Creación. Y ahí le indicó ya cómo tenía que vivir (no mentir, no robar, no matar), preparándole así para recibir, después, su otra Palabra. Pero la ética se fundamenta en la Naturaleza, no el la Revelación.