La moral es para animales: los humanos tenemos mejores cosas que hacer (Ep 13)

La moral es para animales: los humanos tenemos mejores cosas que hacer

El renacimiento fue una época clave para definir la modernidad. No vamos a estudiarlo aquí, aunque lo haremos en su momento, pero sí podemos decir aquí que el renacimiento comenzó realmente en el siglo XII, no en el XV, como la gente piensa, pero fue violentamente interrumpido por la peste negra del siglo XIV y por ciertos cambios climáticos para reflorecer con más ímpetu y ya en sus manifestaciones artísticas, no en las primeras, que eran más científicas y filosóficas, para reflorecer en sus manifestaciones artísticas, sobre todo en la Europa del siglo XV y XVI, los famosos 480 y el 580 italiano. Lo que quiero señalar es que en esta época vio la luz, entre otros muchos fenómenos culturales, el humanismo.

El fenómeno cultural es una cierta forma de ver un aspecto de la realidad que es común a la mayoría de los individuos de una cierta colectividad. Pues bien, desde el siglo XII están empezando a llegar a Europa los escritos perdidos por un milenio de los sabios griegos que llegaron a Europa a través del contacto con el oriente, que fueron las cruzadas y la invasión de España por parte de los árabes. Este reencuentro con la filosofía y los escritos clásicos provocó en Europa un gran deseo de estudiar el mundo grecorromano, sobre todo sus obras, lo que se tradujo en la práctica como un nuevo sistema de estudios que, sustituyendo a los estudios clásicos del trivium y el quadrivium de la lógica, la gramática, etc., empezaron a enfocarse en el estudio de la humanitas, de las humanidades.

En el fondo, en un estudio del hombre, una obra simbólica o emblemática de esa época renacentista es quizá la obra de Giovanni Pico de la Mirándola en el 1486, titulada Oratio de hominis dignitate, oración sobre la dignidad del hombre, que es en el fondo un gran himno a lo central que es el hombre en la creación y a su gran diferencia sobre los otros seres. Comienza con esto el antropocentrismo, el centrar la realidad alrededor del hombre frente al teocentrismo más típico de la filosofía medieval. Fueron grandes humanistas o los más grandes humanistas, empezando por Petrarca y Boccaccio hasta llegar a Erasmo de Rotterdam y Lutero.

A partir de esta época, la consideración del hombre como un ser especial y centro del universo comenzó a despegar. Esta concepción del ser humano como ser superespecial y centro del universo duró, perduró por toda la modernidad hasta bien entrada la posmodernidad, donde empezó a surgir con todo el pesimismo que trae la posmodernidad el convencimiento de que el hombre realmente lo que es es un animal más, pero no sólo un animal más sino en muchos aspectos un animal peor que los demás, porque contamina, porque desplaza otras especies, porque daña el clima, etcétera. Entonces, finalmente, ¿el hombre es algo único o es más propiamente otro animal? Mi posición es más propiamente un subhumanismo o un cierto animalismo.

Este podcast está hecho para poner a la gente a pensar, cada uno piense, llegar a sus propias conclusiones. Yo doy mis ideas para que la gente se estimule a pensar y a encontrar sus respuestas. Pues yo propongo más bien un subhumanismo, un cierto animalismo, porque yo creo que el humanismo ha tenido consecuencias muy útiles, esta gran autoestima del hombre, pero creo que debemos ahora reforzar su animalidad.

Todos tenemos claro que el hombre es animal y al mismo tiempo es algo distinto de los demás animales. Yo soy de la creencia de que la mayoría de lo que nosotros llamamos obligaciones morales son realmente obligaciones naturales. No robar, no matar, no adulterar, no mentir, son mandatos de la naturaleza, son las formas de ser un buen animal humano.

Pero para mí es bien importante sacar estas obligaciones al ámbito natural o animal para que el hombre pueda plantearse correctamente en qué consiste su crecimiento, su florecimiento. El crecimiento del hombre no consiste en portarse bien, en el sentido de evitar estos pecados mencionados antes. El crecimiento del hombre tiene que estar predicado en algo más allá de ser un buen animal humano, además de pertenecer al orden del cosmos, al orden natural.

El hombre tiene una llamada metanatural, que podemos resumirlo que tiene una vocación a amar, tiene una vocación a amar. La preocupación por el bienestar de los no-parientes, de los extraños, incluso de los non-con-specifics, de los que están fuera de otras especies, y la llamada a buscar la unidad, que atenta en cierta medida contra las estructuras tribales animales normales. Estos son llamadas propiamente humanas.

En este plano metanimal es donde el hombre tiene que estar batallando por su crecimiento, por su realización, el portarse bien, el no matar, el no robar, el no mentir, el vivir según las reglas de la naturaleza. La moral, según la entendemos ahora, es realmente para animales.

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