Los aranceles debieran de ser morales, no monetarios
Toda comunidad debiera favorecer el consumo de productos locales sobre los extranjeros. Pero este favorecimiento no debe ser un impuesto sobre lo que viene de fuera que lo haga más caro. Debe ser una educación de la gente para que, en igualdad de condiciones, prefiera lo local, y aún en una cierta inferioridad, frente a lo foráneo.
De esta forma estamos poniendo el peso de mantener la comunidad sobre quien corresponde: sobre la comunidad. Y, además, un arancel monetario, favorece que los empresarios locales se duerman en la comodidad de la protección.