No a la compra-venta de trabajo
Una de las consecuencias del capitalismo ha sido el convertir el trabajo en una mercancía que se vende y se compra, en una transacción comercial.
Está llegando la hora de convertir la relación laboral de una comercial a una asociativa: las personas se unen unas a otras para poder hacer más. Y en una asociación no hay compradores ni vendedores de trabajo, tan sólo intereses comunes y repartición de los resultados en proporción a lo aportado por cada uno.