No al crecimiento, sí al desarrollo
El problema de obesidad, causa importante de muerte en Occidente, nos confirma que, contrario a los animales, no tenemos límite biológico a nuestro deseo de consumir.
Cuando la biología no es suficiente, es el momento de la cultura: tenemos que convencernos (vencernos a nosotros).
Y la cultura de Occidente, en este momento, tiene que gritar: la vida no tiene como fin el consumir, sino el desarrollarse. Y ‘desarrollarse’ solo implica ‘crecimiento’ en los primeros años.