Recent Posts

Todos los perros van al Cielo

Todos los perros van al Cielo

Los animales todo lo hacen bien. Incluso cuando un perro devora a un niño. ‘Portarse bien’ es seguir el orden natural y animales plantas y minerales no pueden no hacrelo.
El hombre tiene un pequeño espacio entre su instinto y su obrar, de forma que no le bastan sus impulsos para acertar plenamente con su orden natural. Tiene que usar su inteligencia -que también tienen los animales- de una forma especial -que se llama razón- para llenar ese hueco -que se llama libertad- y encontrar el comportamiento adecuado.
Así como los perros aciertan siempre con su orden natural, con su posición correcta en el Cosmos, no todos los humanos, lo logran.
Nuestros riesgos son más grandes. Nuestros rendimientos también

Politics is gardening the human ecosystem

Politics is gardening the human ecosystem

Egyptians saw the political order as part of natural order (for example people were born to do different things: rule, serve). On the other extreme, we moderns think politics is the coordination of different, equal wills.
The truth is in between:
The natural order places each one in an starting point (a genetic and a cultural endowment). But the starting point, although important, is no definitive. Then we add our vocation (mission) and our freedom. With this, we can get out and make a better world (instead of adapting to it by evolution).
From this perspective, politics is not a social contract but the gardening of an ecosystem that allows each member to walk the maximum distance between the his/her starting point and his/her goal.
In an ecosystem, treating all individual as equals is the sure way to destroy it.

Salud no es pureza sino orden

Salud no es pureza sino orden

La enfermedad en el mundo clásico, era un desbalance entre los humores del cuerpo (bilis, sangre …). En el mundo oriental era un desequilibrio en el flujo  de las energías vitales (chi).
En la Modernidad, sin embargo, la enfermedad no tiene que ver con balances, sino que es el efecto de un agente patógeno (germen, virus).
Pero resulta que, al presente, la Ciencia está descubriendo  que esos malvados gérmenes son necesarios, en una cierta proporción, para mantener nuestra vida (nutrición, reproducción). No existen venenos, sino dosis venenosas, de cualquier cosa.
Al final tendremos que reconocer que la salud no es una pureza (ausencia de gérmenes), sino, como sospecharon clásicos y orientales, un cierto orden en nuestro cuerpo, que refleja el. orden de la Naturaleza.

¿Hasta qué edad puedo jugar?

¿Hasta qué edad puedo jugar?

Las especies que tienen una maduración muy lenta (mamíferos, por ejemplo) estamos programados para usar nuestra infancia jugando.
Jugar es autoimponerse obstáculos (con la colaboración de los amigos), y tratar de superarlos. En las hembras más que competir, se trata de imitar a los adultos. Es una práctica para la vida. Es indispensable.
Pero si, una vez alcanzada la madurez, un humano sigue jugando (más allá de para descansar los varones), es posible que no esté viviendo su vida con toda su complejidad. es posible que se esté refugiando.

Vivo para ser eficiente, no eficaz

Vivo para ser eficiente, no eficaz

El verdadero valor de una persona no está en  sus logros, su output, sus obras: salvó de la muerte a alguien, se sacrificó por los suyos, etc. No está su valor en su “eficacia”.
El valor de una persona está en su  “eficiencia” ( Eficiencia = Output / Input) la proporción entre el  output y el input, entre lo que hizo y lo que recibió.
1) output: qué cosas hizo, qué logró
2) input: los dones/situaciones que recibió: su herencia (genética y cultural); y su ambiente (las vivencias que tuvo).
Pero nadie, ni la propia persona,  sabe separar lo que él ha puesto de lo que ha recibido. Nadie sabe la eficiencia de nadie.
Se puede comparar los logros de las personas (éste montó una empresa, aquel no). Pero no podemos saber quién añadió más valor al mundo. Por lo tanto, las jerarquías humanas sirven para organizarnos, pero no para juzgarnos.

Bureaucracies are a triumph of reason

Bureaucracies are a triumph of reason

Bureaucracies are the result of applying, too seriously, the reason to organize human activities.

Bureauoracies are a mechanistic approach to human colaboration, and, thus, ignore that persons want to do things, in addition to any punishment or reward.

As a consequence, bureaucracies consume more resources to achieve the same output than other forms of organization.

These are their bright and dark sides.