Perfeccionarme no es conseguir lo que me falta, sino colocarme donde debo
Perfeccionarse no es completarse a uno mismo con cosas que le faltan: bienes, o capacidades.
La perfección es la acción continua de ubicarse a uno mismo en una posición tal que encaje perfectamente con los demás para darle vida a esta sinfonía que es la realidad.
Esta forma y esta posición a la que está llamado cada uno a alcanzar es lo que se denomina su vocación.