El núcleo del mensaje cristiano no es un código moral sobre cómo tratar bien a los demás. Es el anuncio de que el Dios de este mundo no quiere, como nosotros imaginábamos, recibir sino dar. Por eso creó al mundo y lo hizo bueno. Y como nosotros pecamos, envió a su hijo como víctima propiciatoria. En dos palabras: nos quiere. Esto es un cambio radical a la imagen de Dios que tenía el mundo Antiguo.
O sea que las buenas noticias (eu angelios, evangelio) que empezaron a proclamar los cristianos por el mundo son: El mundo es bueno porque un Dios bueno lo ha creado para manifestar su bondad. Ese Dios nos quiere a pesar de no cumplir lo que nos corresponde; y esto se ha demostrado al enviar a su hijo a cumplir nuestra parte. Esto se puede traducir como: Dios nos quiere a pesar de nuestros pecados. El mundo, la materia, es buena pues Dios la ha usado para encarnarse. Nosotros estamos llamados a ser como Dios, y para eso, lo que nos corresponde hacer es “dar” o mejor “darnos”. La primera parte de la noticia no hacía …