¿Quién inventó la desunión? Ep 16

El universo, en su origen, como vimos anteriormente, estaba todo muy contenido, muy muy ordenadamente en muy poco espacio. En el Big Bang aparecieron las 4 fuerzas que gobiernan ahora la naturaleza: la fuerza atómica fuerte, que es la que hace surgir a los átomos a base de unir los protones con los neutrones; la fuerza débil, que hace decaer a los átomos, a base de disgregar los neutrones; luego, la fuerza eletromagnética, que atrae a los electrones hacia los núcleos, pero los mantiene dando vueltas a su alrededor, y la gravitación, la fuerza que atrae las grandes masas macroscópicas, como planetas, etc

Lo que quiero ahora es atraer la atención es sobre el siguiente hecho: lo que introdujo la rotura del orden inicial del universo no fue una fuerza disgregadora, algo que lo rompió por decirlo así, desde fuera. Fue la fuerza atómica fuerte que es, esencialmente una fuerza unificadora. Y una fuerza unificadora millones de veces más fuerte que esa otra fuerza unificadora que es la gravedad.

¿cómo puede ser que una fuerza unificadora pueda ser la causante de la desunión que sufre el universo? Pues bien esa fuerza unificadora, el strong force, tiene una intensidad muy fuerte, como dije, pero un rango de acción muy pequeño. Tienes que estar a menos de 10^-15 metros para sentirlo. Esto significa 14 ceros decimales antes de un 1. Cuando una fuerza unificadora solo unifica a lo que está muy cerca, se convierte en realidad en una fuerza disgregadora, pues lo que logra es que el plasma que era el universo, se convirtiera en átomos, es pequeñas bolitas de masa, por decirlo de alguna forma.

Podemos ahora usar esta lección para entender la raíz de la desunión entre seres humanos, que sigue este mismo patrón fractal. El instinto más fuerte que tiene el humano, no es el sexual, ni mucho menos, es el FOMO, el fear of missing out. Queremos pertenecer, necesitamos pertenecer, y queremos estar unidos a los que están a nuestro alrededor. El problema grande está es que esta fuerza unificadora tiene poco alcance, y, se acaba en cuanto que logramos un grupo de unos cuantos miles de humanos que nos aceptamos unos a otros. Porque una vez que se establece la comunidad local, pierde la fuerza el deseo de unirse, y entra en juego el segundo instinto social, que es el miedo a lo diferente, a los que siguen otras reglas, y se comportan distintos. Entre en juego el instinto tribal, el de la conservación y la cohesión del grupo a base de distinguirse de los otros grupos. Es decir, en un ejemplo claro, el tribalismo, de un instinto bueno pero que se queda corto, en el caso del humano, que pudiera conseguir mucho más si estuviera unido con mucha más gente.

Vemos entonces otra instancia de cómo los instintos del hombre, que son netamente su primera llamada moral, no pueden sin embargo, ser la última. Siendo nuestra animalidad la base de nuestro ser y nuestro actuar, no puede ser todo nuestro edificio, tiene que haber algo más.